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México Bajo Asedio Mafioso

El General Villa Lucha Contra Narcos En El Norte de México

 

Tras cien años, Villa lucha contra los Zetas

 

Malhablado, norteño, de educación castrense y con una fiel perra bóxer, Carlos Villa, sobrino-nieto del Centauro del Norte, combate al narcotráfico de Torreón.

 

HEREDERO DEL CENTAURO El general Villa, con casco en el centro, duerme y vive en su cuartel con una pequeño batallón y una perra (Foto: Tomada de The Wall Street Journal )

 

A cien años de la Revolución Mexicana, el general Villa aún batalla en Coahuila. Y no es en sentido figurado, sino literalmente.

Carlos Villa es sobrino-nieto de Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco Villa, el revolucionario más carismático de sus contemporáneos y que los que conocen al nuevo Villa, dicen que heredó.


Malhablado, norteño, de educación castrense y con una fiel perra bóxer, Carlos Villa combate al narcotráfico de Torreón, de donde es el jefe policiaco.


Sin embargo, tal vez no sean los delincuentes el principal problema del heredero del "Centauro del Norte", sino sus propios policías, varios de los cuales fueron removidos por Villa por presuntos nexos con el narcotráfico.

En marzo, casi la totalidad de la fuerza pública inició una huelga para exigir la destitución del general. El alcalde tuvo que escoger entre despedir a casi todos los policías y dejar la ciudad a merced de los grupos de narcotraficantes o deshacerse de Villa y mantener a funcionarios corruptos en la calle. Optó por expulsar a los policías.


"Fue la mejor decisión que he tomado en mi vida", comentó el alcalde Eduardo Olmos para The Wall Street Journal. "No es que nuestros policías no lucharan contra los criminales; es que eran los criminales", dijo.


Para Villa y el alcalde uno de los principales problemas es el salario de los policías, quienes son comprados por unos cuantos pesos más. Por ello, se les aumentó el sueldo y se les otorgan becas a sus hijos para estudiar en escuelas privadas.

Sin embargo, el sobrino-nieto del revolucionario no está en paz, pues la traición se encuentra a la vuelta de la esquina. Dos de sus guardaespaldas desaparecieron en los meses posteriores a la huelga y otro fue secuestrado, torturado y ejecutado. Su cabeza fue expuesta frente al cuartel de policía.

"El general ahora cuenta con un contingente de 60 ex soldados o en servicio activo. Ninguno es de Torreón. Todos viven en el cuartel de policía y se aventuran en la ciudad sólo cuando salen de patrulla. Villa vive en una habitación junto a su oficina, con un colchón, una máquina de ejercicios y una perra bóxer llamado Chata", relata The Wall Street Journal sobre Villa. "He visto más acción que en toda mi carrera en el ejército", asegura el general.

"Es el mejor jefe de policía que hemos tenido", asegura José Rodríguez, el sacerdote de Torreón de 73 años. "La Biblia dice que por sus obras los conoceréis y yo conozco al general por sus obras".


A pesar de que el general prohibió a sus agentes utilizar celulares, puesto que con éstos los uniformados alertaban a los Zetas de las acciones policiacas y ante ello, conminó a los residentes a que denunciaran los delitos a su propio teléfono celular porque el número de emergencia de la ciudad era usado por policías corruptos para emprender represalias.

Así, a cien años de la Revolución, el nieto del el primo bizco del legendario revolucionario contesta al teléfono, "el General Villa, a sus órdenes."

Ciudad Juarez: Reino del Narcoterrorismo

Este dramático artículo de un periódico de Ciudad Juarez pone en evidencia hasta dónde ha llegado el reino del terror que ha impuesto la narcomafia en la frontera méxico-estadounidense.

