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La Otra Historia Mundial

Hace 70 Años Comenzaba El Horror Del Fascismo Mundial

En tiempos aciagos y de Crisis Ecosistémica Cataclísmica y Global, dónde la amenaza de guerra vuelve a levantarse nuevamente en el mundo, solo que como amenaza final por el poder de las armas nucleares, es bueno recordar todo el dolor y la amargura que generó esa tragedia universal que terminó con la detonación del Apocalipsis en Hiroshima (para dar inicio a la Guerra Fría) Primero reproducimos la entrevista que hizo la BBC a una luchadora polaca que resistió a la ocupación nazifascista de Varsovia, luego la memoria rusa sobre la guerra.

 

Hanna Fuglewicz

Hanna Fuglewicz tenía 11 años cuando la guerra llegó a las puertas de Varsovia.

 

 

Ya todos lo sabían. Que la guerra estaba a las puertas, que el ejército necesitaba a sus reservistas, que se respiraba en las calles un sentido de urgencia cuando todavía el miedo no se sentía en la piel.

 

 

Un día de verano de 1939, Hanna Fuglewicz volvió de quién sabe dónde y vio a su madre poniendo tiras de cinta adhesiva gruesa en las ventanas de su casa de Varsovia. "Si algo pasa, por lo menos no se van a caer los vidrios", le dijo a la niña.

Así, con los vidrios a medio tapar, llegó el 1º de septiembre a Polonia. El primer día del ciclo escolar, aunque a Hanna ese año le quedó el uniforme planchado y sin uso.

"Me desperté sintiendo que algo raro estaba pasando. La empleada entró corriendo, ’hay guerra, hay guerra’ y faltó poco hasta que empezamos a escuchar los aviones".

Después llegarían las noticias de que las tropas alemanas habían entrado en territorio polaco en la madrugada, y la Luftwaffe sobrevolaba ya la capital.

La ocupación

No alcanzamos a salir por las rutas repletas de civiles escapando. Y después ya no hubo esperanza… La ciudad luchó y luchó, hasta que no pudo más

A los 11 años, Hanna aprendió a distinguir el sonido de las bombas alemanas del de la artillería polaca que repelía a los invasores. Lo aprendió incluso antes de sentir por primera vez el olor del miedo. A ella le llamaban la atención esas latas de jamón de cinco kilos y las estanterías llenas de frascos y conservas que por esos días se compraban con frenesí. Provisiones desmedidas para una familia de cuatro.

"Mi mamá había pasado la Primera Guerra, y sabía…".

Quisieron huir al este, hacia la frontera con Rusia, para ganar tiempo antes de que las tropas alemanas avanzaran. Pero el plan se frustró con la invasión rusa unos días después.

"No alcanzamos a salir por las rutas repletas de civiles escapando. Y después ya no hubo esperanza… La ciudad luchó y luchó, hasta que no pudo más. Me acuerdo cuando fue la capitulación de Varsovia (27 de septiembre). Salimos a la calle con mi mamá y vimos las veredas. Las veredas de la capital eran amplias y adornadas con flores, y ahora esos espacios de tierra se habían convertido en tumbas… no había tiempo de llevar a los muertos al cementerio".

Hanna con su uniforme de combatiente

Hanna formó parte del ejército clandestino polaco.

Las calles de Varsovia fueron escenario del desfile triunfal de las tropas alemanas. Un despliegue de milicias engalanadas y armas recién usadas, ante la mirada atenta de Adolf Hitler en la recién rebautizada "Adolf Hitler Platz". Hanna lo recuerda aunque no estuvo, lo vio quizás mucho después en la película épica de Leni Riefenstahl, la cineasta del nazismo.

"La gente vivía como podía… uno iba caminando tranquilo por la calle y llegaban esos enormes camiones, cerraban dos calles y se llevaban a todos los que quedaban ahí, a cualquiera, para hacer trabajos forzados en Alemania. No sé cuánta gente murió en esos años…".

 

A su padre la muerte sin aviso le tocó una noche. Corría 1941 y el hombre estaba en una reunión con la intelligentsia polaca. Un año más tarde, una nota escueta del campo de concentración de Flossenbürg les notificó que era uno más en la lista de víctimas fatales. La madre de Hanna nunca lo creyó. No pudo o no quiso, hasta el final de la guerra.

