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Rusia "Aplastará" Cualquier Desafío Que Se Le Presente


La primera lectura que se puede quitar de la resolución sangrienta en el conflicto del Cáucaso es que Rusia ha recuperado su protagonismo mundial, de hecho  al año de subir Vladimir Putin al poder, Rusia ya recuperó tal capacidad, solo que no había sido puesta a prueba directa hasta el momento. Sí tuvo un rol diplomático clave para evitar un ataque nuclear contra Irán y hasta se sospecha de que Siria y el Hizbullah contaron con tecnología electrónica militar  rusa para hacer frente a las armas norteamericanas durante la guerra israelí-libanesa durante el 2006; a ello se suma el apoyo estratégico que dicho país está dándo a Venezuela. Pero nunca tuvo un desafío directo y contundente como el que se le presentó con el desatino de Mijail Saakashvili, que ordenó un acto suicida al confrontar a las fuerzas rusas en un territorio preparado para resistir; además, Saakashvili obvió lo más clave de todo: El retorno previo de sus fuerzas especiales de Irak antes de ordenar un ataque de tal envergadura. Saakashvili comprometió a Georgia sin que su ejército esté convenientemente preparado, hasta Tzun Tzu entendía que ello era una locura.

 

Lo que se viene a futuro es un endurecimiento de la confrontación por el plan de la defensa antimisiles en Georgia y Ucrania. En esa tensión, Rusia podría tomar de buen agrado la propuesta de Hugo Chavez de instalar misiles estratégicos en Venezuela... y hasta en Cuba (si Raúl Castro lo admite, a pesar de la calma que vive Cuba hoy) Eso aumentará la tensión ya generada. Quizás Dimitri Medvedev siga siendo cauteloso y sutil como lo fue Putin en su momento, pero tal vez Bush y sus locos guerreristas quieran un desquite por la derrota en Georgia. En ese caso, como forma de apoyo a Mc Cain, busquen una escalada de las tensiones internacionales, de manera a generar de nuevo el miedo al "Oso Gigante" y el consecuente apoyo a las política republicanas, después de todo "la guerra es la continuidad de la política por otras vías" (Von Clausewitz)

 

Habrá que esperar a ver que pasa.

 

Ria Novosti

Rusia aplastará posibles nuevos focos de violencia en Georgia

13:15 | 12/ 08/ 2008

Moscú, 12 de agosto, RIA Novosti. Las tropas rusas aplastarán nuevos focos de agresión en el territorio georgiano, si aparecen una vez concluida la operación de imposición de la paz, declaró hoy el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev.

"La operación alcanzó su objetivo, se logró restablecer la seguridad de la Fuerza de Paz y de la población, el agresor se llevó el castigo y sufrió pérdidas sustanciales", dijo Medvédev en el encuentro con el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas.

"Su Ejército (el de agresor) está desorganizado. No obstante, de surgir focos de resistencia u otros ambiciones agresivas, procedan a aplastarlos", ordenó el Comandante en Jefe.

 

 

Rusia responsabiliza a Occidente de lo que pasó en Osetia del Sur

 

14:24 | 12/ 08/ 2008

Moscú, 12 de agosto, RIA Novosti. El ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, afirmó hoy que Occidente tiene gran parte de responsabilidad por la reciente agresión georgiana contra  Osetia del Sur que causó casi 1.600 muertos.

"Lo ocurrido en Osetia del Sur es, en gran medida, responsabilidad suya", resaltó Lavrov en alusión a EEUU y otras naciones occidentales.

El canciller recordó que Moscú alertó a Washington en más de una ocasión sobre el peligro que entrañaba su ayuda al rearme y al adiestramiento del Ejército georgiano, pues Tbilisi podría aprovechar estos recursos para una solución bélica de los conflictos en Abjasia y Osetia del Sur.

"No pudieron frenar a Mijaíl Saakashvili ante la tentación de resolver la totalidad de sus problemas mediante una guerra", constató el ministro. 

 

Asesores norteamericanos instruyen a mercenarios en Georgia

Miles de mercenarios que participan en acciones bélicas del lado de Georgia son instruidos por asesores militares estadounidenses, declaró hoy a RIA Novosti un alto cargo en la inteligencia militar rusa.

"Se calcula que casi 3.000 mercenarios pelean contra las fuerzas rusas de paz en la zona del conflicto georgiano-oseta", precisó la fuente agregando que se trata de ciudadanos de Ucrania y de varios países bálticos y caucásicos.

