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Cultura

La Instrumentalización de la Cultura

Publicamos este artículo, mas no compartimos algunos puntos de vista expresados, en cambio consideramos que la temática central es correcta y la crítica general también, aunque le falta expresar una temática central: La cultura universal, no solo la española, está dominada por el racionalismo (sea por izquierda o por derecha) y este necesariamente lleva a puntos de vista desconectados del todo, o sea, de la naturaleza y a a su vez hace que la humanidad pierda el norte y se desequilibre en sus enfoques, valores y relación consigo misma y con el entorno. El capitalismo ramplante y el consumismo hedonista deveniente son la consecuencia natural del racionalismo. El irracionalismo no es la salida ante ello, sino el Holismo o Pensamiento Holístico Trascendental. La Democracia no es suficiente, se necesita una Ecosociodemocracia o Ecodemocracia Mundial, en palabras de Leonardo Boff. El culpable no es el partido de gobierno, mas son partícipes de la instrumentalización de la sociedad en la medida que no denuncian ni se oponen al sistema racionalista-capitalista.

 

Alejandro Sánchez

Editor del Blog

 

 

 

La nueva cultura está instrumentalizada por la política

Es claramente antidemocrática en sus contenidos y finalidades


En algunos momentos de nuestra Historia ha existido, como existe hoy también, una sediciente cultura en clara connivencia con determinadas ideologías políticas. La finalidad es domesticar a las masas y arrinconar a la opinión disidente. Para ello, los medios de comunicación no dudan en fabricar imágenes e interpretaciones distorsionadas de la realidad social. Esa cultura instrumentalizada por la política es claramente antidemocrática en sus contenidos y en sus finalidades. Por Blas Lara (*).

 

 


Foto: Dawn Endico. Flickr
Foto: Dawn Endico. Flickr
Entendámonos. En su sentido amplio, la palabra cultura recubre un conjunto de interpretaciones del mundo y, sobre todo, de pautas de comportamiento. El hombre necesita orientaciones en su vida de todos los días para posicionarse, decidir y actuar en un mundo complejo y azaroso. Si además religión y cultura entran en alianza, la independencia del individuo deviene casi ilusoria y la emancipación personal requiere un esfuerzo titánico del que muy pocos son capaces. En un sentido restringido, la cultura de una época son sus modos de lenguaje, su música, su arte, su saber literario. En fin, lo que siempre se ha entendido por cultura "in recto".

Digo siempre, porque ahora la cultura se ha convertido en un ectoplasma, una "doxa" colectiva, un estado de opinión, una "sensibilidad" como dirían algunos. En la gran paellera de la cultura nueva se ha echado de todo: En primer lugar una buena dosis de relativismo nietzscheano para eliminar el gusto rancio de los valores tradicionales. Relativismo moral pero no negro y nihilista, sino muy aligerado con la frivolidad, la movida; más diversión, más ecoturismo, un bouquet de dogmas políticos, una dosis de candoroso buenismo en política interna y externa, y ante todo nuevos y simplistas credos democráticos. Todo ello removido y agitado por algunos medios de comunicación televisivos y radiofónicos.

De esta manera, lo cultural, en su versión de contrabando, se convierte en político-socio-cultural. A esta nueva forma de cultura, la llamaré “neocultura” para entendernos. Se venden como cultura, un cine que de ninguna manera refleja nuestra realidad social, la tontería intrascendente de muchos programas de televisión y una banalidad sin límites en el lenguaje, tanto en los medios como en la calle, en subasta permanente para ver quién es el más grosero. Ese será el más gracioso y el más listo. A la altura de los niños de siete años dándoselas de mayores en el patio de la escuela.

Los problemas centrales son otros

Nuestra sociedad española de hoy está aquejada de males graves, muy graves, como el paro y una crisis endémica de la que vamos a tardar mucho tiempo en salir. Más durablemente nos afligen otras crisis en profundidad como la crisis de los valores que socaba los fundamentos de nuestra vida en común, la familia y el Estado.

Ese es el centro de lo que debiera ser el debate social. Pero no se preocupen. Aquí no hay problema. Para curar nuestros males disponemos de un cataplasma universal que es la cultura, en su versión irrisoria de hoy, la neocultura.

Pan y circo, decían los romanos. Hoy le basta al pueblo con cultura de circo. Cultura festiva y carnavalesca, como la de los días del orgullo gay, versión amable - acomodada al aire del tiempo- de las grandes paradas militares de nazis y fascistas. Sin olvidar el montaje mediático de los multitudinarios fervores en honor de los héroes deportivos. Otro opio del pueblo del que la política hizo uso en otros tiempos hoy denostados. Otros tiempos, pero siempre con la misma idea de descerebrar a las masas.

Los hombres políticos están ahí para inventar sentido a las cosas. Ese sentido es la médula de una propaganda destinada a comprar adhesiones. Lo grave es hacer propaganda adulterando la realidad, alisando con descaro sus perfiles hirientes y dolorosos. Y vendiendo un slogan: ¡Aquí todo va bien y viva la fiesta, porque podemos pagárnosla!.

En esa labor, los forjadores de las doxas colectivas se han apoderado del lenguaje a través de la prensa y las televisiones artífices permanentes de la opinión pública. Se falsifica el sentido de las palabras.

Es muy significativo el mal uso de la palabra "democracia", uno de los conceptos-claves en las sociedades occidentales contemporáneas.

Pues bien, ahí tenemos a la obra a los mercenarios de la ideología redefiniendo lo que es democrático y lo que no lo es. Una apropiación semántica vergonzosa. Por dar un ejemplo concreto: hay que ver con qué furor han tachado de antidemocráticos a quienes han querido debatir sobre la oportunidad de las mencionadas gays parades, que aparte de ser objeto de la carcajada universal, debieran ser un serio tema de debate.
La neocultura es una religión

La nueva cultura se reviste de formas religiosas. Tiene su alto y bajo clero, fervientes apóstoles que tergiversan todo, inventando falsos focos de interés para el pueblo. Pregunto y espero no equivocarme demasiado: ¿Qué interés fundamental tienen hoy para ese pueblo, y para el 20% de parados, tanto arte contemporáneo, tantos museos de arte moderno, tantos óscares y goyas, tantos polideportivos en las aldeas, el almodovarismo y las penélopes, etc.? Y ese aire de nuevos ricos parvenus que nos ha hecho creer que somos; tan espléndidamente dadivosos con la miserias lejanas, y tan poco conscientes de la magnitud de la propia miseria.

Pero cuidado con disentir y criticar, porque a los que apartan de la “orto-doxia”, ( en traducción hodierna de las raíces griegas sería “lo políticamente correcto”), a esos heterodoxos se les cuelgan sambenitos como hacían los inquisidores de antaño. Para esa labor, ahí andan siempre alerta, como el brazo armado de lo políticamente correcto, unas escuadras de pseudointelectuales, mercenarios bien remunerados, al servicio de la opinión correcta. Dispuestos a cebarse, con el humor y la irrisión, contra cualquier oponente a la doxa que manifieste opiniones desviantes.

Eso es política. Ante la tragedia del desmoronamiento del empleo, se ve poca reforma estructural. Todo lo que se ha sabido hacer es crear batallones de agentes de desarrollo, de acompañantes sociales, de empleos ficticios de jóvenes para encuadrar minorías, etc. etc. Y promover el fútbol que se convierte en preocupación mayor de la población. La euforia ha sido tal tras el triunfo en el Mundial que hasta los viejos vuelven a recuperar su perdido vigor para hacer el amor. (¡Emotiva información que ha difundido el Canal Sur de Andalucía!). Nota de estilo: digo hacer el amor. ¡Qué cursilería! Hoy se habla más claro, en el lenguaje de la neocultura.

Entre tanto, la desdichada oposición al gobierno no tiene contrapropuesta cultural que ofrecer al pueblo como alternativa. Una nueva filosofía para nuevos tiempos. Absolutamente nada de eso que hemos definido como cultura ni en el sentido amplio, ni en el restringido. Es desolador. Son incapaces de ir más allá de unos planes económicos cuya eficacia queda por probar, mientras que lo que hace falta es una auténtica refundación, una "Restauración”. ¿Se acuerdan de la Historia? ¡Pobre e intelectualmente harapienta oposición!

En la memoria de todos está una época reciente en la que la política de otro signo se adueñó de la cultura durante varias décadas. Pero que quede claro: Hoy por hoy, de este auténtico estado terminal de nuestra democracia, el mayor responsable es el partido en el poder, sea cual sea su sigla. Responsable por haber hecho de la cultura un instrumento de domesticación de las masas. La cultura debiera ser, a través del arte y de la música, de la bella escritura, del hondo pensamiento filosófico, un luminoso camino del hombre hacia el centro de sí mismo, para encontrar allí, en su intimidad, las razones personales del pensar y del hacer y simplemente de vivir.

No es así. La cultura confiscada por la política se ha convertido en material de consumo, en droga colectiva. Que masifica, despersonaliza y, claro está, es inmisericorde con el disidente.

Si democracia es libertad de pensamiento y de expresión para cada uno, y si lo contrario de la democracia es el fascismo … ¿con la neocultura en manos de la política, no estaríamos de nuevo ante fascismo puro?




(*) Blas Lara es editor del Blog Negociación de Tendencias21

La Voz de América Latina

 

LA VOZ DE AMÉRICA LATINA

 

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He vivido volando como un pájaro, pero en aviones, lo que nunca me gustaba demasiado y a veces necesitaba descansos que no tuve. Nunca soporté la injusticia sobre los pueblos y elegí cantar para todos. Elegí cantar lo que sentía de impotencia ante cualquier tipo de injusticia y porque nunca me encasillé en nada que me quitara esa libertad de amar a los pueblos del mundo.

Mercedes Sosa

El Capitalismo Retrasa A La Ciencia Y La Tecnología

(Un sistema basado en el egoísmo primitivo y hedonista no podía generar otra cosecuencia que no sea la del retraso en el desarrollo humano integral. Los comentarios entre paréntesis son propios y no pertenecen al autor del artículo)

 

 

 

Capitalismo contra Ciencia

Mike Palecek

 

 

Constantemente somos bombardeados con el mito de que el capitalismo impulsa la innovación, tecnología y el avance científico. Pero en realidad, la verdad es exactamente lo opuesto.

