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Teología de La Vida

Un Cura Casado, Ejemplo de Vida

No hay dudas, este es el futuro de la Iglesia Católica. ¿Cuántos laicos casados cumplen devotamente las enseñanzas de Jesucristo? ¿Cuántas carismáticas y carismáticos reciben los dones del Espíritu Santo y logran hechos extraordinarios por medio de su Fe sin igual? ¿Porqué ellas y ellos no pueden celebrar la eucaristía?

 

 

'Soy cura casado para dar ejemplo con mi vida'

 
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Julio Pérez Pinillos es presidente de la Federación Internacional de Sacerdotes Católicos Casados y ejerce plenamente el sacerdocio en una comunidad cristiana de Vallecas, un barrio obrero de Madrid donde se casó, ante una veintena de curas, en 1977. Su trabajo a favor del celibato opcional es incesante y cuenta con el apoyo de no pocos prelados. 'A ti te ha tocado defender esa bandera, hazlo a tope', le dijo Pere Casaldáliga, el obispo de São Felix do Araguaia (Brasil).

 

¿Desertores o profetas? ¿Infieles o pioneros? ¿En la Iglesia o al margen de la Iglesia? Julio Pérez Pinillos, cura casado y padre de tres chicas, ejerce el sacerdocio en una comunidad cristiana de Vallecas, un barrio obrero de Madrid, y no quiere polémicas ni popularidad. Tampoco adjetivos. 'Soy sacerdote. No quiero ser más que un sacerdote. Y soy un testigo sencillo, que intenta dar ejemplo con mi vida. No soy un intelectual, mi riqueza es la experiencia', dice. Su decisión de casarse sin abandonar el ministerio sacerdotal cuenta con la comprensión, y a veces el apoyo explícito, de varios obispos y cardenales.

 

Pérez Pinillos preside la Federación Internacional de Sacerdotes Casados Católicos, que representa a unos 100.000 eclesiásticos, y es desde hace años el hombre con más atributos en el complejo movimiento eclesial que lucha pertinazmente por el celibato opcional, por abrir el sacerdocio a las mujeres y por mantener viva la esperanza de reforma al modo del Concilio Vaticano II. También es la voz en España del movimiento internacional de curas obreros, que tanta fuerza tuvo en los años setenta. [Un tercio de los curas de Girona reclamó la semana pasada la apertura de la Iglesia romana al celibato opcional e, incluso, el obispo Jaume Camprodrón, que se jubiló en noviembre pasado como prelado de esa diócesis, sugirió a la Santa Sede la necesidad de ordenar a hombres casados para atender a parroquias vacías, cada día más numerosas, antes de acudir a importar curas jóvenes de fuera, con dificultades para integrarse en la cultura local, dijo el ya emérito prelado].

Julio Pérez Pinillos es sacerdote desde 1964, un año después de la muerte de Juan XXIII, el papa que se atrevió a convocar a Roma a los obispos de todo el mundo para abordar aquel aggionarmento truncado. Como el ya beato pontífice, Pérez Pinillos es también hijo de agricultores (de Espinosa de Cerrato, Palencia, donde nació en 1941), y fue durante tres años un jovencísimo -y célibe- cura rural de la Castilla profunda. 'Estrené mi sacerdocio como párroco de tres aldeas pobres, que apenas sumaban los 430 habitantes. La media de edad de los feligreses rondaba los 60 años y no había jóvenes. Tuvieron que emigrar a la ciudad, así que vi cómo los pueblos morían'.

Él también hizo la maleta, camino de alguna misión en África. Pero paró en Madrid, buscó trabajo en una multinacional sueca de Vallecas, fue representante sindical de Comisiones Obreras en la clandestinidad, sufrió la reconversión -el despido- en la segunda oleada de la crisis industrial de la época y vivió la muerte del dictador Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975, en la cárcel de Carabanchel, donde había dado con sus huesos por repartir el boletín de la JOC (Juventud Obrera Católica). El cardenal Vicente Enrique y Tarancón le había nombrado poco antes consiliario de esa organización de jóvenes, primero en Vallecas y más tarde para toda la archidiócesis madrileña.