"También tenemos la información de que los mercenarios son instruidos por asesores militares norteamericanos, que no participan en las hostilidades", comentó.

Señaló que en Georgia prestan servicio cerca de mil asesores militares norteamericanos.

"Unidades de fuerzas especiales rusas han liquidado ya varios grupos de mercenarios, y también han capturado a varios mercenarios que son interrogados en estos momentos por jueces de instrucción", comunicó la fuente de la inteligencia militar rusa.

 

Rusia utilizó armas de alta precisión en operación de Osetia del Sur

 

Moscú, 12 de agosto, RIA Novosti. Las tropas rusas emplearon armas de alta precisión durante la operación de imposición de la paz a Georgia, llevada a cabo en Osetia del Sur, declaró hoy el jefe adjunto del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, coronel general Anatoli Nogovitsin.

"El Ejército ruso dispone de armas de alta precisión que se utilizan contra blancos detectados y permiten renunciar a los bombardeos alfombra. Tales armas se emplearon", dijo el general en la rueda informativa celebrada en RIA Novosti.

 

Euronews

Medvedev ordena poner fin a la operación militar en Georgia

 

MOSCU, 12 Ago. (Reuters/EP) -

   El presidente ruso, Dimitri Medvedev, anunció hoy que ha dado órdenes para que se ponga fin a la operación militar en Georgia, según informó el Kremlin. "Sobre la base de su informe, he tomado la decisión de poner fin a la operación para forzar a las autoridades georgianas a la paz", señaló Medvedev al ministro de Defensa ruso, Anatoli Serdiukov, según informó un portavoz del Kremlin.

   Poco antes el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, había advertido de que su país no acepta la declaración de paz propuesta por la UE y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) si ésta incluye la presencia de tropas georgianas en Osetia del Sur dentro de una nueva fuerza de paz.

   "Difícilmente podemos estar de acuerdo con esto porque sería asumir la presencia de gente descrita como fuerzas de paz georgianas. No pueden permanecer por más tiempo", explicó Lavrov en una rueda de prensa en Moscú junto con el presidente de turno de la OSCE, el ministro de Exteriores de Finlandia, Alexander Stubb.

   Además, el presidente ruso, Dimitri Medvedev, advirtió que Rusia no dudará en intervenir de nuevo si vuelven a aparecer nuevos "focos de resistencia" o nuevas "ambiciones agresivas" por parte de Tiblisi.

   "La operación alcanzó su objetivo, se logró restablecer la seguridad de la fuerza de raz (rusa) y de la población, el agresor se llevó el castigo y sufrió pérdidas sustanciales", señaló Medvedev en el encuentro con el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, según informa RIA Novosti.

   Según el presidente ruso, el Ejército georgiano "está desorganizado". No obstante, previno, "de surgir focos de resistencia u otras ambiciones agresivas, procedan a aplastarlos", ordenó Medvedev en su calidad de comandante en jefe de las fuerzas rusas al ministro de Defensa y al jefe del Estado Mayor.

   Por su parte, el dirigente de la región separatista georgiana de Osetia del Sur, Eduard Kokoiti, ha expresado hoy su respaldo a la decisión de Rusia de poner fin a la operación militar en Georgia.

   "Por nuestra parte, en Osetia del Sur haremos lo posible por restaurar la paz en el Cáucaso e impedir que el presidente georgiano imponga su voluntad a los pueblos caucásicos", afirmó Kokoiti, según informa la agencia rusa RIA Novosti.

   "En el Cáucaso viven muchas etnias y nadie quiere que haya guerras ni conflictos porque estamos hartos de ello y deseamos vivir en paz", aseguró.

 

Análisis Alternativos:

 

El Cáucaso norte es otro polvorín

 



Mientras la atención internacional y mediática se centra en los enfrentamientos en Osetia del sur, y algunos miran de reojo a la vecina Abjazia, a pocos kilómetros de distancia, en el denominado Cáucaso Norte, los conflictos se suceden y la inestabilidad preside buena parte del quehacer diario de las poblaciones locales.

La complejidad del conjunto del Cáucaso hace que en ocasiones las realidades del sur y del norte estén en cierta medida fuertemente conectadas. La presencia de importantes recursos energéticos o las vías para transportas éstos, hacen que los impactos de los intereses creados en torno a ellos les afecten de forma directa. La presencia limitada de voluntarios de la “Confederación de Pueblos del Cáucaso” junto a las tropas de Abjazia en 1992-3, o en sentido opuesto, algunos militantes del sur combatiendo en Chechenia, son ejemplos de esa relación entre los diferentes rublos del caucásicos.