La resistencia

Vio levantarse los muros del gueto: judíos construyendo tapiales para poner frontera a su propia libertad. Judíos de Polonia y judíos traídos de fuera. Judíos que murieron en el levantamiento heroico pero imposible de 1943, y judíos que se salvaron del gueto y fueron trasladados a campos de concentración de los que no se salvaron.

 

"Nosotros los ayudábamos. Entre la juventud no había diferencias religiosas, al contrario. Los chicos se escapaban y mamá les daba de comer, les tenía pan o sopa. Cuando no venían, ya sabíamos lo que había pasado... Cuando fue el levantamiento, vimos escenas dantescas: mirábamos el cielo de fuego rojo, las llamas en las casas que todavía tenían gente adentro…".

Su hermano mayor tenía 19 años entonces. Estaba preso en el gueto porque las cárceles no daban abasto y murió un año después. "No murió, lo fusilaron", se corrige Hanna y el recuerdo se calla. De eso no quiere hablar.

"Se empezó a organizar muy pronto lo que luego fue el ejército clandestino, el Armia Kraiova. Nosotros éramos una generación muy patriótica, la de aquellos que habíamos nacido después de la independencia de Polonia en 1918. Aunque al principio todo lo hacíamos de una manera infantil".

Primero fueron las pintadas furtivas en edificios tomados: una P y una W, "Polonia Lucha", una expresión de deseo, un "demostrar que vivimos" a la espera de la asistencia militar de los aliados que los sacara de la opresión.

Carnet de pertenencia al ejército clandestino

El carnet de combatiente.

"Todos querían luchar. Era imposible ser joven en esos días y no involucrarse. Imposible, imposible…".

En 1944 prestó juramento en una célula del ejército clandestino. Aprendió a limpiar armas, a dar primeros auxilios, a hacer de correo humano, de correveidile de información estratégica. Hanna se convirtió en Lalka, "muñeca" en polaco: nombre de combate de la muñeca de un pelotón del Armia Kraiova.

La única foto que tiene de la época la muestra con traje sastre de tela gruesa, impermeable gris, boina ladeada, pelo corto con algún rizo, la cara aniñada para sus 16 años, todavía sin la huella que las esquirlas le dejaron para siempre al lado del ojo derecho.

La batalla fue calle por calle, edificio por edificio. "Podemos decir que fueron pérdidas iguales entre el ejército alemán y el nuestro, 20 mil de cada lado. Pero ellos tenían todo tipo de armas, nosotros teníamos algo escondido… pero poco".

La salida

Los combates urbanos duraron 63 días, aunque ellos estaban preparados para tres o cuatro. Creían que los rusos, apostados cerca del río Vístula, llegarían en su auxilio: "Era ahí, era un movimiento y ya estaban adentro. Pero se quedaron esperando de brazos cruzados… y no se movieron".

De golpe apareció un tanque que rompió el portón y unos oficiales… ¡Y hablaban polaco!

Y a los jóvenes de la resistencia les llegó la hora de la rendición. Tuvieron garantías: serían tomados como prisioneros de guerra, pero para ellos no habría campos de concentración ni trabajos forzados, según exigieron los aliados. El trató se cumplió.

"Tuvimos enorme suerte. Nos llevaron a un campamento muy cerca de la frontera con Holanda, llamado Overlangen, y allí, el 12 de abril, una patrulla no muy grande del ejército polaco que estaba combatiendo en Alemania, nos liberó. Éramos 1.730 mujeres. No voy a olvidarme nunca del enorme portón de hierro y alambre, donde de golpe apareció un tanque que rompió el portón y unos oficiales… ¡Y hablaban polaco!".

Su madre había quedado en Varsovia, única sobreviviente de las bombas y las ausencias a fuerza de rezos a la virgen de Czestochowa, la Madonna negra que vio en misa, sin faltar un solo día, para pedir por la hija a la que no volvería a ver en doce años.

La emigración

Sygmunt

Sygmunt, el esposo "apuesto, muy apuesto" de Hanna.

 

Madre e hija se reencontraron en Argentina, donde Hanna desembarcó en 1949, al final de la oleada inmigratoria desatada por la Segunda Guerra.

Antes, Hanna había conocido a Zygmunt, su esposo "apuesto, muy apuesto, cómo no", muy James Dean, ojos intensos, pelo a la gomina. Se casaron en Londres, ella de traje sastre y sombrero de Harrods, sin madre cerca ni vestido blanco ni ganas de festejar.

"Era la Guerra Fría y parecía que iba a estallar la Tercera Guerra Mundial. A mí me agarró temor… creo que nunca en mi vida había tenido tanto temor. Me quería ir de la isla porque no quería soportar otra guerra".