'El cardenal Tarancón era un hombre lúcido y cercano. La historia ya le reconoce su importancia para nuestra Iglesia, pero le reconocerá mucho más. Tenía una gran capacidad para relativizar las tensiones, para dejar que la historia fuera avanzando sin sobresaltos ni tensiones, pero imparablemente', afirma. Pero el eclesiástico que salvó a Pérez Pinillos en el momento crucial de su vida de pastor de almas fue Alberto Iniesta, el obispo auxiliar de Tarancón para Vallecas. 'Mi mujer pidió que fuéramos a verle juntos para decirle que nos casábamos y nos escuchó con gran generosidad. Me dijo que el paso que íbamos a dar era difícil, que nos enfrentábamos a una lucha dura y lenta, pero que si creíamos que era evangélico, el Evangelio no le permitía a él decirnos que no era correcto lo que íbamos a hacer'.

¿Sufrimiento? ¿Rechazos? 'La gente me lo pregunta muchas veces, pero no. Siempre me he sentido acogido. Siempre. Cambiamos de parroquia por no forzar demasiado la conciencia de muchos cristianos tradicionales y nos fuimos a la parroquia próxima, en la misma zona, con los mismos compañeros sacerdotes y con el mismo obispo, mientras yo seguía con mi trabajo en la fábrica. Desde que salí de mi primera parroquia rural en Palencia, nunca he vuelto a cobrar un sueldo de la Iglesia' [Hoy se gana la vida como profesor en un colegio concertado de su barrio].

Cura célibe durante diez años. Cura casado desde 1977. Tres hijas con su mujer Emilia, coordinadora del movimiento eclesial Somos Iglesia, la mayor de las chicas, de 22 años, estudiante de Psicología en la Universidad de Coimbra (Portugal), Pérez Pinillos querría que alguna de sus hijas, si recibiera la llamada, pudiera ser sacerdote, cuando la jerarquía supere con los hechos el miedo al sexo, la consideración del hombre como un ser empecatado, y de la mujer como persona inferior y sujeto de malas tentaciones. Son obstáculos evidentes, pero no insalvables para el sacerdocio femenino, si la Iglesia no quiere perder a la mujer. 'Eso sí que será un paso revolucionario, dentro de una revolución social más amplia que necesita la Iglesia. Lo defienden ya numerosos teólogos y prelados; es un camino que no va a pararse', sostiene el sacerdote.

¿Cómo fue su camino hacia el matrimonio tras diez años de rígido y convencido celibato? 'Me dejé enamorar de Emilia. Era compañera de lucha reivindicativa y sindical y compartimos muchas conversaciones sobre el sentido de la vida y el mensaje de Jesús. Otras mujeres habían llamado a la puerta de mi corazón, sin yo permitir que se instalaran en él, pero en 1975, desde la fábrica, con una vivencia serena y profunda de la cercanía al pueblo obrero, Emilia y yo nos formulamos la siguiente pregunta: ¿No será un paso más de acercamiento al pueblo que nos casemos, formemos un hogar y una familia, y participemos en las mejoras que el barrio, la fábrica y el colegio nos vayan pidiendo? ¿No daría esto un sentido más vital a mi sacerdocio ministerial?'.

Se casaron en una iglesia de Vallecas, dos años más tarde, en presencia de veinte curas y ante 250 personas, todas católicas comprometidas. Una ceremonia atípica, porque ni siquiera había pedido la secularización o la dispensa sacerdotal. 'Empecé la carta para pedir que me borraran [de cura]', recuerda ahora, con cierto humor, 'pero cuando llegué a los motivos, no pude seguir. ¿Qué les iba a decir, que me borraba porque me había enamorado? ¿No será que lo que habría que borrar es la norma que nos prohibe casarnos y ser ejemplo de familia y como padres? Pensé eso y que las personas, la inmensa mayoría, nos aceptan porque van al fondo del mensaje de Jesús, no a las circunstancias. Se es buen o mal sacerdote, buen o mal ejemplo de Jesús de Nazaret, y lo demás es adjetivo, como ser cura gordo o delgado, o tener los ojos azules o marrones'. ¿Dice misa? ¿Ofrece a sus fieles los sacramentos? 'Hago lo que la comunidad de cristianos a la que sirvo me pide en cada momento. Y el Evangelio dice que si pide pan, dáselo para que no desfallezcan en el camino. Y me lo pide, es cierto. Lo que importa es lo que piden los fieles'.

