El General Villa Lucha Contra Narcos En El Norte de México
Tras cien años, Villa lucha contra los Zetas
Malhablado, norteño, de educación castrense y con una fiel perra bóxer, Carlos Villa, sobrino-nieto del Centauro del Norte, combate al narcotráfico de Torreón.
HEREDERO DEL CENTAURO El general Villa, con casco en el centro, duerme y vive en su cuartel con una pequeño batallón y una perra (Foto: Tomada de The Wall Street Journal )
A cien años de la Revolución Mexicana, el general Villa aún batalla en Coahuila. Y no es en sentido figurado, sino literalmente.
Carlos Villa es sobrino-nieto de Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco Villa, el revolucionario más carismático de sus contemporáneos y que los que conocen al nuevo Villa, dicen que heredó.
Malhablado, norteño, de educación castrense y con una fiel perra bóxer, Carlos Villa combate al narcotráfico de Torreón, de donde es el jefe policiaco.
Sin embargo, tal vez no sean los delincuentes el principal problema del heredero del "Centauro del Norte", sino sus propios policías, varios de los cuales fueron removidos por Villa por presuntos nexos con el narcotráfico.
En marzo, casi la totalidad de la fuerza pública inició una huelga para exigir la destitución del general. El alcalde tuvo que escoger entre despedir a casi todos los policías y dejar la ciudad a merced de los grupos de narcotraficantes o deshacerse de Villa y mantener a funcionarios corruptos en la calle. Optó por expulsar a los policías.
"Fue la mejor decisión que he tomado en mi vida", comentó el alcalde Eduardo Olmos para The Wall Street Journal. "No es que nuestros policías no lucharan contra los criminales; es que eran los criminales", dijo.
Para Villa y el alcalde uno de los principales problemas es el salario de los policías, quienes son comprados por unos cuantos pesos más. Por ello, se les aumentó el sueldo y se les otorgan becas a sus hijos para estudiar en escuelas privadas.
Sin embargo, el sobrino-nieto del revolucionario no está en paz, pues la traición se encuentra a la vuelta de la esquina. Dos de sus guardaespaldas desaparecieron en los meses posteriores a la huelga y otro fue secuestrado, torturado y ejecutado. Su cabeza fue expuesta frente al cuartel de policía.
"El general ahora cuenta con un contingente de 60 ex soldados o en servicio activo. Ninguno es de Torreón. Todos viven en el cuartel de policía y se aventuran en la ciudad sólo cuando salen de patrulla. Villa vive en una habitación junto a su oficina, con un colchón, una máquina de ejercicios y una perra bóxer llamado Chata", relata The Wall Street Journal sobre Villa. "He visto más acción que en toda mi carrera en el ejército", asegura el general.
"Es el mejor jefe de policía que hemos tenido", asegura José Rodríguez, el sacerdote de Torreón de 73 años. "La Biblia dice que por sus obras los conoceréis y yo conozco al general por sus obras".
A pesar de que el general prohibió a sus agentes utilizar celulares, puesto que con éstos los uniformados alertaban a los Zetas de las acciones policiacas y ante ello, conminó a los residentes a que denunciaran los delitos a su propio teléfono celular porque el número de emergencia de la ciudad era usado por policías corruptos para emprender represalias.
Así, a cien años de la Revolución, el nieto del el primo bizco del legendario revolucionario contesta al teléfono, "el General Villa, a sus órdenes."
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