Sin embargo, probablemente el factor ruso, sea el determinante para que no prospere una mayor cooperación entre esos pueblos. En el sur, la presencia rusa sirve de apoyo a las demandas independentistas de osetios y abjasios, mientras que en el norte es el enemigo número uno de las demandas autodeterminacionistas de Chechenia, Dagestán, Ingushetia, entre otras.

También llama la atención la diferente actitud que mantiene la comunidad internacional ante la realidad del Cáucaso. Mientras que estos días asistimos a una condena generalizada contra la participación militar rusa contra Georgia, ante las luchas y demandas de los pueblos del norte se ha construido un muro de silencio cómplice con la actitud de Moscú.


En los últimos meses, e incluso años, la realidad del Cáucaso norte nos muestra una succión de violentos incidentes que no se tratan de acontecimiento aislados y puntuales, sino como señala un analista ruso, nos encontramos “una ola de inestabilidad que ha ido expandiéndose por toda la región en las últimas décadas”. Las dos guerras chechenias han sido el principal detonante para el auge de la insurgencia en otras zonas de la región.

La actual inestabilidad también está directamente relacionado con la misma complejidad étnico-nacional, política, y socioeconómica que caracteriza a la zona. Y si a ello le unimos otros factores como el papel de la religión en los últimos tiempos, las diferencias clánicas, el pobre desarrollo económico o el rechazo histórico a la actuación rusa, nos encontramos con una parte importante del conjunto del puzzle del Cáucaso norte.

La actitud rusa para los pueblos de la región ha estado acompañada de represión militar y conquista, lo que ha generado un sinfín de agravios hacia la población local, lo que unido a la incapacidad para responder a través de mecanismos pacíficos y democráticos las demandas de esos mismos pueblos nos ha llevado a la violenta situación que se vive en la actualidad.

La centralidad del conflicto checheno es uno de los pilares básicos del nuevo contexto en el Cáucaso. Las dos guerras contra las tropas rusas fueron los momentos más importantes en el ámbito de atención mediáticas por parte de los medios occidentales en las décadas pasadas. No obstante desde hace ya varios años, la realidad de Chechenia ha desaparecido de los mismos. La política de Putin es importante para entender el desarrollo de los acontecimientos más recientes. La carrera política del propio Putin está estrechamente ligada a los acontecimientos chechenos. Cuando en agosto de 1999, los rebeldes chechenos ocuparon el distrito Botlikh en Dagestán, el entonces primer ministro se acercó hasta un campo militar ruso en la zona para brindar con los militares, y las imágenes de esa acción dieron la vuelta a Rusia, y supuso la coronación de Putin en el centro de la política rusa.

La política más reciente de Moscú ha combinado la represión militar con una mayor implicación de las fuerzas locales leales a Moscú, lo que genera en cierta forma una división dentro del movimiento independentista y hasta cierto punto una “chechenización” del conflicto. A ello hay que unir las sucesivas muertes de dirigentes de la resistencia chechena, sobre todo en el período 2005-6, lo que en un primer momento supuso una mayor fragmentación de la misma.

Una fuente de división, muy utilizada mediáticamente por los medios occidentales, es el papel de la religión en el conflicto. Desde hace años, dentro de las filas chechenias han existido dos corrientes, una de corte más islamista y otra de tendencia nacionalista. El papel de la religión en esa zona siempre ha estado ligado a la propia estructura social, pero las corrientes islamistas más radicalizadas no han tenido mucho peso. El desarrollo de los acontecimientos internacionales (Afganistán, al Qaeda…) han supuesto que algunos grupos locales emerjan en esas tendencias, lo que para muchos resistentes locales es un contratiempo.

Recientemente, algunos líderes chechenos han hecho un llamamiento para formar un “Emirato” en el Cáucaso, lo que es rechazado por otros rebeldes que ven en el mismo una oportunidad de Moscú para acabar con las demandas independentistas, englobadas en una hoja de ruta con un referéndum, autodeterminación y posterior independencia.

En la actualidad, y según datos de refugiados chechenos, los militares rusos han sido incapaces de acabar con la resistencia, y ésta, a pesar de las diferencias siguen ocasionando importantes pérdidas a las tropas rusas y a sus colaboradores locales, quienes podrían estar recibiendo el mayor castigo de los ataques en los últimos meses. Las fuerzas leales al colaborador local, Kadyrov, muestran el fracaso de la “chechenización” del conflicto, al tiempo que se suceden los enfrentamientos entre los colaboracionistas locales (las disputas entre Kadyrov y Sulim Yamadaev), para regocijo de la resistencia y preocupación de Rusia.