Hace 30 años un cura en la situación de Pérez Pinillos resultaba un escándalo y era expulsado del pueblo, expatriado se decía, incluso, además de sufrir un duro aislamiento familiar y personal. 'A mi no me tocó, tuve la fortuna de contar con el apoyo de los feligreses y de los compañeros de sacerdocio, también el de mi familia. Pero sí, otros sacerdotes no pudieron resistir y pidieron secularizarse y abandonar el sacerdocio. Los que han decidido seguir de esta forma, como en mi caso, son apenas un 10%', afirma. 100.000 curas han tomado la opción de casarse en todo el orbe católico. La Iglesia de Roma tiene 405.000 sacerdotes.

Obispos y cardenales por el celibato opcional

El debate sobre el celibato de los curas católicos romanos está en el origen del cristianismo, aunque el primer papa, el apóstol Pedro, era casado y hubo otros muchos pontífices que también lo fueron. Fue san Pablo, el auténtico secretario de organización del catolicismo, el que introdujo la idea virtuosa del celibato, aunque con matices. 'Mejor casarse que abrasarse', sostuvo. Hasta que san Agustín, un rigorista rayano en la obsesión sexual, proclamó el desprecio por el matrimonio y la mujer. Pero las corrientes pro celibato opcional cuentan con el respaldo, explícito o implícito, de numerosos prelados. Así el cardenal Aloísio Lorscheider, arzobispo de Aparecida (Brasil), el italiano Alberto Ablondi, obispo de Livorno, además del catalán Pere Casaldáliga, que ejerce en Brasil y con el que Pérez Pinillos ha concelebrado la eucaristía, animándole a seguir en la brecha hasta el final. 'No entiendo este desperdicio de la Iglesia. Ustedes son un motor perfectamente equipado y lo tenemos aparcado en el garaje', le ha dicho al cura vallecano el cardenal Mendes de Almeida, ex presidente de la Conferencia Episcopal brasileña.

Dios No Prohibe El Sacerdocio A las Mujeres

Teresa Forcades: "No es Dios quien prohíbe a las mujeres el acceso al sacerdocio"

La benedictina presenta "La teología feminista en la historia"

 

 "Dios ha creado a las mujeres y a los varones iguales en dignidad"

 

"El camino de la teóloga feminista es, por tanto, necesariamente un camino de lucha y de reivindicación" 

 

Fragmenta Editorial (Barcelona), 25 de junio de 2011

 

 Sor Teresa Forcades

 

La médico y monja benedictina catalana Teresa Forcades, que se hizo popular por sus críticas a la industria farmacéutica con motivo de la epidemia de la gripe-A, reivindica el papel de la mujer en la iglesia católica en su libro "La teología feminista en la historia", que acaba de publicar en castellano.

 

La obra, que fue publicada en catalán por la editorial Fragmenta en 2007, reivindica a una veintena de mujeres, como Isabel de Villena, Teresa de Jesús, María de Ágreda y Anna M. van Schurmann, de cuyas vidas hace un repaso mientras su autora se pregunta "por qué han sido tan olvidadas".

 

Forcades (Barcelona, 1966) recupera en su libro "la trayectoria de mujeres que han vivido la confrontación entre el discurso público sobre Dios y su propia experiencia de Dios" y enmarca su nuevo trabajo en la "teología de la liberación".

 

 

 

 

Según la monja benedictina, que se licenció en Medicina en la Universidad de Barcelona en 1990 y en teología en la Facultad de Teología de Cataluña, "la teología feminista es una teología crítica".

 

"El objetivo de la teología crítica es doble: pone en evidencia los aspectos de la interpretación recibida que generan contradicciones, e intenta ofrecer alternativas de interpretación teológicamente consistentes que permitan superarlas", según la religiosa crítica.

 

Forcades reconoce que "dado que estas contradicciones a menudo vienen generadas por situaciones de discriminación o injusticia, a las teologías críticas también se las denomina teologías de la liberación, y la teología feminista es una modalidad de teología crítica o de la liberación".

 

La monja explica que "el camino de la teóloga o del teólogo feminista es, por tanto, necesariamente un camino de lucha y de reivindicación, pero esto no significa que tenga que ser sólo un camino de lucha y de reivindicación".

 

En su libro, Teresa Forcades defiende que, "Dios ha creado a las mujeres y a los varones iguales en dignidad" y que "no es él quien considera a las mujeres menos espirituales que a los varones".