 

 

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¿QUE QUIEREN DE NOSOTROS? CARTA ABIERTA “EL DIARIO”, CIUDAD JUAREZ, MEXICO   
Esta publicación de Ciudad Juárez es particularmente dramática. Dada su importancia Radio Nederland reproduce aquí el contenido total de la página editorial de El Diario.   
Señores de las diferentes organizaciones que se disputan la plaza de Ciudad Juárez: la pérdida de dos reporteros de esta casa editora en menos de dos años representa un quebranto irreparable para todos los que laboramos aquí y, en particular, para sus familias.   
Hacemos de su conocimiento que somos comunicadores, no adivinos. Por tanto, como trabajadores de la información queremos que nos expliquen qué es lo que quieren de nosotros, qué es lo que pretenden que publique! mos o dejemos de publicar, para saber a qué atenernos.   
Ustedes son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo, a pesar de que reiteradamente se los hemos exigido.   
Es por ello que, frente a esta realidad inobjetable, nos dirigimos a ustedes para preguntarles, porque lo menos que queremos es que otro más de nuestros colegas vuelva a ser víctima de sus disparos.   
Aun cuando todo el gremio periodístico de esta frontera ha sufrido las consecuencias de esta guerra en la que ustedes y el Gobierno federal se hallan, El Diario ha sido, sin duda, el medio más lastimado hasta el momento porque ninguno ha resentido la muerte de dos de sus colaboradores, como nosotros.   
Ya no queremos más muertos. Ya no queremos m! ás heridos ni tampoco más intimidaciones. Es imp! osible e jercer nuestra función en estas condiciones. Indíquenos, por tanto, qué esperan de nosotros como medio.   
Esta no es una rendición. Como tampoco significa que claudicamos al trabajo que hemos venido desarrollando. Se trata de una tregua para con quienes han impuesto la fuerza de su ley en esta ciudad, con tal de que respeten la vida de quienes nos dedicamos al oficio de informar.   
Frente al vacío de poder que respiramos los chihuahuenses en general, en medio de un entorno en el que no hay las garantías suficientes para que los ciudadanos puedan desarrollar sus vidas y actividades con seguridad, el periodismo se ha convertido en una de las profesiones más riesgosas y El Diario puede dar cuenta de ello.   
Para los que estamos al frente de esta empresa editora, si bien nuestros objetivos y misión de bien informar a la comunidad siguen siendo los mismos de h! ace 34 años, en estos momentos no le hallamos sentido a seguir poniendo en riesgo la seguridad de tantos compañeros para que sus vidas tan valiosas sean utilizadas como vehículos de mensajes, cifrados o no, entre las diversas organizaciones, o de éstas hacia las autoridades oficiales. 
Hasta en la guerra hay reglas. Y en cualquier conflagración existen protocolos o garantías hacia los bandos en conflicto, para salvaguardar la integridad de los periodistas que las cubren. Por ello les reiteramos, señores de las diversas organizaciones del narcotráfico, que nos expliquen qué quieren de nosotros para dejar de pagar tributo con la vida de nuestros compañeros.   
Y es que del mensaje que uno de estos grupos dejó en una manta colocada ayer por la mañana en la esquina de Ejército Nacional y Tecnológico, se puede colegir que se adjudica el asesinato del ! reportero gráfico Luis Carlos Santiago Orozco, registra! do el ju eves por la tarde en un centro comercial.   
La pancarta contiene un recado amenazador dirigido a supuestos comandantes y un comisario, en el que les advierten que les pasará lo mismo que a nuestro fotógrafo si no regresan una cantidad de dinero.   
Desde que comenzaron a aparecer estos mensajes en mantas o pintas sobre paredes, El Diario no lo ha tomado como un juego, sobre todo porque han demostrado tener veracidad ya que varias de estas advertencias se han cumplido.   
En cambio, a la vuelta de casi dos años del asesinato de nuestro compañero Armando Rodríguez Carreón, nos hallamos demasiado escépticos de que las supuestas autoridades de justicia que están por terminar su mandato nos entreguen un esclarecimiento confiable.   
Han sido tantos los ofrecimientos, tantas las promesas de que el caso se aclararía sin que ninguno resu! ltara cierto, que si a estas alturas nos presentaran a un presunto responsable del crimen lo primero que haríamos sería pasarlo por el tamiz de la duda.   
El periódico no se va a conformar de buenas a primeras con el primer indiciado que le aseguren se trata del autor del atentado contra “El Choco”, porque contamos con información de que se anda buscando un “chivo” expiatorio para cargarle la culpabilidad de este crimen que para nosotros es tan delicado.   
Si con ello pretendieran bajarle la presión al asunto, resultaría contraproducente porque lo único que conseguirían sería atraer una desconfianza mayor de la que, de hecho, ya mantienen entre el grueso de la ciudadanía ante los altos índices de impunidad que se registran.   