A sus manos llegó oportunamente una revista New Argentine, propaganda de la era peronista con Evita engalanada de perlas y vestidos Dior y promesas de un nuevo comienzo. Y se fueron, con una hija a cuestas y otra en el vientre.

Y la vida siguió en Buenos Aires. Una fábrica de plásticos para ganarse el sustento. Dos hijas, cuatro nietas, seis bisnietos

Llegaron a un puerto sucio y vacío de un país de idioma ajeno. "De esta también vamos a salir", prometió Zygmunt.

Y la vida siguió en Buenos Aires. Una fábrica de plásticos para ganarse el sustento. Dos hijas, cuatro nietas, seis bisnietos, "una vida buena".

Volvió a Polonia por primera vez en los años 80, cuando el activista Lech Walesa y su movimiento Solidaridad se convertían en pieza clave en el enfrentamiento contra el gobierno comunista. Estaban ella y Zygmunt, en medio de un estallido de estandartes rojos y blancos, los de su militancia joven, los de la esperanza de una nueva Polonia para miles de ciudadanos.

"Nos hicimos ese regalo con mi marido después de tantos años, después de tantas cosas…".

Todavía había signos de la ciudad de la guerra: marcas de bombas, el gueto destruido, edificios a medio hacer o a medio caer. Hanna, ya viuda, hizo otro viaje en 1993. Para entonces, su Varsovia era otra, y de los escombros no había ya rastros.

 

 

 

Es inaceptable minimizar el papel de la URSS en la Segunda Guerra Mundial

 

 

Moscú, 1 de septiembre, RIA Novosoti. Los intentos de revisar y minimizar el papel que desempeñó  la URSS durante la Segunda Guerra Mundial, son inaceptables, declaró el periodista cubano, director del programa de la televisión cubana "Mesa Redonda" y del sitio Cubadebate., Randy Alonso Falcón.

"Cuando el mundo recuerda  con dolorosas huellas el inicio de la Segunda Guerra Mundial hace 70 años, con la invasión nazi a Polonia el 1 de septiembre de 1939, vuelven a resurgir los intentos de sepultar el heroísmo y la enorme contribución del pueblo soviético en aquellos difíciles años", señaló Falcón en su opinión intitulada "Cinismo histórico", publicada en el sitio Cubadebate.

Según el periodista cubano, algunos medios y especialistas de la Europa Occidental, en algunos países del Este y de las naciones bálticas, minimizan alevosamente el papel de la URSS en el combate al fascismo y lo reducen al papel de vulgar invasor.

Asimismo, recordó que El mes pasado, la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa  (OSCE) aprobó una resolución que culpa a partes iguales a la Alemania nazi y a la Unión Soviética del inicio de la conflagración mundial, por la firma del Pacto Ribbentrop-Mólotov en 1939.

Al respecto, Falcón citó las declaraciones del presidente de la Federación Rusa, Dmitri Medvédev, que llamó a semejante aseveración de "cínica mentira" añadiendo: "Nadie puede cuestionar quién empezó la guerra, quién mató a la gente y quién salvó millones de vidas: quién, en un análisis final, salvó a Europa".

Falcón agregó en su opinión que la participación soviética fue decisiva en la derrota del fascismo. Destacó que el Ejército Rojo se enfrentó a 201 divisiones del adversario y a más de 4,5 millones de soldados alemanes; y que el 70 por ciento de las bajas alemanas y el 75 por ciento  de los carros blindados, piezas de artillería, aviones y material de guerra que perdió el ejército nazi en la guerra fue gracias a las acciones de las tropas soviéticas.

"La Unión Soviética perdió unos 27 millones de personas en la guerra; soldados soviéticos cayeron en Polonia, Budapest, Praga, liberando a sus pueblos, cuando ya los soldados nazis habían sido expulsados de la URSS", apuntaló el director del programa de la televisión cubana "Mesa Redonda".

En contraposición a lo que la prensa occidental y de algunos países del Este intentan hacer, Falcón recordó que en una de sus misivas a Stalin, el premier británico Winston Churchill reconoció la valía de la hazaña soviética: "Fue el Ejército ruso el que sacó las tripas a la máquina de guerra alemana".