El incremento de los ataques de la resistencia, la frágil estabilidad de Kadyrov, el descenso de los secuestros (fracaso de la política rusa, ya que la mayor parte de los mismos eran detenciones y desapariciones), hace mostrar el error de todos aquellos que habían declarado prematuramente el final del movimiento independentista en Chechenia.

Pero en estos momentos el lugar que más preocupa a Moscú es Ingushetia, donde se ha formado un peligroso cóctel para los intereses de Rusia. Para algunos analistas locales, la situación actual en esta zona se asemeja a los momentos más violentos de Chechenia o Dagestán. Los problemas económicos, la corrupción, el desempleo, las continuas violaciones de los derechos humanos, y el auge de las acciones rebeldes sitúan a Ingushetia en una encrucijada.

En las últimos meses el nivel de los ataques está alcanzando tal intensidad que las tropas locales y rusas están pasando a una fase defensiva, dejando de lado cualquier acción ofensiva, lo que algunos predicen como la antesala a un desastre para Moscú, ya que si no se producen cambios radicales a corto plazo, “la república puede acabar convirtiéndose en la materialización de la primera provincia del Emirato Caucásico”.

A diferencia de otras zonas, los rebeldes de Ingushetia llevan desde el 2006 controlando partes de la misma, aplicando sus leyes y castigando a los símbolos de la corrupción local, lo que “aumenta la autoridad rebelde entre la población y desacredita aún más a las instituciones locales”.

En otras zonas como Dagestán, la resistencia también se está recuperando de los reveses sufridos a finales de 1999, y ello vendría a demostrar, como señala un analista ruso, “la ineficacia de una respuesta militar para acabar con la ideología de un oponente”. De momento, se ha articulado en torno a la resistencia, de marcado carácter islamista, la coordinación de diferentes grupos, y la llamada Jamaat Shariat, estaría recibiendo en sus filas a decenas de jóvenes cansados de la brutalidad policial y de la represión rusa, así como de las actividades de “grupos criminales”, y de la impunidad y arbitrariedad de todos ellos. Todo ello estaría llevando a muchos jóvenes “a empuñar las armas y unirse a la resistencia”.

Algo similar está aconteciendo en Karachaevo-Cherkessia, donde las fuentes oficiales anuncian la eliminación total de los movimientos rebeldes, pero los acontecimientos, muchas veces silenciados, demuestran lo contrario. Desde las zona montañosa de Karachaevo, la influencia de los grupos autodenominados jammat ha ido aumentado y extendiéndose.

La escalada bélica en el sur del Cáucaso puede traer aún mayor inestabilidad a una región ya de por sí en constante peligro de explosión. La búsqueda de soluciones negociadas se impone hoy más que nunca, ya que ala vista está que la utilización de la fuerza militar como vía de resolución de conflictos ha fracasado, y lo único que conlleva es mayor sufrimiento y destrucción, tanto a medio como a largo plazo.

TXENTE REKONDO.- Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN)

 

 

Con la bendición de EE.UU.

 

 

Junge Welt

Traducción Luis Montilla


 ¿Tenía el presidente georgiano Michail Saakasjwili, "luz verde" de Washington, cuando en la noche del viernes dio la orden a sus fuerzas armadas de atacar Osetia del Sur? La respuesta es un rotundo sí, y sólo puede discutirse el porqué el Gobierno estadounidense decidió esta vez soltarle la correa al perro, cuando en el pasado siempre le había tenido retenido.

La reconquista de Osetia del Sur y de Abjasia es "el objetivo de mi vida", había comunicado Saakasjwili en noviembre de 2003, antes de su imposición como presidente a finales de enero del 2004 gracias a una subversión apoyada por EE.UU. "Haremos lo máximo posible para que la próxima fiesta nacional también se pueda celebrar en Sujumi, la capital de Absajia." Esto hubiera sido normalmente en enero de 2009; sin embargo, había entre medias unas nuevas elecciones. En su discurso de toma de posesión Saakasjwili habló de la necesidad de construir un ejército poderoso, "para volver a rehacer la unidad de Georgia". El 25 de mayo de 2004 se celebró en Georgia el mayor desfile militar de la historia del país y Saakasjwili dijo: "Si se pregunta a cualquier soldado georgiano porqué sirve en el ejército, todos te contestarán: para reconstruir la integridad territorial de Georgia".