En todo caso, para que El Diario aceptara un resultado a estas alturas tendría! que ser avalado asimismo por organismos internacionales de pe! riodista s, así como de derechohumanistas.   
Hace cuatro años y medio, cuando Felipe Calderón Hinojosa aún se hallaba en campaña por la carrera presidencial, acudió a las instalaciones de El Diario para ofrecer una entrevista sobre diversos temas.   
En ese encuentro con los trabajadores de la comunicación de este medio, el hoy presidente de la República respondió a una pregunta que se le planteó en torno a las garantías que ofrecería su administración federal para el buen desarrollo de la libertad de expresión y de sus representantes.   
Calderón dijo que “en el caso de los asesinatos (de periodistas), así como yo estoy protegido por mi condición de candidato, creo que en la medida en que una actividad se desarrolle en beneficio de la comunidad y encierre peligrosidad también debe haber mec! anismos que la protejan. Un periodista que ha sido amenazado o que realice una investigación contra el crimen organizado debe tener mecanismos de protección especial y qué bueno que se creó la fiscalía especial en esa materia”.   
A la vuelta de estos años, la historia es bien conocida: el primer mandatario, para conseguir la legitimación que no obtuvo en las urnas, se metió –sin una estrategia adecuada–, a una guerra contra el crimen organizado sin conocer además las dimensiones del enemigo ni de las consecuencias que esta confrontación podría traer al país.   
Introducidos sin pedirlo en el conflicto, los mexicanos –y de manera particular los juarenses– han estado al garete de decisiones erróneas que terminaron llevándoselos en medio, con los resultados ahora conocidos y, sobre todo, abominados por las ma! yorías.   
En ese contexto, los pe! riodista s también fueron arrastrados a esta lucha sin control, sin que el presidente pensara en aquel compromiso proferido en la sala de juntas de El Diario, porque los trabajadores de los medios han sido amenazados, han realizado investigaciones sobre el crimen organizado y han estado en medio de esta guerra como testigos privilegiados a la vez que intimidados, pero aun así nunca recibieron de su gobierno los “mecanismos de protección especial” que subrayó como indispensables.   
Las únicas armas de defensa que hemos tenido quienes nos dedicamos al oficio, han sido la búsqueda de la verdad, el manejo de las palabras, así como nuestras máquinas de escribir –hoy computadoras– y cámaras fotográficas.   
El Estado como protector de los derechos de los ciudadanos –y, por ende, de los comunicadores– ha estado ausente en estos años de b! elicosidad, aun cuando haya aparentado hacerlo a través de diversos operativos que en la práctica han sido soberanos fracasos.   
El viernes pasado, tras el crimen del fotoperiodista Luis Carlos Santiago Orozco, El Diario publicó un editorial en el que enfatizaba esta ausencia al cuestionar “¿A quién exigimos justicia?” En ese mismo tenor se hallan los ciudadanos que no saben ya a quién recurrir para pedir ayuda.   
Hace apenas unos días los colegios de médicos adelantaron la posibilidad de hacer una huelga de sus servicios como medida de presión hacia los gobiernos para conseguir respuestas, tras de que varios de sus colegas han sido secuestrados y algunos asesinados a pesar de que se pagó el rescate por ellos.   
Otros, como los comerciantes y empresarios también han contemplado acciones de presión, como aplicar una! huelga de pagos de impuestos y derechos, de los que vive el g! obierno.    
Es tanta la falta de justicia, es tanta la desolación e impotencia que sienten todos los sectores, que no sería descabellado comenzar a aplicar acciones que realmente le duelan a quienes tienen la obligación de hacer más por salvaguardar la seguridad de la ciudad, del estado y del país.   
En contraste, el mayor obligado en proteger a los ciudadanos se pierde en disquisiciones estériles en torno a si México está igual o peor que Colombia hace veinte años, afirmación emitida por la secretaria de Estado de EU, Hillary Clinton, avalada por medios tan serios como el Washington Post, o bien, se encarga de ofrecer circo a los connacionales a través del oneroso gasto utilizado en las celebraciones por el Bicententario, recursos que mejor debería haber empleado en reforzar las pálidas estrategias de seguridad.   
No contento co! n lo anterior, el primer mandatario pontifica sobre la paz en el país como si se tratara de algo real, al enviar una carta a cada una de las familias de la nación en la que, entre otras cosas y de manera retórica, subraya que el blanco del color de nuestra bandera nacional es el de “la paz que hemos conquistado”.   
Tal afirmación es una burla para los juarenses que se ahogan en un baño de sangre y que de paz es de lo que menos saben en estos tiempos.   