 

También defiende que "Dios ha creado a las mujeres y a los varones con la misma capacidad de intervención en el ámbito público, y que no es él quien prohíbe a las mujeres el acceso a la política, a las profesiones remuneradas o al sacerdocio".

 

Igualmente afirma que Dios creó a ambos sexos "iguales en capacidad de amor y de intervención en el ámbito doméstico, y que no es él quien ha adjudicado a las mujeres las tareas del hogar o el cuidado de los niños, enfermos y mayores".

 

Forcades, que dedicó su tesis doctoral en salud pública a las medicinas alternativas y su tesis doctoral en teología al concepto de “persona”, ha publicado otros dos libros: "Trinitat, avui" "Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas”  

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Resumen:

Teresa Forcades i Vila - La teología feminista en la historia

La teología feminista es una teología crítica. La investigación crítica se origina siempre a partir de una experiencia de contradicción. El objetivo de la teología crítica es doble: pone en evidencia los aspectos de la interpretación recibida que generan contradicciones, e intenta ofrecer alternativas de interpretación teológicamente consistentes que permitan superarlas. Dado que estas contradicciones a menudo vienen generadas por situaciones de discriminación o injusticia, a las teologías críticas también se las denomina teologías de la liberación. La teología feminista es una modalidad de teología crítica o de la liberación. El camino de la teóloga o del teólogo feminista es, por tanto, necesariamente, un camino de lucha y de reivindicación, pero esto no significa que tenga que ser sólo un camino de lucha o de reivindicación. No lo es. Es, al mismo tiempo, y desde el núcleo mismo de su compromiso, un camino de gratuidad, de don, de sorpresas y regalos inesperados, de descubrimientos que ensanchan cada vez más el horizonte inicial.

 

Teresa Forcades i Vila (Barcelona, 1966) es doctora en salud pública (Universitat de Barcelona) y en teología (Facultat de Teologia de Catalunya), además de especialista en medicina interna (State University of New York) y Master of Divinity (Harvard University). Dedicó su tesis doctoral en salud pública a las medicinas alternativas y su tesis doctoral en teología al concepto de persona. Es autora de La Trinitat, avui (Abadia de Montserrat, 2005), Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas (Cristianisme i Justícia, 2006) y La teología feminista en la història (Fragmenta, 2007), cuya versión castellana publicamos hoy. En el 2009 manifestó públicamente sus críticas a la vacunación masiva contra la gripe A. Es monja benedictina de Sant Benet de Montserrat desde 1997.

Crisis Religiosa Por El Patriarcado

Las religiones perderán a la mujer por el patriarcado

Líderes de varias tradiciones abordan la crisis de las iglesias

JUAN G. BEDOYA - Madrid - 03/04/2011
"Si Dios es hombre, entonces el hombre es Dios y la mujer le debe sumisión y obediencia". Esta idea de la filósofa estadounidense Mary Daly le sirvió a la teóloga Margarita Pintos para lamentar la imagen patriarcal de Dios y sus consecuencias para las mujeres en prácticamente todas las religiones. Fue ayer el tema de una jornada de debates en el Centro Cultural Nicolás Salmerón con el título La mujer en las religiones. La había organizado la Asociación para el Diálogo Interreligioso de la Comunidad de Madrid (ADIM), que preside Pintos. "Las religiones nunca se han llevado bien con las mujeres, que son las grandes olvidadas y perdedoras", fue una de las conclusiones.
San Agustín afirmó que la inferioridad de la mujer pertenece al orden natural; Tomás de Aquino la define como un "varón imperfecto"; Lutero habla de las mujeres como inferiores de mente y cuerpo por haber caído en la tentación, y el actual arzobispo de Granada ha argumentado que "el hombre está hecho para el altar y las mujeres para parir". Pese a todo, "las mujeres son las más fieles seguidoras de las religiones, las mejores transmisoras de las creencias y las que muchas veces reproducen el mismo patriarcado que las somete", concluyó la teóloga Pintos.
Estas citas, en boca de algunas ponentes, dibujaron una situación, aún inamovible, en la que solo los varones pueden ser sacerdotes en la Iglesia católica, imanes en el islam y rabinos en el judaísmo ortodoxo. Pero ni los textos sagrados ni algunas tradiciones justifican esa marginación, como demostraron ayer Cristina Segura Graiño, catedrática de Historia Medieval en la Universidad Complutense, y las representantes de las confesiones bahái (María Jesús Rodríguez de la Fuente), budismo soka gakkai (Inés Vázquez) y de Brahma Kumaris (Marta Matarín), entre otras ponentes.
El teólogo Juan José Tamayo, que abrió la jornada, dibujó un panorama desolador sobre la relación mujer y religión, pero se mostró optimista porque, dijo, "ha surgido una nueva forma de pensar y de reformular las creencias y las prácticas religiosas". Se refería a la teología feminista. Según el director de la cátedra de Religiones de la Universidad Carlos III, en la teología feminista las religiones podrían encontrar una salida a una crisis que no cesa. "En el siglo XIX las religiones perdieron a la clase obrera porque se colocaron del lado de los patronos y condenaron las revoluciones que luchaban por una sociedad más justa; en el siglo XX perdieron a los jóvenes y a los intelectuales por posiciones filosóficas y culturales integristas y antimodernas, y si continúan por la senda patriarcal, en este siglo XXI perderán a las mujeres", sentenció.