¿Podía ser esto un malentendido? La cúpula georgiana pasó pronto a los hechos: tras enfrentamientos militares de varios días en Osetia del Sur, en la madrugada del 19 de agosto de 2004, tropas de elite georgianas asaltaron varias colinas estratégicamente importantes en las inmediaciones de la capital Tsjinwali. Todos los observadores competentes estuvieron de acuerdo en que era el preludio de un ataque mayor. Sin embargo, en un giro de los acontecimientos sorprendente y sin declaración oficial, los soldados georgianos desocuparon pocas horas después las posiciones conquistadas. Las suposiciones que se barajaron entonces, eran que el gobierno estadounidense había intervenido a través de su poderoso embajador en Tbilisi.

El veto estadounidense también intentaba probablemente evitar una escalada bélica en septiembre de 2006. En aquel entonces, el ministro de defensa Irakli Okruaschwili, un "loco atrevido" no muy responsable de sus actos, había tenido que aterrizar de emergencia con su helicóptero en territorio de Osetia del Sur, después de que antes hubiera estado media hora sobrevolando provocadoramente sobre Tsjinwali. "Todos deberían entender que los impulsos de esos bandidos van a terminarse de una vez por todas muy pronto", amenazó a continuación Okruaschwili e informó de que próximamente dirigiría personalmente "una expedición de castigo". En el verano del 2007 alardeaba que se bebería el próximo champán de año nuevo en la capital surosetia. En lugar de eso cayó en desgracia con Saakasjwili, fue enviado incluso temporalmente a una cárcel georgiana y vive en la actualidad exiliado en Francia.

El primer indicio de que el Gobierno georgiano tiene ahora la bendición de Washington para su agresión a Osetia del Sur, fue la actitud del congresista estadounidense Zalmay Khalilzad, antiguo representante estadounidense en Kabul, en el Consejo de Seguridad de la ONU: en la reunión especial nocturna convocada precipitadamente después del comienzo del ataque georgiano, bloqueó cada toma de posición conjunta para la renuncia a la violencia. Hasta el momento no ha llegado de Washington ni una sola palabra de crítica al proceder de Saakasjwilis.

Observadores expertos en Moscú, se habían preparado para un peor desarrollo del conflicto, después de que la Secretaria de Estado Condoleezza Rice se hubiera encontrado con Dimitri Sanakojew, el "presidente de Osetia del Sur" nombrado por el Gobierno georgiano, en su visita a principios de julio en Tbilisi. Hasta ese momento había, entre los EE.UU. y la UE, unidad para ignorar a esta figura creada para las provocaciones y las aventuras militares

Pocos días después de la visita de la Secretaria de Estado, en la que supuestamente también se hablaría sobre la inminente agresión, comenzaron en la base de Vaziani cerca de Tbilisi, maniobras conjuntas con el nombre de "Respuesta Inmediata" dónde junto a 600 georgianos y pequeños grupos de oficiales de Ucrania, Azerbaiján y Armenia participó un contingente más fuerte de 1000 soldados estadounidenses con diferente armamento. Los ejercicios duraron del 17 al 31 de julio. Un día después de terminar, en la noche del 1 al 2 se agosto, comenzaron las provocaciones militares de las fuerzas armadas georgianas en los alrededores de Tsjinwali.

Cuando Saakasjwili dio la orden de atacar en la noche del 7 de agosto, se encontraban todavía en Georgia parte de las tropas estadounidenses que tomaron parte en las maniobras, aunque por lo visto ya no estaban en la base de Vaziani, que fue atacada por los aviones de guerra rusos.

Igualmente había en Georgia 127 instructores militares estadounidenses, entre ellos 35 empleados de empresas privadas de seguridad. El Gobierno estadounidense había empezado ya en abril de 2002 con el predecesor de Saakasjwilis, Eduard Shevardnadze, a entrenar unidades de elite del ejército georgiano y a equiparlos con las armas más modernas. Con un coste de 65 millones de dólares, este programa representaba por aquel entonces un tipo de proyecto piloto con una dimensión absoluta sin precedentes en el campo de la antigua URSS. Oficialmente terminó en el año 2004, pero continuó bajo otros nombres. Además se unieron instructores de Gran Bretaña y un número desconocido de militares y "asesores de seguridad" de Israel.

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