En Ciudad Juárez hemos llegado a un punto en el que es necesario –y urgente– adoptar otro tipo de medidas para obligar a las autoridades establecidas por ley, a ofrecer respuestas más contundentes, porque la capacidad de tolerancia de tantos ciudadanos dolidos ha rebasado ya sus límites.   
El Diario, por lo pronto, asume la postura manifestada en los primeros párrafos, de lla! mar a los grupos en pugna a que expresen qué es lo que ! quieren de nosotros como comunicadores.   
De víctimas a verdugos 
Como si los atropellos, atentados y demás intimidaciones en contra de los medios de comunicación no fueran suficientes, ayer la secretaria de Educación y Cultura del Gobierno estatal, Guadalupe Chacón Monárrez, vino a ponerle más sal a la herida al declarar que somos los culpables del terrorismo psicológico que se vive en la ciudad.   
Ahora resulta que, además de víctimas, en la mente de la funcionaria somos los victimarios al culparnos de terroristas por sólo cumplir con nuestra tarea de informar a la comunidad de lo que está sucediendo en esta frontera.   
El terrorismo, y esto debe quedarle muy claro a la secretaria de Educación, viene de otras fuentes, no de los medios de comunicación que somos el vehículo para informar de lo que sucede! en esta ciudad.   
De manera específica Chacón Monárrez se refirió al caso de la escuela primaria y el kínder del norponiente en donde no sólo los padres de familia, sino los mismos maestros, viven con el temor de que algo pueda pasarles ante las amenazas recibidas de parte de un grupo de extorsionadores.   
Fueron los propios padres de familia los que se acercaron a este periódico para expresar el miedo que sentían –y sienten– por la seguridad de sus hijos. Las amenazas no las vertió El Diario como tampoco este medio es el que infundió entre los progenitores la iniciativa por denunciar las intimidaciones recibidas.   
Ante esta situación, ¿qué esperaba la funcionaria? ¿Que sólo escucháramos a los padres de familia y los regresáramos a sus casas? ¿O que los mandáramos ! a poner la denuncia correspondiente ante Averiguaciones Previa! s cuando ellos mismos manifestaron que no confían en la autoridad porque no hace nada al respecto?   
El reportero que los escuchó hizo lo que tenía qué hacer: escribir la nota correspondiente y entregarla al editor, quien también cumplió con su función y su responsabilidad de publicarla porque se trataba de un asunto de trascendencia en el que estaba de por medio la integridad de numerosas personas, sobre todo niños.   
El terrorismo no lo propició la información divulgada, de la cual se hicieron eco el resto de los medios de la ciudad, sino quienes amagaron a los menores, a sus padres y a los maestros. Pero, sobre todo, lo han venido ocasionando quienes, teniendo la responsabilidad y la capacidad de frenar estos hechos, no lo han hecho, ya sea por omisión, por negligencia o incluso por colusión.   
Dice la secretaria de Educación! que ella no se puede imaginar que alguien les falte al respeto a los niños, y que pudo tratarse de una broma de mal gusto. Se nota que la funcionaria no vive en esta ciudad, en donde menores de edad, infantes y hasta bebés han sido masacrados. Quien no perdona la burla es ella con sus comentarios, que seguramente no serán del agrado de tantos padres de familia que han perdido a sus hijos de violenta manera.   
Tiene toda la razón Hernán Ortiz, antropólogo e investigador de la UACJ, quien le respondió a Chacón Monárrez que no se debe culpar a los medios del terrorismo que desde hace tiempo padecemos, sino a la incompetencia que han demostrado los gobiernos, en lo cual coincide con nuestros comentarios vertidos párrafos atrás.   
“Quiero decirle a los medios, con todo respeto, que no nos convirtamos en copartícipes de esto, ya que el terrorismo ! psicológico se logra a través de la comunicaci&o! acute;n& rdquo;, dijo la funcionaria.   
¿Qué es lo que nos quiere decir con lo anterior? ¿Que dejemos de publicar? ¿O que sólo divulguemos noticias “buenas” o “positivas”, como en otras ocasiones se ha polemizado al respecto? Los medios recogemos y publicamos todo lo que acontece en la ciudad, ya será el lector el que le dé la connotación de “bueno” o “malo” a lo que lee, escucha o ve.   
En todo caso, es la secretaria de Educación la que tiene la gran responsabilidad de que los niños que en estos momentos se estén educando, salgan con una mentalidad bien formada para que no sean los delincuentes del mañana.   
Es una cortina de humo lo que ha levantado Chacón Monárrez, para esconder la incapacidad de autoridades que no han hecho bien su labor. Artículo de El Diario, Ciu! dad Juárez - Publicado el : 20 de septiembre 2010 - 11:51 de la mañana    
http://www.rnw.nl/espanol/article/%C2%BFque-quieren-de-nosotros-articulo-de-el-diario-ciudad-juarez