(Darwinius Masillae, prosimio de 47 millones de años, 25 años estuvo como mercancía capitalista, hasta que la ciencia lo liberó de ese estado primitivo y lo descubrió para el mundo. ¿Qué sería de nosotros si todo el conomiento científico, incluso la internet, se convierte en mercancía solo accesible para unos pocos y negado para las mayorías?... Estaríamos en la Edad Media aún, perdón, ¿no estamos en una especie de nuevo medioevo primitivo?)



Constantemente somos bombardeados con el mito de que el capitalismo impulsa la innovación, tecnología y el avance científico. Pero en realidad, la verdad es exactamente lo opuesto.

Constantemente somos bombardeados con el mito de que el capitalismo impulsa la innovación, tecnología y el avance científico. Se nos dice que la competencia, combinado con la motivación por el lucro, empuja a la ciencia hacia nuevas fronteras y le da a las grandes corporaciones el incentivo para desarrollar nuevas medicinas, drogas y tratamientos. Se nos dice que el mercado libre es el mayor motivador para el avance humano. Pero en realidad, la verdad es exactamente lo opuesto. Las patentes, la ganancia y la propiedad privada de los medios de producción son en realidad los más grandes obstáculos que la ciencia haya conocido en la historia reciente. El capitalismo está retrasando todos y cada uno de los aspectos del desarrollo humano, y la ciencia y tecnología no son una excepción.

El ejemplo más reciente y representativo de la propiedad privada sirviendo como una barrera al desarrollo puede encontrarse en lo sucedido con el fósil Ida. El Darwinius masillae es un lémur de 47 millones de años que fue recientemente “descubierto”. Todos los interesados en la evolución, aclamaron la revelación de una especie transicional que vincula a los primates superiores a los mamíferos inferiores. Ida tiene ojos delanteros (en lugar de laterales), extremidades cortas e incluso pulgares oponibles. Lo que es incluso más interesante es la asombrosa condición en la que se ha preservado. Este fósil está en un 95% completo. El perfil de su pelaje resulta claramente visible y los científicos incluso han podido examinar los contenidos de su estómago, determinando que su última comida consistió en frutas, semillas y hojas. Masas entusiastas hacen cola para ir al Museo de Historia Natural de la ciudad de Nueva York para echarle un vistazo a este importante fósil.

¿Pero qué tiene que ver Ida con el capitalismo? Pues que de hecho Ida fue desenterrada en 1983 y ha estado en manos de un acaudalado coleccionista privado desde entonces. Éste no se dio cuenta de la importancia del descubrimiento de este fósil (lo cual no es sorprendente dado que no es un paleontólogo) por lo que simplemente ha estado recogiendo polvo por 25 años.

Hay un gran mercado internacional para los fósiles. El capitalismo ha reducido estos tesoros, que con todo derecho le pertenecen a la humanidad entera, en meras mercancías. Fósiles en manos privadas por lo general son prestados o incluso alquilados a museos para que los puedan estudiar o exhibir. Hay colecciones de fósiles que recorren el mundo para producirles dinero a sus propietarios, en lugar de estar disponibles para estudios serios, científicos. E incontables especies extrañas esperan en los almacenes de compañías de inversiones o en los salones de coleccionistas, sirviendo de nada más que de piezas sobre las cuales conversar durante una copa de coñac. Es imposible saber cuántos fósiles de gran importancia están simplemente guardados, esperando ser descubiertos de la oficina de algún multimillonario.

Investigación Médica

La industria farmacéutica es bien conocida por sus precios exorbitantes y negarse a distribuir medicamentos a aquellos que no los pueden costear. La falta de drogas para combatir la pandemia del SIDA, particularmente en África, es suficiente para probar la inhabilidad del capitalismo de distribuir medicina a aquellos que la necesitan. ¿Pero qué papel juega la búsqueda de ganancia en el desarrollo de nuevas drogas? Las grandes farmacéuticas tienen una historia igualmente lamentable en lo que se refiere a investigación y desarrollo en su industria.

Los pacientes con SIDA pueden pagar decenas de miles de dólares por año por los medicamentos que necesitan para mantenerse con vida. En 2003, cuando se introdujo una nueva droga llamada Fuzeon, hubo un escándalo por los precios del mismo, que implicaría gastos por encima de los $20.000 anuales por paciente. El gerente general de Laboratorios Roche, Franz Humer, intentó justificar el precio de venta: “Necesitamos tener una taza de retorno decente sobre nuestras innovaciones. Éste es un adelanto mayúsculo en terapia… No puedo imaginarme una sociedad que no desee que continúe la innovación”.

Pero la innovación de la que habla el Sr. Humer es sólo a medias. Las farmacéuticas no están motivadas por la compasión, sino por el dinero. Para una de estas grandes compañías, un enfermo de SIDA no es un paciente sino un cliente. La industria farmacéutica tiene un incentivo financiero para asegurarse que estas personas sean clientes frecuentes, por lo que hay muy poca investigación llevándose a cabo para encontrar una cura. La mayor parte de la investigación privada se centra en conseguir nuevas drogas anti-retrovirales; medicamentos éstos que los pacientes deberán seguir tomando de por vida.

Ha habido cierta presión para financiar investigaciones dirigidas a encontrar una vacuna al SIDA y, más recientemente, un microbicida efectivo. Sin embargo, la inmensa mayoría de estos recursos vienen del Gobierno y de grupos sin fines de lucro. La industria farmacéutica simplemente no está financiando investigaciones dirigidas a acabar con esta pandemia. ¿Y por qué habrían de hacerlo? Ninguna empresa sobre la tierra va a financiar investigaciones específicamente diseñadas para sacarlas del mercado.

Problemas similares surgen en otras áreas de la investigación médica. En el campo del cáncer, a principios de 2007 se descubrió una droga extremadamente prometedora. Investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá) descubrieron que una simple molécula de Dicloroacetato (DCA) puede reactivar la mitocondria[1] en células cancerosas, haciendo que éstas mueran como las células normales. Las investigaciones revelaron que el DCA parece ser extremadamente efectivo contra varias formas de cáncer en laboratorio y promete ser de hecho una cura para el cáncer[2]. El DCA ha sido utilizado por décadas para tratar a personas con desórdenes de mitocondria. Sus efectos sobre el cuerpo humano son por lo tanto bien conocidos, lo cual haría el proceso de desarrollo mucho más simple.

El problema es que las pruebas clínicas del DCA se han visto retrasadas por la falta de financiamiento. El DCA no está patentado ni es patentable. Las empresas farmacéuticas no van a poder sacarle cuantiosos beneficios a la producción de este medicamento, por lo que no están interesados. Los investigadores se han visto obligados a recaudar fondos ellos mismos para financiar tan importante trabajo. Las pruebas iniciales, a pequeña escala, han comenzado y los resultados preliminares son muy alentadores. Pero hace dos años desde que se hizo este importante descubrimiento y es apenas ahora que los estudios están empezando. La facultad de medicina de la Universidad de Alberta se ha visto forzada a rogar por financiamiento de parte del gobierno y organizaciones sin fines de lucro. Hasta el día de hoy no han recibido siquiera un centavo de alguna organización médica con fines de lucro.

La falta de investigaciones en potenciales curas que no son patentables no se limita al DCA. Hay toda una industria montada alrededor de los denominados remedios naturales alternativos. Muchas personas, incluido el presente autor, somos escépticas sobre las pretensiones hechas por aquellos que apoyan la medicina alternativa. Richard Dawkins[3] señala que “Si una técnica de sanación se demuestra que tiene propiedades curativas in experimentos doble-ciego apropiadamente controlados, deja de ser alternativa. Simplemente se vuelve… medicina”. Pero esta visión blanca y negra no toma en cuenta las limitaciones impuestas por el capitalismo sobre la ciencia. La negativa a financiar las pruebas para verificar medicinas alternativas no patentables tiene dos efectos dañinos. Primero, quedamos a oscuras respecto a medicamentos potencialmente efectivos. Y segundo, el moderno curandero charlatán que ofrece falsas curas se les da credibilidad por los pocos tratamientos alternativos que sí funcionan.

Tecnología e industria

Se supone que es en la industria manufacturera en particular donde la innovación capitalista está en su elemento. Se nos dice que la competencia entre empresas llevará a mejores productos, menores precios, nueva tecnología y nueva innovación. Pero nuevamente cuando inspeccionamos más de cerca vemos cómo los intereses privados sirven más de barrera que de impulsor. Las patentes y los secretos comerciales impiden el desarrollo de nuevas tecnologías. La industria petrolera en particular tiene una larga historia de compra de patentes simplemente para impedir que los productos siquiera salgan al mercado.

La competencia puede servir como un motivador para el desarrollo de nuevos productos. Pero como ya hemos visto con anterioridad, también puede servir como motivador para prevenir que nuevos productos vean jamás la luz del día. Las empresas no sólo se niegan a financiar investigaciones para el desarrollo de un producto que pueda herir su industria, sino que en algunos casos irán extraordinariamente lejos para prevenir que más nadie pueda realizar el mismo tipo de investigaciones.

El documental “¿Quién mató al carro eléctrico?”, filmado en 2006, entra profundamente en detalle sobre el papel jugado por las grandes petroleras, las empresas automotrices y el propio gobierno federal norteamericano para prevenir que saliera a la calle un vehículo alternativo. El cineasta dice que las compañías del sector automotriz perderían si se llegase a producir vehículos eléctricos debido a la mayor simpleza para su mantenimiento. El sector autopartista y de repuestos podría verse diezmado. Las empresas petroleras verían una dramática reducción en la demanda de sus productos si el mundo cambiase a vehículos eléctricos. Se dice que las celdas de combustible de hidrógeno, que tienen poca oportunidad de convertirse en una tecnología útil, son usadas en realidad como una distracción de las alternativas reales. El cineasta acusa al gobierno norteamericano de dirigir las investigaciones lejos de los vehículos eléctricos y hacia las células de combustible de hidrógeno.