"Más allá de los errores que cometió Stalin, nadie puede borrar de un plumazo las hazañas liberadoras de un pueblo que resistió el bloqueo a Stalingrado y el asedio a Moscú, que libró y ganó la batalla del Arco de Kurks, que tomó y develó los horrores de los campos de concentración como Auschwitz y Terezín.  La humanidad tiene que rendirle tributo a ese heroico pueblo y seguir alerta para que no se repitan los horrores del fascismo", culminó su opinión el distinguido periodista.

 

 

Tambores de Guerra Argentina a 70 años del inicio de la II Guerra Mundial

El 1 de septiembre de 1939 las fuerzas militares de Alemania invadían el territorio de Polonia y se daba inicio a una nueva guerra mundial que en principio se desarrollaría en Europa y sus colonias, pero luego se extendería prácticamente a todo el globo terráqueo.

Nuestra América y en especial Argentina se mantendría neutral durante casi todo el conflicto mundial, al igual que numerosos países iberoamericanos. Es más, uno de los países que seria mas beneficiado con ese conflicto; Estados Unidos de Norteamérica se incorporaría recién a fines de 1941.  

Hace pocos días, el director del Instituto de Historia (Academia de Ciencias de Rusia) Alexandr Chubarian, que investiga  el Pacto Molotov-Ribbentropp (entre la Unión Soviética y la Alemania Nacionalsocialista), demistifica al mismo pues se lo consideraba  para la historiográfica occidental el causante de la aventura de Hitler, y con datos concretos refuta esa versión maniquea de la historia.

Y no, por ejemplo, el acuerdo de Munich donde las dos potencias militares de la época Inglaterra y Francia claudicaron ante Hitler entregándole Chescolovaquia.

Igual nos ocurre a los argentinos, pues se instaló en la historia una tesis que intenta imponer la "irracionalidad" argentina frente a la segunda guerra mundial y ello se basó en la propaganda política de los Estados Unidos contra una Argentina que se oponía a sus intentos de hegemonía y de conducción de la región sin interferencia.

Para la época de la iniciación del conflicto armado gobernaba la Argentina Roberto M. Ortiz y Ramón Castillo que asumieron en 1937 en la denominada "década infame" donde la corrupción y el fraude conocido como "patriótico" gobernaban, es mas su triunfo estuvo marcado por el fraude y la violencia (muertos y heridos en unas elecciones en las que solo votaban los hombres).

Estos gobiernos legales pero ilegítimos serian los que agobiaban a una sociedad que quería cambios profundos en su seno. Detrás de estos dos hombres, volaba la sombra del General Justo (el monje negro de la política argentina desde el golpe militar de 1930). Personaje conservador muy ligado a la oligarquía e ideológicamente identificado con las ideas del liberalismo económico ortodoxo y a Inglaterra, su muerte en 1943, deja al sector conservador de la argentina sin un referente de envergadura en la política nacional.

La Argentina tenía para ese periodo una triangulación económica en su comercio exterior: Inglaterra era su principal cliente comprador de los productos alimentarios que proveíamos (pacto Roca Runciman) y Estados Unidos de Norteamérica era nuestro proveedor de bienes de capital y manufacturas (que cubría una incipiente industria sustitutiva, de mala calidad y que había crecido sin planificación). Inglaterra ya había iniciado su decadencia política y económica pero las clases dirigentes conservadoras argentinas seguían aferrados a la relación con Inglaterra.

 

Una Neutralidad muy particular

 Así como la Argentina fue neutral en la Primera Guerra Mundial al inicio de la Segunda intento mantener esa misma línea. Desde la segunda guerra se trata de hacer creer en el conciente colectivo argentino que la neutralidad fue por presiones de los sectores pro Eje (Alemania-Italia), pero la realidad es que la neutralidad fue aconsejada por Inglaterra.

El aporte de Argentina a los aliados fue gigantesco ya que comercio durante toda la guerra solamente con el mercado ingles y aliado (represento el 40% del consumo de carne británico), desde el punto de vista económico la Argentina no fue neutral pues abasteció a los aliados, y esto se realizo sin pago inmediato por parte de Inglaterra y ello dio lugar a las llamadas "libras bloqueadas" al terminar la guerra e intentar la argentina cobrar.

Desde el mismo inicio de la guerra, en realidad se paralizó todo comercio exterior con Alemania y los países del Eje.

Los británicos no estuvieron de acuerdo con la tesis intencionada de los estadounidenses de que la Argentina era neutral por motivos ideológicos pro Eje. Eso los llevó a enfrentarse con EE.UU. cuando este último intentó imponer sanciones a la Argentina a los finales de la guerra. Es más, los ingleses temían que el abandono de la neutralidad argentina les causaría un grave problema de desabastecimiento y con ello un deterioro del esfuerzo de guerra aliado.