Nuevo Magnicidio Mafioso en el norte de México

Asesinan al secretario de Seguridad Pública del municipio García en el norte de México

 

Asesinan al secretario de Seguridad Pública del municipio García en el norte de México
Foto: REUTERS

 

El secretario de Seguridad Pública del municipio García en el estado fronterizo de Nuevo León, José Arturo Esparza, fue asesinado este miércoles en lo que todo apunta a un nuevo episodio de crimen organizado en México.

   La Procuraduría General de Justicia informó de que el tiroteo, que según los medios locales podría haber dejado cuatro muertos más, se registró cerca de la plaza principal.

   Según informaciones del diario 'El Universal', un grupo de desconocidos ejecutó a Arturo Esparza, de 63 años de edad, mientras que, en un suceso diferente, hombres armados lanzaron ráfagas de metralla contra el domicilio de Jaime Rodríguez Calderón, alcalde de la misma localidad.

   García es un municipio cercano a San Pedro Garza García, cuyo alcalde, Mauricio Fernández, declaró una guerra contra el crimen organizado, asegurando que aun fuera del límite de sus atribuciones como alcalde terminará con los secuestros, extorsiones y tráfico de drogas en la zona.

Masacre En Juarez

Al menos doce hombres armados asaltaron esta madrugada un centro de rehabilitación en Ciudad Juárez, México, donde dieron muerte a 17 personas y dejaron heridas a otras cinco.

Autoridades locales explicaron que los asaltantes llevaban rifles AK-47, tiraron la puerta del centro "El Aliviane", alinearon a los pacientes contra la pared y abrieron fuego.

"Los cuerpos quedaron amontonados en un pequeño espacio en la entrada", le dijo al diario El Universal de México un portavoz de la policía.

El asalto se produce en una jornada particularmente sangrienta para el estado de Chihuahua, donde en las últimas 24 horas se han registrado 40 homicidios relacionados con el crimen organizado.

El corresponsal de la BBC en México, Stephen Gibbs, informó que varios reportes indican que los atacantes llevaban una lista con los nombres de los pacientes que deseaban ejecutar.

"Los asesinatos parecen ser la última evidencia de una brutal guerra de carteles que en promedio causa la muerte de diez personas al día en Ciudad Juárez", agregó Gibbs.

Forenses mexicanos. Foto archivo.

En promedio unas diez personas mueren cada día en Ciudad Juárez a manos del crimen organizado.

Ésta no es la primera vez que una clínica de rehabilitación es objeto de un atentado. Gibbs señala que "miembros de carteles que ven sus vidas en peligro usan estas instituciones como santuarios".

