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De Como Cierto Feminismo Radical Termina Apoyando La Opresión Contra La Mujer

Por fin una periodista y escritora muestra el lado oscuro de ciertos "feminismos y humanismos" que ocultan la grave explotación e injusticia que es la prostitución con lo de la "Diversidad Sexual" y "Trabajo Sexual" conceptos esencialmente inhumanos por ocultar formas opresivas, desfigurantes y desequilibrantes de la sicología y sexualidad humana.

 

 

Feminismo y trata sexual

 

Liliana Viola / Periodista
Feminismo y trata sexual
En 2005 Lydia Cacho fue encarcelada
y torturada a raíz de su libro Los
demonios del edén: el poder que
protege a la pornografía infantil.
Aunque la trata de mujeres (ya no se dice de blancas porque ahora son de todas las razas) es un fenómeno antiguo, lo que decimos es que se ha potenciado a nivel comercial como nunca en la historia. La mecánica de la trata sexual ha cambiado porque abreva del movimiento feminista. Los tratantes se han montado en la ola de la libertad sexual y han logrado construir un discurso posmoderno, con la desgraciada ayuda de algunos intelectuales y feministas, en el que la esclavitud es supuestamente una opción.

* Ocho países figuran en el índice de este libro recién publicado en la Argentina, como una hoja de ruta: Turquía, Israel, Palestina, Japón, Camboya, Birmania, México. Ocho destinos marcados por su posición estratégica en el rapto, compraventa y abuso sexual de mujeres. Especie de vuelta al mundo, o mejor dicho, dar vuelta el mundo, patas arriba, para que en esa posición incómoda y patética caiga uno de los más grandes negocios del siglo XXI: la esclavitud, que resucita en books, páginas vip, empresas de acompañantes y aporta la misma calma a quienes prefieren pensar que “algo habrán querido”. Sí, falta un país en la lista de arriba: Argentina está entre los ocho puntos clave y juega un lugar protagónico en el capítulo donde se desenmascara la conexión política con los clubes nocturnos de Cancún.


*Turquía, donde en los 5 últimos años fueron traficadas 200.000 mujeres, donde el 50 por ciento de las emigrantes termina en prostitución y es record la prostitución de transexuales, las mujeres para salir de sus casas deben llevar velo y la transexualidad se considera un pecado. Hay prostitución legal, sin embargo la clandestina es infinitamente mayor. El negocio de la esclavitud necesita de la prostitución lícita para que resulte más complejo decidir cuál es cuál. Las calles de Turquía están muy visitadas por noruegos y suecos, en cuyo país la prostitución está prohibida; aquí además nadie los reconoce.


*Los clientes tienen voz y “las prefieren sumisas y cariñosas, que no parezcan putas”, mientras los empresarios se ocupan de asegurarle la salud al que paga: “Los tratantes inyectan antibióticos una vez al mes a las prostitutas para proteger a los clientes que en general se niegan a usar condón. Costumbre que genera un problema de salud tremendo para ellas, pues las hace resistentes a los medicamentos más potentes”.


*Tailandia, Camboya y Japón son los tres países asiáticos donde más se consume la prostitución: el 70 por ciento de los hombres pagan por sexo. Tailandia, a pesar de sus leyes contra la trata y la prostitución forzada, recibe 5,1 millones de turistas sexuales al año, y según Ecpat entre 450.000 y 500.000 hombres locales pagan por tener sexo con adultas y menores de edad. En Europa, España encabeza la lista de países consumidores de prostitución. En México, los centros turísticos como Cancún, Playa del Carmen y Acapulco reciben cada vez más visitantes norteamericanos y canadienses en busca de sexo con mujeres jóvenes, dóciles y obedientes, como pude comprobar en una de mis noches de investigación en los centros nocturnos de Cancún.

*Las colombianas, mexicanas y rusas que entrevisté en Japón y se prostituyen en las calles, esclavizadas por deudas millonarias con la mafia yakuza, tienen cuatro clientes en noches malas, seis en las regulares y hasta catorce en las mejores. Una joven colombiana sacó de su bolso una libreta pequeña con un diseño de Hello Kitty en la que apuntaba cuántos clientes había tenido cada noche durante los once meses que llevaba en Tokio. Ansiaba pagar su deuda de 15 mil dólares a su tratante, quien la compró a través de una red internacional y la hizo traer desde Medellín. Sólo entonces al pagar su deuda podía comenzar a juntar dinero para volver a casa. En el tiempo que llevaba como prostituta forzada había tenido sexo con 1320 hombres. Las niñas de diez años, rescatadas de Pataya, Tailandia, me narraron que tenían seis o siete clientes de yum yum (sexo oral) todos los días al año. La joven de diecisiete años que huyó de sus tratantes en Ciudad Juárez tenía hasta 20 clientes al día, dos terceras partes nacionales y una tercera parte norteamericanos. Había sido forzada a tener sexo 6750 veces, y sólo el 10 por ciento eran clientes cautivos.

En 2005 Lydia Cacho fue encarcelada y torturada a raíz de su libro Los demonios del edén: el poder que protege a la pornografía infantil, donde denunciaba un negocio de poderosos que no está en absoluto alejado de éste. Ante la pregunta sobre cómo se salvó y cómo se le ocurre seguir, ella reconoce que “lo fundamental fue que soy muy realista, nunca he subestimado una amenaza de muerte y siempre he pedido ayuda. Antes de que me detuvieran al equipo de mi oficina y a mi pareja les hice saber que si algo me sucedía debían llamar a una serie de personas, hicimos una lista que incluía a gente de la ONU con quienes he trabajado, de Amnistía Internacional, etc. Paralelamente mis colegas de medios fueron absolutamente solidarios y no cejaron en su esfuerzo hasta asegurarse de que llegara con vida al día siguiente de que fui levantada y torturada por la policía”.




*Este texto fue extractado de la entrevista que la periodista Liliana Viola mantuvo con la periodista Lydia Cacho y que fue publicada en Página 12 el 18/03/11.
Feminismo y trata sexual
El miedo a dar la cara.

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