El enfrentamiento diplomático con Estados Unidos no se dio en la guerra sino mucho tiempo antes en las conferencias panamericanas de Buenos Aires de 1936, la de Lima de 1938 y la de la Habana de 1940 como vemos todas cuando aun Estados Unidos no había entrado en la segunda guerra mundial. Luego del ataque Japonés a Pear Harbour en diciembre de 1941, es cuando ese Pais intenta que todo el continente le declare la guerra al Eje, en la Conferencia de Ministros de Relaciones  Exteriores Americanos de Río de 1943. Argentina logra cambiar el documento oficial en el que se "recomienda" a los países del continente, quedando el libertad cada uno de romper o no las relaciones diplomáticas.

Internamente en la Argentina; la neutralidad tenia sus seguidores en: sectores militares, católicos y nacionalistas, los pro aliados se encolumnaban en los cuestionados partidos políticos tradicionales, el PC argentino recién después de la invasión de Alemania a Rusia y los Socialistas; y los pro eje podemos encontrarlos en algunos sectores duros de los militares y en grupos minoritarios de la política nacional, que no tenían ni fuerza ni poder para imponer su tendencia.

 Argentina fue neutral junto con Suiza, Suecia, Turquía, España, Irlanda y Portugal (no olvidemos que en esa época África y gran parte de Asia eran colonias de Países Europeos). Igualmente en América fueron neutrales hasta ultimo momento: Venezuela, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Perú y Chile y que con escasa diferencia de tiempo todos estos países le declararon la guerra al Eje. Argentina declararia la guerra al eje en marzo de 1945.

Todos estos acontecimientos que estamos describiendo sobre la situación política interior y exterior de argentina desembocara en la denominada Revolución del 43.

Dando inicio a un cambio profundo cambio en nuestra historia política con la aparición del Peronismo que se fogueara en los enfrentamiento del entones Coronel Perón y el embajador norteamericano en argentina Braden. (Autor del mito del nazi fascismo  argentino).

Un alzamiento popular exigirá la liberación de Perón que congregara a miles de personas que ocuparan Plaza de Mayo, y movilizaciones en todo el interior del Pais, Perón será liberado.

Argentina estaba comenzando una de las etapas más relevantes de su historia republicana, que encontrara fuerte resistencia en el gobierno norteamericano por las medidas punitivas que aplicara a causa de la posición política de Argentina desde 1936 a 1945. La Argentina establecerá a los pocos días de la asunción de Perón (1946), como presidente  las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, y se iniciara en el Pais un gigantesco esfuerzo para trasformar un pais semicolonial en una nación desarrollada social, económica y tecnológicamente y con una política exterior basada en el no reconocimiento de zonas de influencias sino en una tercera posición embrión de los no alineados. Pero esa es otra historia.

 1 de septiembre de 2009.- 

Lic. Carlos A. Pereyra Mele

Centro de Estudios

Estratégicos Suramericanos CeeS

 

 

 

A setenta años del inicio de la Segunda Guerra Mundial

 

Ya es muy poca la gente que mantiene recuerdos sobre la Segunda Guerra Mundial.

En los países que participaron cada vez hay menos ex combatientes o incluso niños que vivieron sus duras experiencias. En los países como Argentina -que no participó- van quedando pocos de quienes seguían el conflicto a través de los diarios, la radio y los noticieros de cine.

La gran mayoría de la población conoce lo que sabe a través de los medios de comunicación.

En un país como Argentina, la imagen predominante del conflicto es la generada por los medios occidentales, los que inevitablemente, durante la segunda mitad del siglo XX, la generaron signada por la llamada Guerra Fría.

Ella impedía una visión objetiva sobre el rol de Rusia, porque ella terminaba favoreciendo a la URSS, que pugnaba con EEUU y sus aliados por la hegemonía mundial.

En Occidente, la caída del muro no trajo en general como consecuencia una revisión de esta cuestión.

Desde esta perspectiva, se puede poner el énfasis en el acuerdo Stalin-Hitler para la partición de Polonia, y esta es una visión que ha predominado durante la Guerra Fría, pero también se puede asumir que Rusia fue el país que más muertos tuvo en la guerra más sangrienta de la historia.

En mi opinión, la derrota de las potencias del Eje fue la consecuencia de la combinación del tesón británico, con la capacidad industrial de los EEUU y la sangre rusa.