Mientras que el secretario de Seguridad Pública Estatal, Víctor Valencia, le dijo a El Universal que los centros de rehabilitación son usados por los carteles para reclutar a jóvenes de 17 a 23 años, debido a que los jóvenes son considerados como "desechables". Si pierden la vida son fáciles de sustituir.

Violencia en Michoacán

La jornada de violencia en México también se cobró la vida del subsecretario de Seguridad del estado de Michoacán, José Manuel Revueltas. El asesinato se produjo en la ciudad de Morelia.

Revueltas había sido ascendido a su nuevo cargo la semana pasada tras desempeñarse como director de la Policía Estatal Preventiva, según instrucciones del gobernador Leonel Godoy.

clic Lea: Ejecutan a comandante en Michoacán

La corresponsal de BBC Mundo en la región, Cecilia Barría, informó que el atentado provocó una movilización de fuerzas de seguridad por tierra y aire que desplegaron un operativo de emergencia.

"Michoacán se ha transformado en un territorio en disputa entre La Familia y los sicarios de la organización criminal Los Zetas, brazo armado del Cartel del Golfo", agregó Barría.

Este estado se ha convertido en uno de los principales centros receptores de embarques ilícitos de precursores que se utilizan en la fabricación de drogas sintéticas y es además un centro de cultivo de marihuana y amapola.

Una Verdadera Guerra Mafiosa en México

 

 


MATAR EN MEXICO ES LENGUAJE NARCO,  YA VAN 11.000 VICTIMAS EN SOLO TRES AÑOS

por Jean Georges Almendras

 

Los negocios del narcotráfico justifican todo ataque a la vida en no pocas ciudades de México, es la realidad de nuestros días. Es indiscutible. Una violencia apocalíptica se ha adueñado de ciudades turísticas. El hombre se ha bestializado aún más: todo con el solo cometido de proteger los intereses económicos que deja el comercio de la droga. Una droga maldita. Una maldición que se está adueñando del mundo. Un mundo cada día más insensible a los gritos de dolor de las numerosas víctimas, que son el saldo cotidiano de la escalada de violencia, que de un tiempo a esta parte, se ha situado en algunas regiones mexicanas, pulseando a las autoridades. Autoridades que están muy decididas a no tranzar. Autoridades que desde hace un tiempo comandan y disponen, inspirados  en la decisión de dar guerra al narcotr&a! acute;fico, aunque los costos sean altos, tal como recientemente aconteció en Veracruz, donde un jefe policial, su esposa, sus dos hijos y otros dos jóvenes, entre los 6 y 15 años –al parecer familiares- fueron asesinados –el pasado  día miércoles 15 de julio de 2009- en manos un grupo de armado. La víctima fue el Comandante de Policía José Antonio Romero Vázquez, víctima de un feroz ataque a tiros al que se sumó el incendio total de su vivienda a raíz de la explosión de granadas que se arrojaron al interior de su propiedad. Fue una de las tantas demostraciones de poder de los grupos mafiosos que operan en territorio mexicano, provocando una ola de violencia que desde diciembre de 2006 se ha cobrado la vida de más de 11.000 personas.

 


Hoy en día los ataques del crimen organizado contra la autoridad son moneda corriente en calles de ciertas ! ciudades turísticas de México. ¿Y por qu&! eacute; motivo resultan ser habituales esas sangrientas manifestaciones del poder mafioso? Porque los jefes policiales –en su gran mayoría- no se pliegan a los lineamientos de los narcos, y es por esa razón que se decide –desde las tinieblas- ponerlos a un costado, vale decir eliminarlos, para que no interfieran en sus negocios. Así de simple.

 


“Lo que resonó en la calle Balajú –título de un popular son veracruzano- no fue esta vez el zapateado. Los vecinos se despertaron con las ráfagas de los fusiles de asalto y las explosiones de tres granadas. La casa de los Romero enseguida se incendio por completo. Los bomberos tardaron más de una hora en apagar el fuego, mientras el Ejército y la Marina acordonaban el barrio de Chalchihuecan” se relata en un diario local, sobre el ataque mafioso en Veracruz, un gran puerto del país y enclave de las rutas de las drogas por levante.!