Pero la mayor acusación es hecha contra las grandes petroleras y auto manufactureras. El documental sugiere que las empresas automotrices han saboteado su propia investigación sobre carros eléctricos. Lo que es peor, las empresas petroleras han adquirido las patentes para las baterías NiMH[4] para evitar que sean usadas en vehículos eléctricos. Éstas son las mismas baterías que se usan en computadoras portátiles y baterías grandes de este tipo podrían hacer realidad la idea de un vehículo eléctrico. Pero Chevron mantiene su poder de veto sobre cualquier licencia o uso de la tecnología de las baterías NiMH. Se niegan a vender este tipo de baterías con fines de investigación. Algunos vehículos híbridos de la actualidad usan baterías NiMH, pero éstos, aunque aumentan el rendimiento, todavía requieren de combustibles fósiles.

Mientras que comprar patentes es un medio efectivo para engavetar nuevas innovaciones, el sistema capitalista ciertamente tiene otras maneras de detener investigaciones y desarrollo. La naturaleza misma de un sistema basado en la competencia hace que la investigación colaborativa sea imposible. Bien sea la industria farmacéutica, la industria automotriz o cualquier otra, el capitalismo divide a los mejores científicos e ingenieros entre corporaciones en competencia. Cualquiera involucrado en investigación o desarrollo de productos se ve forzado a firmar acuerdos de confidencialidad como condiciones del trabajo. No sólo se les impide trabajar en conjunto sino que incluso ¡se les prohíbe comparar sus notas!

La revisión por pares[5], o el arbitraje, se supone que es una pieza fundamental del método científico. Muchas veces, los grandes avances los realizan no grupos de investigación individuales sino muchos grupos de investigadores. Un grupo desarrolla una pieza del rompecabezas, algún otro descubre otra e incluso otro equipo más de científicos logra juntar todas las piezas. ¿Cómo puede un sistema basado en la competencia promover tales esfuerzos colaborativos? Dicho de forma sencilla, simplemente no puede.

Los gobiernos del mundo claramente reconocen que esto es un problema. Cada vez que se enfrentan a una crisis seria echan sus ideales de libre mercado por la ventana y se vuelcan al sector público. Muchas veces se ha argumentado que >la II Guerra Mundial la ganó la nacionalización y planificación. El capitalismo en Gran Bretaña básicamente se detuvo, de manera tal que los esfuerzos de la guerra pudieran ser organizados de manera efectiva. En los EEUU, una nacionalización a tal escala no se llevó a cabo pero cuando se trató de investigación y desarrollo, la tarea no se le confió al sector privado.

Bajo el temor de que los Nazis estuvieran desarrollando la bomba atómica, el gobierno estadounidense inició un programa público masivo para asegurarse que fuesen los primeros en conseguir un arma de destrucción masiva. El Proyecto Manhattan tuvo éxito donde el sector privado no. En un momento dado, unas 130 mil personas trabajaban en dicho proyecto. Los mejores y más brillantes científicos e ingenieros fueron juntados para esta gigantesca colaboración. Lograron descubrir más sobre la fisión nuclear[6] en el lapso de unos pocos años que lo que habían conseguido en décadas desde que el primer átomo fuese dividido en 1919. Independientemente de lo que uno piense de la bomba atómica, indudablemente fue uno de los más grandes avances científicos del siglo XX.

Ciencia, Tecnología y Planificación Económica

La prueba más contundente del impedimento del capitalismo sobre la ciencia y la tecnología viene no del capitalismo sino de la alternativa. A pesar de que la URSS bajo Stalin estaba lejos de ser la sociedad socialista ideal (una idea que hemos explicado una y otra vez en multitud de documentos), su historia nos presenta una excelente visión del potencial de una economía nacionalizada y planificada. En 1917, los bolcheviques tomaron el control de un país atrasado y semi-feudal que había quedado arruinado con la I Guerra Mundial. En cuestión de pocas décadas fue transformada en una gran super-potencia. La URSS llegaría a ser el primer país en colocar un satélite en órbita, el primer en colocar un hombre en el espacio y el primero en construir una estación espacial permanente habitada por el hombre. Los científicos soviéticos llevaron más allá las fronteras del conocimiento, especialmente en Matemática, Astronomía, Física Nuclear, Exploración Espacial y Química. Muchos científicos de la era soviética fueron ganadores del Premio Nobel en distintos campos[7]. Estos éxitos son particularmente impresionantes cuando se considera el estado en que se encontraba el país cuando fue derrocado el capitalismo.

¿Cómo fueron posibles tales avances? ¿Cómo pudo la URSS pasar de tener una población en un 90% analfabeta a tener más científicos, doctores e ingenieros per cápita que cualquier otro país en el mundo en tan sólo unas décadas? La superioridad de la economía nacionalizada y planificada y la ruptura con la demencia del capitalismo es la única explicación.

El primer paso en este proceso fue simplemente reconocer que la ciencia es una prioridad. Bajo el capitalismo, la habilidad de las empresas privadas para desarrollar la ciencia y tecnología se limita por la visión estrecha de lo que es rentable. Las compañías no planifican avanzar en tecnología, sino en armar productos mercadeables y sólo harán lo mínimo necesario para llevar sus productos al mercado. Los Soviets inmediatamente reconocieron la importancia del desarrollo global de la ciencia y la tecnología y lo vincularon al desarrollo del país como un todo. Esta visión amplia es lo que permitió colocar grandes recursos en todas las áreas de estudio.

Otro componente vital de su éxito fue la expansión masiva de la educación. Al abolir la educación privada y proveyendo educación gratuita a todos los niveles, los individuos en la población pudo hacer efectivo su potencial. Cualquier ciudadano podía continuar estudiando siempre y cuando fuese capaz de hacerlo. Por el contrario, incluso en muchos países capitalistas han sido incapaces de eliminar el analfabetismo, ni hablar de abrir la educación universitaria a todos los que quieran. Bajo el capitalismo, se erigen gigantescas barreras financieras frente a los estudiantes, que previenen a grandes sectores de la población de alcanzar su potencial. Cuando la mitad de la humanidad es forzada a vivir con menos de US$ 2,00 al día (BSF 4,30), sólo podemos concluir que grandes reservas de talento humano están siendo desperdiciadas.

El gobierno soviético inmediatamente tiró abajo todas las barreras sobre la ciencia que estrangulan la innovación dentro del sistema capitalista. Patentes, secretos comerciales y la industria privada fueron eliminados. Esto permitió una investigación más colaborativa entre los distintos campos y un flujo libre de información entre los institutos. Los prejuicios religiosos que retrasan y contienen el estudio racional fue echado a un lado. Sólo hay que pensar en la prohibición de la investigación sobre las células madre bajo el régimen de G. W. Bush para ver los efectos negativos que el misticismo religioso puede tener sobre la ciencia.

Por supuesto que no todo era bueno bajo el estalinismo. Así como la burocracia impedía el desarrollo de la economía, también retrasó el desarrollo de ciertas áreas de estudio. Mientras que la mayoría de las barreras del capitalismo fueron derribadas, en algunos casos fueron erigidas nuevas murallas ya que la dirección de la investigación científica fue subyugada a las necesidades y deseos de la burocracia. En algunos casos extremos, ciertos campos de estudio fueron prohibidos por completo e importantes científicos enviados a los campos de trabajos forzados en Siberia. Uno de los casos más escandalosos era el desprecio de Stalin por la genética de cromosomas. El estudio de la genética fue prohibida y numerosos e importantes genetistas, incluyendo Agol, Levit y Nadson, fueron ejecutados. Nikolai Vavilov, uno de los genetistas más prominentes de la URSS fue enviado a campos de trabajo forzado, donde murió en 1943. Esta prohibición no fue revertida sino hasta mediados de los años 1960. Estos crímenes no fueron crímenes del Socialismo, sino del estalinismo. Bajo una economía democráticamente planificada no habría necesidad de tales atrocidades.

Hoy en día es la tarea de aquellos interesados en ciencia y socialismo el aprender las lecciones de la historia. La ciencia está siendo contenida por intereses particulares e industria capitalista. La falta de recursos para educación e investigación mantiene las puertas cerradas a muchos jóvenes interesados. La interferencia religiosa encierra a la ciencia en una jaula y declara importantes campos de estudio como prohibidos. Las cadenas del libre mercado impiden que investigaciones importantes puedan ser realizadas. Las empresas privadas se niegan a dejar salir nuevas tecnologías de sus cuartos traseros. Coleccionistas privados retienen especímenes únicos e importantes para su entretenimiento personal. Curas potenciales para enfermedades mortales se dejan a un lado para liberar el camino para investigaciones sobre drogas para curar la disfunción eréctil. Esto es demencial. El capitalismo no motoriza la innovación sino que la impide en cada momento.

La humanidad hoy en día está siendo retenida por un sistema económico diseñado para esclavizar a la mayoría para el beneficio de una minoría. Todo aspecto del desarrollo humano está siendo retrasado por el mal llamado mercado libre. Con el desarrollo de computadoras, Internet y nuevas tecnologías, la humanidad está a un paso de un futuro brillante de de avances científicos y de prosperidad. Estamos aprendiendo más y más sobre cada aspecto de nuestra existencia. Lo que una vez era imposible, es hoy una realidad tangible. Lo que una vez era un misterio, hoy es comprendido. Lo que una vez estaba oculto, hoy está a plena vista. El avance del conocimiento científico algún día pondrá los confines más lejanos de nuestro universo en la punta de nuestros dedos. Lo único que nos lo impide es el capitalismo.