Posiblemente, sin la participación de alguno de los tres, el resultado de la Guerra hubiera sido diferente.

El tesón británico fue decisivo para impedir que Hitler consolidara su dominio sobre Europa y negociara desde una posición de fuerza tanto con Washington como con Moscú.

La capacidad industrial y tecnológica de los EEUU resultó fundamental, porque aportó los recursos materiales con los cuales, tanto Gran Bretaña como Rusia, pudieron enfrentar con éxito la maquinaria militar alemana y la de sus aliados.

Pero la sangre que aportó Rusia fue fundamental. Sin su resistencia, un éxito alemán en el frente del Este seguramente hubiera cambiado la historia. El testimonio al respecto del mismo Winston Churchill es elocuente.

Las bajas rusas fueron aproximadamente 25 veces más que las británicas, aunque la población era entonces 3 veces mayor. Tomado todo el Imperio británico, las bajas rusas fueron 10 veces más.

A su vez, aproximadamente fueron 12 veces más que las americanas, aunque la población de los EEUU era cerca de 2 más.

Además, ni EEUU ni el Reino Unido sufrieron la ocupación como la sufrió Rusia, y esta fue cruel y despiadada.

En términos humanos, Rusia aportó una cuota de sufrimiento sensiblemente mayor que la de sus aliados para derrotar al nazismo.

A casi dos décadas de la disolución de la URSS y a setenta años de la Segunda Guerra Mundial, cabe reflexionar -sin las distorsiones de la Guerra Fría- que la cuota de sangre y sufrimiento que aportó Rusia fue decisiva para la definición de la contienda.

Rosendo Fraga

Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

 

 

Fotos del Inicio de la invasión nazifascista a Polonia:

(fotos publicadas por Ria Novosti)

 

 

Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. © RIA Novosti..

 

 

Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. © RIA Novosti..


1 de septiembre de 1939. Tropas alemanas en las calles de Varsovia. Fotograma de una película.

 

 

Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. © RIA Novosti..

Militares alemanes fusilando a ciudadanos polacos en 1939.


Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. © RIA Novosti..

28 de octubre de 1939. Manifestación antinazi en Praga.


Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. © RIA Novosti..

31 de octubre de 1939. Tropas hitlerianas en la Plaza de Venceslao (Praga)



Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. © RIA Novosti..


Antes del inicio de la guerra, la URSS y Alemania firmaron el Pacto de No Agresión, más bien conocido como el Pacto Mólotov-Ribbentrop. El Pacto fue suscrito en Moscú el 23 de agosto de 1939.


Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. © RIA Novosti..

El Pacto fue firmado por el Ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética, Viacheslav Molotov, y su homólogo alemán, Joachim von Ribbentrop. Se firmó un anexo secreto al Pacto que delimitaba las esferas soviética y alemana de influencia en la Europa del Este. En la foto: el führer (presidente alemán) Adolfo Hitler (a la izquierda), y el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joachim von Ribbentrop (en el centro), luego de su regreso a Berlín después de la firma del Pacto de No Agresión Mólotov-Ribbentrop.




Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. © RIA Novosti..

En la foto: 1 de septiembre de 1939. El Ejército Rojo en el territorio de Ucrania Occidental. En la foto: 1 de septiembre de 1939. El Ejército Rojo en el territorio de Ucrania Occidental



Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. © RIA Novosti. Ivan Shagin.

El 17 de septiembre de 1939, tropas soviéticas entraron en regiones orientales de Polonia. A solicitud de los gobiernos de Letonia, Lituania y Estonia, estos países pasaron a formar parte de la URSS (1939-1940). En la foto: soldado del Ejército Rojo conversando con habitantes de la ciudad de Vilnius (hoy capital de Letonia) días después de que Letonia fuera admitida en la URSS.



Así comenzó la Segunda Guerra Mundial. © RIA Novosti..

Los actuales gobiernos bálticos consideran que Letonia, Lituania y Estonia fueron “anexadas” por la URSS. En Polonia, el anexo secreto al Pacto Mólotov-Ribbentrop es utilizado como instrumento para homologar a la Alemania nazi con la URSS y mancillar el honor y la memoria de los soldados soviéticos. Cabe recordar que en los combates por la liberación de Polonia murieron unos 600 mil soldados soviéticos.

 

 

 

 

Y finalmente una imagen que nos trae de vuelta a nuestros tiempos:

 

 

 

 El cartel dice "Unase a la guerra contra el Terrorismo"

No hacen falta más explicaciones.