 


Pero otros ataques precedieron al cometido contra el Jefe Romero y su familia. Fueron ataques –durante el día 25 de junio- contra comercios de la moderna zona de Boca del Río, territorio que estaba bajo su jurisdicción. Más después, el día 13 de julio, se suscitó otro episodio violento, en pleno centro, con el saldo de seis automóviles incendiados. Eran respuestas directas, a la política de guerra al narcotráfico, declarada por el presidente mexicano Felipe Calderón. Respuestas de sangre y muerte. Respuestas en términos de matanzas en una millonaria carrera de caballos, en Veracruz y tiroteos constantes en Boca de Río. Respuestas con el sello de ejecución, como la del Comandante de Policía de un pueblo Chihuauhua, Juan Carvajal, el jefe policial numero diez asesinado por el narcotráfico.


Los “Zetas”

En el estado de Veracruz, situado a unos 290 kilómetros al este de la ciudad de México, las autoridades han advertido la presencia de los “Zetas”, un grupo de sicarios asociado al Cártel del Golfo, uno de los seis grupos del narcotráfico reconocidos dentro de la comunidad.

 

Son grupos -perfectamente organizados- y que dan inmediata respuesta al embate de la Policía o el Ejército. Por ejemplo, y se toma muy en cuenta, como metodología  de estos grupos, que el ataque al  Jefe Romero tuvo lugar el mismo día que autoridades federales anunciaron en la capital mexicana la captura de seis presuntos integrantes del Cártel  de La Familia, incluido uno de sus principales operadores financieros, nos estamos refiriendo a Armando Quinteros Guerra, alias “El Licenciado”, hombre de finanzas de Servando! Gómez “La Tuta”, uno de los jefes operativos del Cártel, responsable de ordenar sin titubeo alguno un ataque a policías federales, como reacción a la detención el pasado día 11 de julio de otro importante líder de la organización .

 


En ese contexto de  enfrentamientos, entre los narcos se continuaron registrando bajas: junto a “El Licenciado” fueron detenidas –en la municipalidad de Uruapan-  cuatro personas más, estando entre ellas una mujer que sería la pareja sentimental de “La Tuta”. Por su parte en Morelia –capital del estado de Michoacán, a unos 200 kilómetros de la ciudad de México- fue detenido Nazario Moreno, otro supuesto encargado de la contabilidad del mismo Cártel.

 


Pero como un precepto ya de viejo arraigo entre los narcos de la actualidad, en México, las bajas de un lado traen las bajas de! l otro: en la ciudad fronteriza de Juárez, un agente fe! deral qu e investigaba el crimen del periodista policial Armando Rodríguez, del periódico “El Diario” –hecho ocurrido en el pasado 2008- fue asesinado cuando llegaba a su hogar. Se trata del agente  José Ibarra. No hay que olvidar que la ciudad de Juárez es una de las más violentas y donde han sido asesinadas más de 800 personas, en lo que va del año 2009; en un alejado poblado de al sur de esa ciudad, hombres armados mataron a un funcionario de asistencia pública y a tres policías. Según informaciones proporcionadas por Vladimir Tuexi, vocero de la Procuraduría, estos cuatro funcionarios fueron emboscados cuando ingresaron en un vehículo al área de Guachochi para entregar dinero de un programa gubernamental de asistencia; en el estado de Guerrero, en la costa del Pacífico mexicano, el ejército reportó que hombres fuertemente armados tirotearon a una ! patrulla militar desde una casa. En esta oportunidad la reacción del ejército dejó un saldo de seis presuntos atacantes muertos y cuatro capturados, incautándose unas once pistolas y dos granadas de mano.


Detenidos en Guanajuato

En el otro extremo de tan despiadada  guerra, las fuerzas de seguridad no demoraron en dar pesada respuesta al crimen de otro jerarca, es decir del Jefe de la Unidad Modelo de Investigación Policíal, de Guanajuato, Eladio Romero Durán. Es así que fueron detenidas cuatro personas –de La Familia Michoacana-una de ellas un ex funcionario policial.