Canadá, 11 de Agosto de 2009

NOTAS
[1] La mitocondria es un orgánulo celular al que tempranamente se asignó el papel de "horno" de la célula donde se obtiene energía tras el proceso oxidativo que ocurre sobre distintos metabolitos. Además, posee en su membrana esos magníficos mecanismos de la cadena transportadora de electrones y de la ATPasa, que permiten la transformación de la energia de oxidación en la llamada "moneda energética universal" de la célula; esto es, el ATP. Ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Mitocondria
[2] El artículo, publicado en la revista Cancer Cell puede encontrarse en http://www.cell.com/cancer-cell/abstract/S1535-6108(06)00372-2
[3] Richard Dawkins es un etólogo británico, teórico evolutivo y escritor de divulgación científica que ocupa la «cátedra Charles Simonyi de Difusión de la Ciencia» en la Universidad de Oxford. Se declara ateo, humanista y escéptico. Es miembro del movimiento bright y —como comentarista de ciencia, religión y política— está entre los intelectuales públicos más conocidos en lengua inglesa. En referencia al epíteto de «bulldog de Darwin» que se le daba a Thomas Huxley (1825-1895), la defensa apasionada de Dawkins de la evolución le ha ganado el apelativo de «rottweiler de Darwin». Ver http://richarddawkins.net/
[4] Una batería de níquel-hidruro metálico (Ni-MH) es un tipo de batería recargable que utiliza un ánodo de oxidróxido de níquel (NiOOH), como la batería de níquel cadmio, pero su cátodo es de una aleación de hidruro metálico. Esto permite eliminar el costoso (y medioambientalmente peligroso) cadmio a la vez que se beneficia de una mayor capacidad de carga (entre dos y tres veces la de una pila de NiCd del mismo tamaño y peso) y un menor efecto memoria. Ver http://es.wikipedia.org/wiki/Bateria_de_niquel_e_hidruro_metalico
[5] En los medios académicos, la revisión por pares (peer review en inglés) o arbitraje es un método usado para validar trabajos escritos y solicitudes de financiación con el fin de medir su calidad, factibilidad, rigurosidad científica, etc. Ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Revision_por_pares
[6] En química y física, fisión es una reacción nuclear, lo que significa que tiene lugar en el núcleo del átomo. La fisión ocurre cuando un núcleo pesado se divide en dos o más núcleos pequeños, más algunos subproductos. Estos subproductos incluyen neutrones libres, fotones (generalmente rayos gamma) y otros fragmentos del núcleo como partículas alfa (núcleos de helio) y beta (electrones y positrones de alta energía).
[7] Física: En 1958, Pavel Cherenkov, Ilya Frank e Igor Tamm; 1962, Lev Davidovich Landau; 1964, Nikolai Basov y Alexander Projorov; 1978, Piotr Leonidovich Kapitsa. Economía: 1976, Leonid Vitaliyevich Kantorovich. En el campo de las matemáticas, aunque grandes nombres como los de Israel Gelfand, Andrei Kolmogorov, Nicolai Bogoliubov, entre muchos otros no están en esta lista, varios matemáticos rusos obtuvieron la medalla Fields, el equivalente al Nobel en Matemática: 1978, Grigori Margulis; 1990, Vladimir Drinfel’d.

 

Reflexiones Póstumas Sobre Benedetti

Benedetti me sirve

 


Al poeta que escribió los gritos del Sur
En las gentes de mi familia cada 18 de mayo, ayer, tiene sentido. Siempre dijeron que un día después, pero muchos años antes, había caído en combate Martí, un hombre de la independencia frente al dominio colonial.

Luego supe que apenas unos meses después de que esa fecha empezara a contar para ellos, habían asesinado al Che, un hombre de la independencia frente al dominio imperial.

Ayer, que también fue 18 de mayo, leyendo el amanecer cobijado tras una esquina rota, supe que un día antes Benedetti se había ido, que había muerto un hombre de la independencia frente al dominio cultural… imperial y colonial.

De forma apresurada busqué y encontré un poema, que es suyo y es de todos, y que me sirve. Me sirve para rechazar la opulencia que da la espalda a tanta miseria, las lentejuelas que disfrazan jirones, las palabras repetidas que no hacen sino acribillar silencios sin rozar la propia conciencia. Y me sirve para continuar la tarea, para prender mil fuegos y vencer al frío que sentí ayer.


Me sirve no me sirve
La esperanza tan dulce
tan pulida tan triste
la promesa tan leve
no me sirve
No me sirve tan mansa
la esperanza
La rabia tan sumisa
tan débil tan humilde
el furor tan prudente
no me sirve
No me sirve tan sabia
tanta rabia
El grito tan exacto
si el tiempo lo permite
alarido tan pulcro
no me sirve
No me sirve tan bueno
tanto trueno
El coraje tan dócil
la bravura tan chirle
la intrepidez tan lenta
no me sirve
No me sirve tan fría
la osadía
Si me sirve la vida
que es vida hasta morirse
el corazón alerta
si me sirve
Me sirve cuando avanza
la confianza
Me sirve tu mirada
que es generosa y firme
y tu silencio franco
si me sirve
Me sirve la medida
de tu vida
Me sirve tu futuro
que es un presente libre
y tu lucha de siempre
si me sirve
Me sirve tu batalla
sin medalla
Me sirve la modestia
de tu orgullo posible
y tu mano segura
si me sirve
Me sirve tu sendero
compañero.

Mario Benedetti





A Mario Benedetti: propuestas


Gara/Rebelión


Ocurre, Mario, que este martes diecinueve de mayo prolonga el lunes dieciocho y, sí, al abrir los ojos hemos confirmado, entre pellizcos y despertadores, tu cambio de oficina. Por eso proponemos tres días de duelo en el alma y la suspensión temporal de los paseos nocturnos por los jardines botánicos. Simple declaración de intenciones éticas ahora que tu hermano cuerpo de compromiso nos ha dejado tras trabajar a músculo y a estómago y a nervios y a riñones y a bronquios y a diafragma. Quiero decir, claro, a corazón abierto.

Cuando hace ya unos cuantos años nos regalaste para la eternidad aquel edicto maravilloso de que “uno no siempre hace lo que quiere pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere”, sonreímos al unísono porque entendimos por fin que sí, que los árboles son siempre solidarios y que los seres humanos seguimos en proceso de adaptación terrenal. Sueños de vals y de tango, Mario, para un futuro que se acerca despacio, despacio. Pero viene. Claro que viene. No sé todavía si será desde ahí abajo donde hombres y mujeres como tú siguen aprovechando el sol y los eclipses o desde aquí arriba donde las cuentas no les salen y toman pastillitas a destajo al ver que los muros se desmoronan. Pero viene. Claro que viene. Mero cálculo de probabilidades poéticas sin dioses ni fantasmas, sin nubes ni zapatos.

Hoy, Mario, quisiéramos llamar finalmente a la huelga general de tres meses (innegociables) para releer sin pausas ni plusvalías tus cuentos y tus novelas, tus versos y tus canciones, tus crónicas y tus ensayos por las plazas, estadios, selvas, islas y desiertos del mundo. Simple cuestión de defender la alegría. Y de seguir comprobando, como nos recomendaste, que en la calle codo a codo somos mucho más que dos.

 

 

 

 

Un café por Mario Benedetti

 



El lunes 18 de mayo me invité un café para pensar en la no muerte de Mario Benedetti. Deseaba entregarme en pensamiento al recuerdo del poeta que comprometió su palabra con la vida. Mi idea era estar solo (más allá de las sensibilidades mediáticas), quería alejarme del mundo prefabricado y de las obligaciones que me hacen estar atado a sus circunstancias; así fuese por un día, o una mañana. Tal vez hasta me hubiese conformado con una minuto de serena existencia.

Mi utopía llegó a tanto que me ilusioné con la posibilidad de que, cuando me levantara de la mesa, la realidad estuviera más cercana a la poesía. Deseaba reconocer la utilidad de la palabra en la calle, en las formas, en los fondos; en la convivencia del segundo a segundo. Y permanecí mucho tiempo contemplando el café, temeroso de que toda la belleza sólo fuese posible en la poesía de seres como Benedetti.

El poeta sabía que la belleza jamás podría influir en las decisiones políticas, pero, como buen utopista, decía que los poetas “sí llegan al ciudadano de a pie, y a veces sirven para esclarecer una duda, para dar una tímida respuesta a una pregunta que tiene alguien”. Y todo era parte de su “Táctica y estrategia”, de su eterno compromiso con el ser humano (y la puesta en práctica de la vida en beneficio de la vida).

La vida (en sociedad) era muy dura en los tiempos cuando Benedetti padeció los rigores de la dictadura; sin embargo, lo siguió siendo después, mucho después, cuando la democracia mejoró la forma pero no el fondo; y también ahora: en este instante que se presume como el más moderno de todos los instantes. En nombre de Benedetti he querido pasar toda una mañana en un café, alejado de una realidad que cada día se parece menos a la poesía. Sabía que me estaba engañando. ¿Quién dijo que el mundo era lugar para poetas? O como una vez dijo Bolaño “la vida (a veces) es una mierda”. La realidad social es la realidad social y Benedetti es Benedetti (y la poesía).

El capitalismo nos ha hecho cínicos, duros, mezquinos. He ahí el difícil obstáculo que hace peso sobre nuestra existencia. ¿Cómo no terminar siendo piedras en momentos de dureza? He ahí la urgencia de la poesía de Mario Benedetti. No se trata de sutilezas discursivas ni mucho menos de paseos ocasionales del alma. No, mil veces no. La poesía (y Benedetti), más que un adorno, es un estorbo a la consumación de la dureza. Y por ello, desde siempre, nos la quieren robar.

No es cuento: cada vez somos menos humanos. Y Benedetti, con su palabra armada (en eterno presente), convoca a la resistencia del espíritu. Lo difícil no es protestar el fascismo político, lo complejo es oponerse al fascismo ciudadano. Pero hay que hacerlo. La palabra de Benedetti nos ubica ante un dilema milenario: ser bestias o asumirnos humanos. Y si decidimos abrir la segunda puerta: hay que comprometerse a cambiar la vida diaria, con sus formas y fondos; en el tránsito cotidiano, en los recorridos imperceptibles, en el respeto (y comprensión) al otro.

Lo reitero: hoy he decidido permanecer contemplando (en la memoria) la poesía de Mario Benedetti.

 

 

 

 

Últimos versos de Benedetti

La Vanguardia


El amor, la muerte, los libros... son algunos de los temas que han quedado, como un último mensaje, en los poemas que ha dejado Mario Benedetti antes de morirse (dos de los cuales se ofrecen en esta página). Como apunta su agente y amigo, Guillermo Schavelzon, "son parte de un libro nuevo que estaba en preparación y que no alcanzó a terminar. Habrá que esperar un tiempo para ver todo el material y qué se hace con él. En principio, no va a aparecer ninguna cómoda con nuevos textos inéditos, más allá de este libro. Lo sé porque él me iba enviando cada poema que terminaba, así, unoa uno, a medida que los escribía, quería saber enseguida la opinión de sus amigos".

La reacción de los lectores, ayer, en todos los países de habla hispana demostró que Benedetti era, sin duda, uno de los poetas más seguidos de la actualidad. Muchos de los que acudieron a darle su último adiós afirmaban que "murió de amor". Si, en cuerpo, falleció el domingo tras una larga y molesta enfermedad intestinal, lo cierto es que su alma empezó a declinar cuando su mujer, Luz, con quien compartió 60 años de matrimonio, empezó a perder la conciencia por el alzheimer para acabar falleciendo hace tres años. "Acontece la noche y estoy solo/ cargo conmigo mismo a duras penas/ al buen amor se lo llevó la muerte/ y no sé para quien seguir viviendo", escribió el poeta en 'Testigo de uno mismo' (Visor), la última de sus más de ochenta obras.

Integridad, compromiso, generosidad, humildad. Son palabras comunes en las muestras de dolor expresadas desde todos los ámbitos y países. Póstuma unanimidad de la que no todos los grandes literatos pueden presumir en el más allá. Por supuesto, como todos los escritores izquierdistas de su generación, sintió admiración por el líder cubano Fidel Castro y su revolución, que defendió sin tapujos hasta la muerte, a diferencia de tantos colegas que se distanciaron de la deriva autoritaria del régimen. Sin embargo, ello nunca le reportó las críticas que otros sí recibieron. La unanimidad en los elogios al poeta quizá respondan a su ejemplo de integridad. "Las causas en las que creo y que son derrotadas son las que me impulsan, porque gracias a que las defiendo puedo dormir tranquilo", dijo Benedetti.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano acudió al domicilio montevideano de Benedetti nada más conocer su muerte, y con más silencios que palabras expresó poéticamente su pesar: "Benedetti en italiano significa benditos y lo único que puedo decir es eso, benditos, benditos sean las mujeres y los hombres honestos y generosos como él", dijo.

De esa generosidad fue testigo en el 2005 el entonces presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el grupo de periodistas que lo acompañábamos en su visita a Uruguay. Maragall saludó a Benedetti a las puertas del geriátrico donde Luz vivía su alzheimer y donde su marido la visitaba cada día. El escritor, pese a su evidente tristeza, no tuvo reparos en fotografiarse y charlar unos minutos no sólo con el president sino también con los periodistas.

"Podemos estar contentos de que la obra de Benedetti llegó a su plenitud hace ya algún tiempo", dijo Hortensia Campanella, biógrafa de Benedetti.

El cantante Joan Manuel Serrat, que musicalizó al poeta en el disco El sur también existe,declaró sentir "pena por la muerte del amigo y la separación definitiva que esto significa, y liberación, porque en este caso la muerte se presenta como liberadora".

Y poético fue el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, uno de los primeros en visitar la capilla ardiente instalada en el Congreso. "Mario nunca muere, se siembra", dijo Vázquez.

LIBROS

Quiero quedarme en medio de los libros vibrar con Roque Dalton con Vallejo y Quiroga ser una de sus páginas la más inolvidable y desde allí juzgar al pobre mundo no pretendo que nadie me encuaderne quiero pensar en rústica con las pupilas verdes de la memoria franca en el breviario de la noche en vilo mi abecedario de los sentimientos sabe posarse en mis queridos nombres me siento cómodo entre tantas hojas con adverbios que son revelaciones sílabas que me piden un socorro adjetivos que parecen juguetes quiero quedarme en medio de los libros en ellos he aprendido a dar mis pasos a convivir con mañas y soplidos vitales a comprender lo que crearon otros y a ser por fin este poco que soy

ENTRE DOS VACÍOS

Si uno piensa en la nada que lo precedió no puede evitar un desasosiego que nos va cortando tajadas de vida no es fácil concebir dónde estarán los insomnios las lágrimas los goces todo eso que estuvo en nuestras manos y que creímos era para siempre al fin comprendimos que la eternidad era una rendija entre dos sombras todo se va pero no siempre vuelve abracemos eso que tuvimos y que acaso tenemos todavía miro hacia atrás y poco veo miro hacia delante y es la niebla admito que estoy entre dos vacíos con prudencia marco bien las huellas por donde regresaré con mi nostalgia pondré atención porque el paisaje es mío y yo quiero viajar con mi paisaje






Una pluma para Mario




    “Las experiencia del exilio me convirtió en otra persona, más alerta, más enterada del mundo.” Mario Benedetti

Mario se fue en domingo, y me dejó tanta tristeza que hasta hoy puedo reaccionar. Desde que supe la noticia me invadió una nostalgia dulce, de su mirada cálida y de la serenidad que su ser transmitía.

En Uruguay, y en el mundo entero, millones de personas damos el adiós al poeta, al novelista, al periodista, al taquígrafo que con sus palabras y su personalidad sencilla y plácida, y no por eso, menos comprometida y arriesgada nos regaló los múltiples sentimientos que desbordan su obra.

Mario, - permítanme la familiaridad, pero era tan cercano a mi como a tantos de ustedes -, fue dirigente político y pieza fundamental en la “generación del 45”, de aquellos intelectuales que dejaron su impronta en la sociedad rioplatense.

Y siendo tan local, fue tan universal como para lograr que con sus versos se identificaran almas sensibles de todo el mundo.

¡Cómo se puede homenajear con palabras a quien hizo de la palabra luz, música, imágenes, sentimientos, ideas, emblemas! ¡Cómo incursionar en el arte que él desarrollaba con tanta naturalidad y excelencia sin sentirse impertinente!

Su obra fue traducida, recitada, cantada. Sus versos se convirtieron en himnos de amor y de lucha por la justicia y la libertad.

Leí La tregua después de ver la película basada en su obra. Disfruté y gocé sus palabras en mi juventud. Pero no comprendí plenamente a Benedetti hasta que viví el exilio. Por razones diferentes a las suyas, la distancia, la ausencia, el vacío, la extrañeza del desarraigo llegaron a mi vida, para sentir en carne propia esa Primavera con una esquina rota. Me dio otros ojos para ver el mundo, y para verme a mí misma. El exilio, que sin ser, necesariamente doloroso para mi, tuvo aristas duras, que aún hoy estoy limando, es una experiencia difícil de explicar, que permite ver lo propio y lo ajeno desde diferentes perspectivas.

Ese hábito lo asumió nuestro Mario de forma constante, y creo que por eso, sus reflexiones nos descubren y nos reflejan. Nadie como él para poner en blanco y negro ese encuentro de sensaciones que tantas veces no sabemos definir.

Por eso, tal como lo pediste, querido Mario, te dejo un bolígrafo, para que, en la nada, o donde estés ahora, sigas calcando tu emoción en un papel y obsequiando al mundo la exquisitez de tu alma.

rlecay1@gmail.com






A Benedetti





Hay vidas que, de muertas, sólo son biografías, ambiguos prontuarios de cuentos y de cuentas, acaso un mal habido patrimonio y algunos herederos peor hallados, un perro que les ladre dolientes titulares, un alcalde de encargo, un cardenal de oficio y un par de funerales.

Pero apenas la tierra se sume al homenaje y los gusanos rindan honores al difunto, de aquel ilustre muerto va a quedar, si me apuran, la misa aniversario con que la Iglesia reconforta el luto mientras la viuda quiera pagar los honorarios, y una lápida triste que recuerde un olvidado nombre y un extraviado año.

Son vidas que se pierden en el tiempo sin un beso en la espalda ni una mano en el pecho, infelizmente muertas.

Hay muertes que, de vivas, nos dan las buenas horas, nos lustran la sonrisa, nos atan los zapatos con los que andar el día, nos rondan y nos cantan los sueños que aún amamos.

Son muertes tan poco moribundas que siempre están naciendo y así no tengan visa para el cielo o el aval de la ley para la gloria van a seguir estando con nosotros, memoria que respira y pan que se comparte, dichosamente vivas.

 

 

 

Mario Benedetti, un luchador contra la hipocresía

 

 



No tengo el don de la escritura, en ocasiones se tuerce y muchas veces es tosca, con ello convivo y busco superarlo. La necesidad de decir y decir bien obliga. Uno busca referentes para aprender. Pero no se trata de una cuestión de estilo. Junto a lo dicho debe haber un motor que impulse las palabras. Una seña de identidad. Octavio Ianni, sociólogo brasileño, me llamo la atención sobre escribir con seso, intestinos y corazón. Todo a la vez, crear un equilibrio entre un buen ensayo y una descripción agreste sin alma. Pablo González Casanova me ha recomendado la lectura de Antonio Machado, tanto como Jorge Luis Borges. Autores donde se refleja frescura y diversidad en el uso del lenguaje. Basta con recordar como inicia Machado la clase de poética y retórica de Juan de Mairena: "Señor Pérez salga usted a la pizarra y escriba: 'Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa ...', después de meditar, escribe: 'Lo que pasa en la calle'".

Conocer la gramática no lo es todo. Es necesario jugar con las palabras, trasgredir las normas, buscar y recuperar significados. Impedir la condena de los conceptos fuertes evitando que la sociedad enmudezca. Transformar estética en obligación ética, en vivencia, conciencia crítica y transgresora. Forma y contenido entrelazados. No es una cuestión estilística, cuya meta se reduce a la soberbia de engrandecer egos y enaltecer la mezquindad del yo. Seguramente, hay buenos estilistas, pero pocos artesanos de las letras, cuya coherencia les impide torcer el camino en medio de la batalla, negándose a ser víctima de la profecía cumplida y del tópico: A donde dije digo, digo Diego.