 


Las capturas de estas cuatro personas –tres hombres y una mujer- tuvieron lugar en la ciudad de León, informaron voceros de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guanajuato, señalando además que los operativos permitieron  la localización de los vehículos utilizados, para concretarse el crimen de Romero Durán. Los vehículos en cuestión fueron hallados en una vivienda de la Colonia Bosque de la Pradera, donde se   ubicó armamento, chalecos antibalas y ropa táctica.

 

De acuerdo a las fuentes consultadas a nivel de la Procuraduría General de Justicia del Estado, los detenidos han sido identificados como Yadira del Río Lariosm, alias “La Guera”; el ex policía michoacano Isaac Soto Vajar, alias “El Alex”; Jorge Obet Carranza García, alias “El Pink Floid” y Francisco Javier Sotelo Barrera, alias “El Pancho”.

 


La barbarie de los narcos, instalada frenéticamente en la sociedad mexicana, no dista mucho de ser la barbarie -del crimen organizado, de la hermandad del mal, de la mafia- campeando en regiones no tan distantes de ese territorio. Algunas de ellas: Nápoles, Calabria y Palermo. Sanguijuelas de nuestros valores son los hombres que se arrodillan ante la maldita droga para ser verdugos de las democracias y de la vida. Flagelo de nuestros días que se! opone a nuestros sentimientos.


Cae Dimas Díaz Ramos, presunto integrante del Cártel de Sinaloa
Lunes, 10 de Agosto de 2009


Redacción
Reforma
Ciudad de México
    *
      Junto con Dimas Díaz Ramos fueron presentados cuatro cómplices, todos detenidos en Culiacán, Sinaloa

Dimas Díaz Ramos, presunto integrante del Cártel de Sinaloa, quien supuestamente participaría en un atentado contra el Presidente Felipe Calderón, fue presentado hoy por la Policía Federal con otros cuatro cómplices.

 

El Jefe de la División Antidrogas de la corporación, Ramón Pequeño García, aseguró que la detención de "El Dimas" fue producto de una investigación iniciada tras una amenaza contra el Presidente de la República, a raíz del aseguramiento de 5 millones de dólares hecha por el Ejército el año pasado.

 

"La Policía Federal inició su investigación por una amenaza en contra del Presidente de la República, a raíz de la guerra declarada en contra del crimen organizado, luego de una serie de detenciones y aseguramientos de grandes cantidades de dinero en efectivo a la organización de 'El Mayo' Zambada, el año pasado, por parte del Ejército y la Policía Federal", explicó Pequeño García.

 

"Derivado de los reportes de inteligencia del Gobierno federal se tuvo conocimiento que la amenaza fue realizada por el Cártel del Pacífico, encomendando a Dimas Díaz Ramos los pormenores para un posible atentado", dijo.

 

Díaz Ramos y sus cuatro cómplices, detenidos en Culiacán, Sinaloa, presuntamente integran la célula de operación financiera de Ismael "El Mayo" Zambada, uno de los cuatro capos del Cártel de Sinaloa.

 

En conferencia de prensa, Pequeño García agr! egó que en un inicio el Cártel de Joaquín! "El Cha po" Guzmán encomendó a José Lamberto Verdugo Calderón la tarea de la amenaza y los pormenores de un posible atentado, pero el presunto narcotraficante, quien era operador financiero del cártel falleció el 22 de enero de este año en un enfrentamiento.

 

Aunque fue cuestionado sobre la fecha de la amenaza, Pequeño García sólo se limitó a indicar que ésta se debió a los golpes que el Gobierno federal asestó el año pasado al Cártel de Sinaloa, con el decomiso de dólares y un cargamento de cocaína en Manzanillo, Colima.

 

"El Dimas" presuntamente también coordinaba cargamentos de mariguana, cocaína y drogas sintéticas hacia Estados Unidos, por rutas que parten de Sinaloa y Michoacán, por lo que tenía contacto con el líder de "La Familia Michoacana", Nazario Moreno González, "El Chayo".

 

Los cómplices con los que "El Dimas" fue detenido y presentado en el Centro de Mando de la PF en Iztapalapa fueron identificados como Miguel Ángel Bagglietto Meraz, Joel González Esparza, Benni Jassiel Ramírez Ramírez y Jesús Aarón Acosta Montero.