Las palabras son un bisturí en manos de un buen médico, manipuladas por chapuzas, auguran lo peor. Se transforman en un amasijo somnoliento y pretensioso, pierden viveza. Supone la muerte de la poética puesta en el lenguaje. El don de la escritura no puede ser una rutina. Benedetti amaba escribir para contar historias. Sus relatos captan el significado profundo del amor, el desengaño, la lucha política, la memoria. Son la esencia de la vida cotidiana, del alma y del cuerpo. Puso letra a todo cuanto es creación humana. Indagó la maldad. Se batió en duelo a la vieja usanza, con honor. No soportó la traición. Su trabajo consistía en llamar a las cosas por su nombre. Formas simples y llanas. Son méritos que convierten su vida y su obra en ejemplar.

No le valieron prendas para condenar la mentira, viniese de donde viniese y lo dijera quien la dijese. Lo dicho quedó reflejado en el debate con Mario Vargas Llosa en 1984. Mientras Llosa lo insulta, tildándolo de corrupto por defender las revoluciones como la sandinista y la cubana, amén de considerarlo un robot alegre por apoyar el socialismo. Él, Vargas Llosa, se posesiona con una salida democrática al subdesarrollo y a las dictaduras. Interpretación maniquea a la cual Benedetti responde, demostrando coraje y algo de lo que carecía su contrincante: principios, altura de miras y dignidad. Los encabezados de su respuesta denotan su malestar: "Ni corruptos ni contentos" y "Ni cínicos ni oportunistas".

En ellos subraya: A Me parece absolutamente legítimo que un escritor como Vargas Llosa, se sienta tan presionado por la realidad como para pronunciarse sobre ella. La circunstancia de que muchos intelectuales latinoamericanos, a pesar de no practicar la obsecuencia ni la obediencia ciega que suele atribuirnos Vargas Llosa, mantengamos nuestra adhesión a las revoluciones de Cuba y Nicaragua no impide comprender que vanos aspectos de esas realidades hieran , vulneren o incluso descalabren ciertas pautas y arquetipos de otros intelectuales... A un intelectual del alto rango artístico de Vargas Llosa debe exigírsele una mínima seriedad en los planteos, particularmente cuando estos ponen en entredicho la probidad de sus colegas. Hablar de corruptos y contentos en una región del mundo en la que hay tantos intelectuales perseguidos, prohibidos, exiliados..., en ese marco de discriminación y de riesgo, de amenazas y de crimen es, por lo menos, una actitud insoportablemente frívola.

En la segunda entrega , tras nuevos insultos de Vargas Llosa, le recuerda su historia: A Hace ya unos cuantos años que mi tocayo señaló, con una imagen que hizo carrera, que la literatura ha de ser siempre subversiva y que el escritor debe ser una suerte de buitre que esté siempre dando vueltas sobre la carroña. Reconozco que mi vocación de buitre es prácticamente nula, y también la capacidad subversiva de la literatura es viable y defendible cuando el escritor distingue honestamente algo que subvertir, pero no como obligación eterna y menos como un deporte. Parece claro y elemental que si lucho por una sociedad más justa, cuando ese cambio, así sea primariamente, se produce, tratar de subvertir la situación equivaldría a proclamar una vuelta a la injusticia.

La discusión se zanjó con la salida de las paginas de opinión de El País de Mario Benedetti. El grupo Prisa y Juan Luis Cebrian, a la sazón director del matutino, decantaron la línea editorial hacia el peruano.

Mario Benedetti hace fácil lo difícil. Capta los valores y las vilezas de los mortales. Muestra, como en el ejemplo anterior, la cara de la traición, de la ignominia. Describió la muerte diseccionando las dictaduras y sus dictadores. No le hicieron falta títulos universitarios. Tampoco se invento, como el ex-ministro de educación chileno, José Joaquín Brunner, un falso titulo de sociólogo y posgrado en Oxford. Era un artesano de la palabra, en poeta. Siempre tuvo una sonrisa y no faltó a sus compromisos, se exigía con quien sentía eran sus compañeros de viaje.

Mario Benedetti, ha sido un hombre comprometido con su tiempo, y por ello fue perseguido. Su palabra resulta incomoda. Él supo el significado de un doble exilio. Enfrentó decretos de busca y captura. Desde la firma por el gobierno de Bordaberry el 26 de junio de 1973 llamando a los militares al poder con un joven Julio María Sanguinetti en funciones de ministro, se abocó a denunciar las tiranías, sin dejar de escribirle al amor. Exiliado en Madrid, recibió el cariño de unos, los mas y el odio de la élite política. No le perdonaron vivir el Sur en el Norte, decir que también existía, reclamar derechos de autodeterminación y soberanía para los países que sufren la penetración imperialista. Hoy, los hipócritas lloran su muerte. Por suerte, Benedetti fue claro, en el tiempo de la globalización, lo que se globaliza es la hipocresía.

 

 

 

 

La voz entera de Benedetti

 

 

 



Lejos de Amsterdam, donde me encuentro, y adonde desde California nos llega la noticia aciaga de la muerte de nuestro amigo Mario, lejos –pues– del teclado con que escribo estas líneas, una máquina de escribir electrónica aguardaba ser usada por primera vez un día de oct ubre de hace muchos años. La había comprado justo antes de viajar a Francfort para entrevistar a Mario Benedetti. Y el caso es que Mario tenía un par de días libres, así es que lo invité a Colonia, donde vivían algunos personajes de su última novela publicada entonces: Primavera con una esquina rota.

Mario estaba literalmente harto de la persecución a que lo sometía la intelligentsia española, que no le daba tregua ni cuartel. Hablamos largamente de ello en el tren, entre Francfort y Colonia, y en casa, antes de irnos a dormir. Cuando me levanté, muy temprano, lo descubrí en mi despacho. Él, que en Madrid tenía una igual, fue quien desvirgó mi nueva máquina, esa mañana, con su sonada renuncia a seguir publicando en El País madrileño.

[Sonada también, en ese mismo diario, la única polémica de altura en los últimos tiempos en nuestro idioma, entre Benedetti y Vargas Llosa, ambos respetándose de una manera caballerosa, argumentando de manera objetiva, no ad hominem –que suele ser lo normal en nuestro ámbito. Polémica que cerró Benedetti diciéndole a su tocayo (cito de memoria): “Pero no te preocupes, Mario, te seguiremos leyendo, porque lo que escribes está a la izquierda de lo que piensas.”]

¿Qué tenía –y lo que es peor: qué siguió teniendo– la intelligentsia española en contra de Mario Benedetti? Porque en España es harta la gente que lo tenía encasillado en un Index tan feroz como el de la Iglesia católica en su día. Para esa gente, Benedetti era Maladetti. ¿Por qué?

Entendería que hablasen mal de él como escritor porque no les gustase su escritura: no tenía por qué gustarles. Pero hablaban mal de él, como escritor, con auténtico encarnizamiento. Incluso gente por lo demás muy comedida y respetuosa con el resto del género humano, pero no con este polígrafo oriental (uruguayos sólo son los futbolistas, decía Borges).

Analizando el tema llegué a dos explicaciones. La primera: porque su poesía goza de un éxito de público sin precedente desde los tiempos de Neruda y los Veinte poemas de amor y una canción desesperada. La segunda: porque pese a todos los pesares jamás dejó de defender a la Revolución cubana. Hay cosas imperdonables, y lo que menos se perdonan los nuevos españoles –europeos ahora en su propia homologación, simples rastacueros según la mía– es haberse convertido de Saulo en Paulo, y constatar que seguia y sigue habiendo quienes se niegan a hacerlo. Y a quienes, para colmo, la juventud los lee como los leyeron sus padres e incluso sus abuelos. Entonces, se lo cobran en forma de ninguneo y, en el caso de Benedetti, hasta ahora con saña.

Con saña, porque ¿cómo ningunear una carrera literaria de sesenta años?

Fue en 1945 cuando Benedetti publicó su primer libro de poemas, La víspera indeleble , pero el volumen jamás se ha vuelto a editar, y parecería mejor datar el comienzo de esa carrera en 1948, cuando aparece su primera obra ensayística, Peripecia y novela , a la que sigue en 1949 su primer libro de cuentos, Esta mañana . Diez años más tarde, otro volumen de cuentos, Montevideanos , significa su consagración. Y en 1960, con La tregua , Benedetti se da a conocer –¡y de qué modo!– más allá de las fronteras de su país: esta novela breve alcanzó más de cien ediciones, ha sido traducida a diecinueve idiomas y adaptada al cine, al teatro, la radio y la televisión.

[La primera versión cinematográfica de La tregua fue nominada para el Oscar al mejor filme extranjero de 1974. Perdió, a mi juicio, por otros criterios que la película misma, pero perdió con honor, contra un Fellini: Amarcord, como la Armada Invencible contra los elementos].

Cómo ningunear más de una larga docena de volúmenes de cuento s, muchos de ellos antológicos; varios d rama s; una decena de novelas (donde además de La tregua brillan con brillo propio Gracias por el fuego, La borra del café y El cumpleaños de Juan Ángel); los centones de sus artículos de prensa y numerosos ensayos, como El país de la cola de paja, perfectamente autónomos y orgánicos, y aún muy válidos, con títulos que son toda una declaración de principios: Cultura entre dos fuegos, Subdesarrollo y letras de osadía, La cultura, ese blanco móvil; y en fin, last but not least , una casi inacabable lista de libros de p oesía , con hitos tales como Poemas de la oficina, Viento del exilio, El olvido está lleno de memoria, y este Testigo de uno mismo recien publicado en Montevideo, a qué seguir...

A título anecdótico, y para evidenciar la popularidad de Benedetti entre el público lector, contaré que en Madrid había una call girl , Sandra, que se anunciaba con un endecasílabo suyo: «Mi táctica es quedarme en tu recuerdo.» Y sí, Mario, esa era tu táctica. Sumamente exitosa, por cierto, puesto que te has quedado para siempre en nuestra memoria.

 

http://www.jornada.unam.mx/2009/05/24/sem-bada.html

 

 

 

 

El mismo Benedetti

 

 

 



Regresábamos a México por carretera cuando la radio dio la noticia: Mario Benedetti había muerto. Miré a Patricia que conducía y balbuceé si acaso un “no pudo más”. Después, silencio. Volteé hacia la ventana del vehículo. Observé las sombras chinescas de los árboles recostados sobre la montaña y ennegrecidos por la hora, mientras se escurría un lagrimón y llegaban de golpe los recuerdos. Evoqué la coherencia de Mario hasta el final. Su ética. Su humor lindo. Su ironía penetrante, a veces ácida, tan montevideana. Al paisito verde y herido de nuestra juventud. La vieja Facultad de Humanidades, allá en Juan Lindolfo Cuestas, pegada al mar, donde Mario dirigía el Departamento de Literatura Hispanoamericana y rondaba el fantasma de Carlos Vaz Ferreira. A mi hermano Ibero Gutiérrez, acribillado por el escuadrón, su poesía trunca como la de Heraud, el peruano. A los barbudos de la Sierra Maestra , a Fidel, al Che. Al Bebe Sendic y los muros con estrellas tupamaras. La militancia. A Dery chiquita. Machado. Vallejo. Tierra y libertad. Zapata. UTAA.[1] El Movimiento Independiente 26 de Marzo. A Seregni, el Frente Amplio y la corriente combativa.

El país de la cola de paja despertaba de la larga siesta batllista. Se terminaba el tiempo de las vacas gordas y asomaba la lucha de clases exacerbada en la Suiza de América. Perdíamos la inocencia. Se iba al carajo la imagen del Uruguay idílico, facilongo y campeón. Jorge Pacheco Areco, el ex boxeador que ejerció el poder entre 1968 y 1972, marcó el inicio de la democradura. Gobernó bajo medidas prontas de seguridad. Es decir, bajo el estado de sitio permanente. Militarizó los entes estatales y los bancos, intervino la enseñanza, instauró la censura previa a los medios e implantó por decreto el Registro de Vecindad. Nos habían vendido el cuento de un ejército que tomaba mate en los cuarteles. Pero pronto llegaría Mitrione y sus métodos de interrogación. Y con él, la máquina. La cacería del hombre. Y también la censura y la mentira institucionalizada.

En sus letras de emergencia Mario Benedetti recordaba que “la muerte había dejado de ser un niño vietnamita quemado con napalm y cocacola en alguna zona desmilitarizada”. Y era verdad. La represión y la muerte asolaban ya la patria de Artigas. Uruguay era América Latina. Más medidas de excepción. La Ley de Seguridad. El Estado de Guerra Interna. El país mordaza. El de la picana, el submarino y la capucha. Y Mario que insistía desafiando al malón fascista: “Con tu puedo y con mi quiero, vamos juntos compañero.” Se habían acabado todas las variantes de la joda. El golpe de Bordaberry agudizó la contradicción oligarquía-pueblo. En el oscuro invierno del '72, en la explanada de la Universidad , en nombre del Movimiento 26 de Marzo, solo, rodeado de la tensión del momento y de un puñado de compañeros, Mario Benedetti nos habló de “la guerra con sangre derramada y muerte en las calles y en los campos”. Dijo que se reprimía con el pretexto de la subversión, y pidió no dejarse ensordecer por el fragor de la batalla. “No dejemos que la gran capucha de la desinformación nos oculte la realidad. Detrás de la represión y la tortura hay también fuertes motivaciones económicas.” Llamó a rescatar la dignidad y la soberanía. Apeló a la unidad que sirve para luchar. Y dijo, rotundo, jugándose el pellejo, “revolución es participación”.

Todavía en marzo del '73, durante un acto de la Corriente del Frente Amplio, Mario, siempre optimista, habló del poder popular. No se pudo. Poco después hasta la cultura pasaba a la clandestinidad. Benedetti, como tantos, marchó al exilio. A la Argentina de la Triple A , donde lo sorprendió el golpe de Videla. El Pito Michelini, el Toba Gutiérrez Ruiz y William Whitelaw y su compañera Rosario fueron asesinados en Buenos Aires. De nuevo la peste del terrorismo de Estado. Y otra vez a salir con los ladrillos a cuestas y el cepillo de dientes. Mario a Perú y luego a Cuba. Otros al México-refugio, país solidario de entonces. A reencontrarnos con el “viejo” Quijano del legendario Marcha. Y con Mario Benedetti y Daniel Viglietti en aquella primera histórica versión de A dos voces , en la sala Nezahualcóyolt abarrotada, en 1978.

Recuerdo también aquel encuentro con Mario en La Habana , en Casa, en el '79. Me acompañaban León García Soler y Agustín Granados, colegas periodistas. Bajamos de El Nacional al malecón, y mientras ellos conversaban, observaba el mar, ensimismado. Llegamos a la Casa de las Américas y Mario nos recibió siempre fraterno y cordial. Fue un diálogo íntimo. Hablamos de gaviotas y pescadores. Del cielo azul habanero. De las olas que reventaban contra el murallón y los barcos allá lejos. Evocamos la rambla, claro. Nuestro Montevideo. Después pasamos la lista de los amigos comunes desperdigados de la diáspora. Y con la nostalgia de andar lejos hermanamos Cuba y México. Y como siempre, un abrazo y un hasta pronto. Ya de regreso, juguetón, su voz aguardentosa, Agustín disparó: “Pinches putos! ¡Vaya platicadita, las gaviotas, los barquitos!” Y sí.

La última vez que estuve con Benedetti fue el día que enterramos a mi madre en Montevideo: el 22 de abril de 2008. Viglietti y su compañera mexicana, Lourdes Villafaña, nos habían acompañado al cementerio del Buceo y de regreso al barrio tomamos un café en el Baccaro. De pronto, Daniel dijo: “Vamos a ver a Mario.

¿Por qué no venís?” Mi hermana Alicia, alentó: “Andá. Te va a hacer bien.” En los últimos años, con las idas a Uruguay para ver a mi madre, ya grande, incluía una visita a Mario en su departamento de la calle Zelmar Michelini esquina 18. Era parte de una rutina entrañable que incluía, también, el local de Tristán Narvaja a ver a mis compañeros. Esa mañana a Mario se le veía animado. Bromeamos. Ariel Silva, su secretario, comentó los avances del libro en preparación y ponderó su disciplina de escritor. Todos allí sabíamos que la muerte acechaba.

Benedetti, generoso, admirable, había sobrevivido a las perplejidades de fin de siglo y varios achaques. Y seguía rumiando sus adioses y bienvenidas. Sus insomnios y duermevelas. Sus despistes y franquezas. Tenía su ironía intacta igual que su ternura y su sonrisa. El mismo Mario, modesto, sencillo, ético, con su calidad humana y el compromiso de siempre, hasta el final, defendiendo la palabra.

 

http://www.jornada.unam.mx/2009/05/24/sem-carlos.html

 

 

 

 

 


Adios A Un Amigo

Artículo escrito por Andrés Colmán Gutierrez

 

 

Adiós a un amigo


Y mientras Fukuyama repite iracundo
que estamos ante el fin de la historia del mundo
mi amigo Benedetti abre el tomo segundo.

(Frank Delgado, “Konchalovsky hace rato que no monta en Lada”).

Lo primero a lo que renunció fue a su prolongada denominación.
Sus padres, fanáticos de la literatura y el cine, lo bautizaron con un largo rosario de nombres de personajes: Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia. El prefirió llamarse simplemente Mario Benedetti, pero se quedó con el amor por la literatura y el arte que le dejaron de herencia.
De aquella pasión nacieron más de 80 libros (poemas, novelas, cuentos, artículos, letras para canciones), y una activa militancia por las causas humanas a toda prueba, que deja una luz de dignidad y coherencia en el firmamento del Sur.

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves


Hombre comprometido con la historia de su tiempo. Su obra y su vida fueron siempre la misma cosa. La siniestra sombra de las dictaduras militares y el encandilador destello de las experiencias revolucionarias lo llevaron, en 1971, a unirse con miembros del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, para fundar el Movimiento Independiente 26 de Marzo, que integró combativamente el Frente Amplio de la izquierda uruguaya hasta 1973, hasta que la barbarie militar lo empujó al exilio durante 7 años.

con tu imagen segura
con tu pinta muchacha
pudiste ser modelo
actriz
miss Paraguay
carátula
almanaque
quién sabe cuántas cosas
pero el abuelo Rafael el viejo anarco
te tironeaba fuertemente la sangre
y vos sentías callada esos tirones
Soledad no viviste en soledad
por eso tu vida no se borra
simplemente se colma de señales
Soledad no moriste en soledad
por eso tu muerte no se llora
simplemente la izamos en el aire

Como muchos de mi generación que empezamos a gatear en la militancia contra la dictadura stronista en los duros años 70 y en los combativos años 80, me asomé a la historia de la guerrillera Soledad Barret, nieta de mi admirado maestro Rafael Barret, gracias a un poema de Benedetti que nos llegaba en folletos multicopiados, tratando de burlar, más que la censura, la falta de plata para comprar libros.

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

Me aprendí varios de sus poemas de memoria para susurrarlos en los oídos de alguna adorable compañera, entre reuniones y pintatas clandestinas. Delirábamos al corear sus versos musicalizados en las voces de Sembrador y Gente en camino: “Te quiero en mi paraíso/ es decir que en mi país/ la gente viva feliz/ aunque no tenga permisoooo…”.
Aquella noche, hace no sé cuantos años, cuando vino por primera vez al Paraguay para una noche de vinos y poemas en el entonces precario anfiteatro de El Lector, en San Martín, me acerqué con timidez a darle un abrazo y hacerle firmar un ajado ejemplar de La Tregua, y encontré con sorpresa que él parecía aún más tímido que yo.
Recuerdo que le dije entonces que aunque era la primera vez que lo veía en persona, lo sentía como un gran amigo de toda la vida, y él me dijo que sentía igual con muchos lectores a quienes nunca había tratado, pero que lo conocían mejor que él mismo.
Yo era entonces un adolescente tardío descubriendo el mundo y allí aprendí que las letras unen más que los abrazos o que cualquier forma de relación física o social. Por eso entendí cuando el enmascarado Subcomandante Marcos de Chiapas eligió su nombre, inspirado en un personaje de su novela “El cumpleaños de Miguel Angel”, de Mario Benedetti.
Ahora cuenta la prensa que ese gran amigo, que me acompañó y me seguirá acompañando con sus versos esenciales en la vida, ha muerto en la ciudad de Montevideo, Uruguay, a los 88 años de su edad.
Seguro que es otra noticia falsa de los medios.
¿Cómo se va a morir Benedetti
?

Andrés Colmán Gutiérrez

 

 

Algunas Fotos de Mario:

 

 

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Benedetti y el famoso mate... era un mateador fanático, como todo buen uruguayo.

 

 

 

 

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Su trabajo principal, leer y escribir, eterna función de los que llevan el progreso a los corazones y mentes de la humanidad

 

 

 

 

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Amigo entrañable de Hugo Chavez, no dejó de defender la revolución venezolana hasta el último de sus días. También siempre fue amigo de Fidel Castro.

 

Murío Mario Benedetti (Pequeño Obituario)

 

 

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Muere el escritor uruguayo Mario Benedetti

 

 

TeleSUR - Efe- Afp

 

El escritor uruguayo, Mario Benedetti, falleció este domingo en Montevideo a la edad de 88 años, tras padecer de una patología intestinal crónica que los últimos meses agravó su estado de salud.

"Falleció mientras dormía en su domicilio y en profunda paz. De a poquito dejó de respirar", dijo su secretario Ariel Silva, minutos antes que los medicos firmaran el acta que certificaba su muerte.

Luego de concerse la muerte del célebre escritor, el gobierno uruguayo decretó duelo nacional y dispuso que su velatorio se desarrolle con honores patrios desde las 12H00 GMT del lunes en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, sede del Congreso, señaló el vicepresidente de la República, Rodolfo Nin Novoa.

El pasado 6 de mayo, luego de 12 días de hospitalización, el escritor fue dado de alta, ya que según informaron sus familiares, había "respondido excelentemente al tratamiento médico instituido, lo que determinó que se otorgara el alta a domicilio".

En aquel momento, se informó que el escritor se retiraba "estable, lúcido y que no requería otras medidas médicas salvo a las que era sometido antes de ser internado".

El escritor estuvo hospitalizado cuatro veces el año pasado en Montevideo debido a diversos problemas físicos.

En su última aparición pública, en diciembre de 2007, Benedetti fue condecorado con la Orden Francisco de Miranda por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en un acto que se celebró en la Universidad de la República, en Montevideo.

Ese día Benedetti, que ya presentaba un estado físico deteriorado, fue saludado con una ovación de varios minutos en una abarrotada sala de actos de la universidad.

Benedetti fue autor de más de ochenta libros de poesía, novelas, cuentos y ensayos, así como de guiones de cine, fue galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1999), el Premio Iberoamericano José Martí (2001) y el Premio Internacional Menéndez Pelayo (2005).

Su última obra publicada, el poemario "Testigo de uno mismo", fue presentada en agosto del año pasado.

Antes de su último ingreso, Benedetti estaba trabajando en un nuevo libro de poesía cuyo título provisional es "Biografía para encontrarme".

Al conocerse de la noticia de su muerte medios internacionales resumieron la noticia con estas palabras: "El escritor Mario Benedetti murió hoy en Montevideo y dejó huérfana a la literatura uruguaya y latinoamericana de uno de sus poetas y narradores más prolíficos, venerado por generaciones por su ética social y su melancólico canto a la vida".

Benedetti abordó todos los géneros literarios, en los que reflejó una mirada crítica de izquierda que le llevaría al exilio y a ser, hasta sus últimos días, un firme detractor de la política exterior de Estados Unidos.

Sus poesías fueron cantadas por autores como Joan Manuel Serrat, Daniel Viglietti, Nacha Guevara, Luis Pastor o Pedro Guerra, y sus novelas más famosas llevadas al cine, como "La tregua" (1974) o "Gracias por el fuego" (1985), a cargo del director argentino Sergio Renán.

Este exponente por antonomasia de la llamada generación uruguaya de 1945, la "generación crítica", nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, en el Departamento de Tacuarembo.

En 1928 comenzó sus estudios primarios en el Colegio Alemán de Montevideo, donde, según contaba el propio Benedetti, gustaba de escribir en verso las lecciones e incluso sorprendió a sus maestros con un primer poema en ese idioma.

Antes de dedicarse a la escritura, Benedetti hizo de taquígrafo, cajero, vendedor, librero, periodista, traductor, empleado público y comercial, oficios que supusieron un contacto con la realidad social de Uruguay que fue determinante a la hora de modelar su estilo y la esencia de su escritura.

Entre 1938 y 1941 residió en Buenos Aires y en 1945 ingresó en el semanario Marcha como redactor y publicó su primer libro, "La víspera indeleble", de poesía.

Residió en París entre 1966 y 1967, donde trabajó como traductor y locutor para la Radio y Televisión Francesa, y luego de taquígrafo y traductor para la UNESCO.

En 1968 fundó en La Habana el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas, que dirigió hasta 1971, y encabezó el Departamento de Literatura Latinoamericana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de Montevideo, entre 1971 y 1973.

En los setenta desarrolló una intensa actividad política, como dirigente del Movimiento 26 de Marzo, del que fue cofundador en 1971 y al que representó en el Frente Amplio, coalición izquierdista que alcanzó el poder en 2005.

Su obra

En una época trepidante, el escritor uruguayo publicó obras como "Esta mañana y otros cuentos" (1949), "Poemas de oficina" (1956), "Ida y vuelta" (1958) y "La tregua" (1960).

En 1949 Benedetti avanzó en su carrera periodística con su labor en la destacada revista literaria Número, compaginando al tiempo sus tareas de crítico con una carrera imparable como escritor.

Con el golpe militar de 1973 renunció a su cargo universitario y se exilió, primero en Argentina y después en Perú, donde fue detenido, deportado y amnistiado.

Benedetti se instaló en Cuba en 1976 y un año más tarde se trasladó a Madrid, donde permaneció hasta 1985, cuando, con el fin de la dictadura uruguaya, puso fin a doce años de exilio.

Entre las obras de esta época aparecen "Letras del continente mestizo" (1967), "Inventario 70" (1970), "El escritor latinoamericano y la revolución posible" (1974) y "Con y sin nostalgia" (1977).

Su obra teatral "Pedro y el capitán" (1979) fue representada en Madrid en 1981 y un año después aparecieron sus "Cuentos" y la novela "Primavera con una esquina rota".

En 1984 publicó "Geografías" y "El desexilio y otras conjeturas" y tres años después, tras volver a Uruguay, se convirtió en miembro del Consejo Editor de la revista de izquierdas Brecha.

De 1985 data su colaboración con Joan Manuel Serrat en el disco "El sur también existe".

A partir de entonces su producción es imparable, con títulos como "Despiste y franquezas" (1991), "La borra del café" (1993), "Andamios" (1996) y los poemarios "Mas acá del horizonte" (1997) y "La vida, ese paréntesis" (1998).

En la década siguiente aparecieron "El porvenir de mi pasado" (2003), "Memoria y esperanza, un mensaje para los jóvenes" (2004) y los poemarios "El mundo que respira" (2001), "Existir todavía" (2004) y "Vivir adrede" (2007), entre otros.

Numerosas distinciones

Benedetti recibió numerosas distinciones, entre ellas la Medalla Haydee Santamaría del 30 aniversario de la Casa de las Américas en La Habana (1989) y la Medalla Gabriela Mistral del Gobierno chileno (1996).

Además, el premio León Felipe de España a los valores cívicos (1997), el Iberoamericano José Martí y el Internacional italiano de Literatura La Cultura del Mar, ambos en 2001, año en que también fue nombrado "Ciudadano Ilustre de Montevideo".

El escritor, doctor Honoris Causa por universidades de España, Uruguay y Argentina, quedó viudo en 2006 de Luz López Alegre, con quien se había casado en 1946.

En 2007 fue condecorado con la Orden Francisco de Miranda en grado de ’generalísimo’ por el Gobierno venezolano y en 2008 obtuvo el I Premio ALBA del Fondo Cultural de la Alternativa Bolivariana para las Américas en la categoría de Letras.

 

 

 

(Escrito por Saramago antes del fallecimiento de Benedetti)

 

Benedetti

 

 

Benedetti

By José Saramago

El susto fue grande, Mario Benedetti estaba en el hospital y su estado era considerado grave. Ángel González se nos fue casi sin aviso, en una fría madrugada de enero. Que ahora la vida de Benedetti estuviera en peligro allá en su distante Montevideo era algo que la preocupación aquí despertada no se resignaba a aceptar. Y, con todo, nada podíamos hacer. ¿Enviar telegramas, a la antigua usanza? ¿Mandar recados a través de algún amigo? ¿Rezar una oración por su pronto restablecimiento, si con eso no fuésemos a provocar la ira laica de Mario? Pilar encontró la solución. ¿Qué era, en verdad, Mario Benedetti, qué había sido él en toda su vida, mucho más que las múltiples profesiones ejercidas? Poeta. Entonces arranquemos sus poemas de la inmovilidad de la página y hagamos con ellos una nube de palabras, de sonidos, de música, que atraviesen el mar atlántico (las palabras, los sonidos, la música de Benedetti) y se detenga, como una orquesta protectora, delante de la ventana que está prohibido abrir, acunándole el sueño y haciéndolo sonreír al despertar. A los médicos algo se les debe, reconozcámoslo, pero nosotros, todos los que alredor del mundo hemos dado nuestra contribución personal, juntando poemas de Benedetti a los poemas de Benedetti, también hemos tenido parte en el trabajo. Mario Benedetti está mejor. Leamos entonces un poema suyo.

Mario Benedetti por Daniel Mordzinski

Mario Benedetti por Daniel Mordzinski

Un ejemplo de esta música. Llega de Argentina.

Cadena de poesía por Benedetti.