Papisas en el Vaticano.-
Para que vea cómo es la gente...

http://planocreativo.wordpress.com/2011/05/09/la-sociedad-se-resiste-a-la-transformacion-pero-la-evolucion-hacia-niveles-de-consciencias-superiores-es-imparable-e-irreversible/

Teologías Disfuncionales

https://altermediamundo.blogia.com/upload/externo-f9e281cbc30f8b86d5b06614b70d8c0e.jpg  

Foto de derivación de un herido en la masacre en la escuela de Río de Janeiro. Fuente: yahoo.com (http://es-us.noticias.yahoo.com/fotos/tiroteo-en-escuela-de-r%C3%ADo-de-janeiro-slideshow/bra410-r%C3%ADo-janeiro-brasil-07-04-2011-menor-photo-20110407-102514-691.html)

 

 

Noticia trágica, un joven carioca mata a 11 niños de entre 12 a 14 años. Enfermo de SIDA, depresivo, solitario, con una madre recientemente muerta que pertenecía a la secta Testigos de Jehová (es una secta porque fanatiza a sus miembros, al punto que les convencen que es mejor morir a hacerse una transfusión de sangre) el joven se volvió musulmán y luego tomó tan dramática decisióni.

 

El estereotipo tan difundido por la propaganda islamofóbica logra su auge con este hecho. La persona informada (la que ha leído el Corán en traducciones autorizadas por académicos arabistas) no se deja engañar, el Islam es una religión de Paz.

 

Entonces, ¿qué pasó? Acusar a las religiones es como querer acusar a las vacas por el calentamiento global, ese argumento es infantil, más aún sabiéndose que la Fe trae más beneficios que inconvenientesii.

 

El problema no es la Fe, ni siquiera la religión (entendida como conjunto de rituales o cultos que dan forma a una determinada Fe) El problema son las teologías y dogmas imperantes en las religiones (no solo las religiones tienen dogmas, los ateistas también los tienen, al cerrarse en una sola forma de pensamiento)

 

El divorcio entre Fe y Razón es general, no solo en el cristianismo, sino en todas las religiones, en especial en las sectas, dirigidas casi siempre por líderes de orientación dictatorial, opresora y manipuladora.

 

De los testigos de Jehová, muchos conocemos el sectarismo proverbial de muchos de sus líderes y fieles, que raya con conductas criminales cuando se trata de salvar vidas con transfusión de sangre. Pero la ley está por encima de este credo y los médicos aplican la transfusión de sangre, sin importan lo que digan los parientes del paciente, cuando ellos pertenecen a ese credo.

 

Este divorcio entre Fe y Razón nunca ha sido querido por los fundadores de las distintas religiones. Ellos siempre invitaron a la reflexión y al buen discernimiento, a través de la Fe.

 

El discernimiento o entendimiento es un valor relevante en la religión cristiana, en sus distintas iglesias, sin embargo a la hora de hablar del difícil tema del control de la natalidad para evitar la superpoblacióniii y lograr así el sostenimiento de los recursos naturales, ese discernimiento es superado por el dogma, un dogma que incluso va contra el buen sentido de la vida, la vida misma.

 

Luego está la idea de culpa y castigo. La idea de una divinidad castigadora y cruel es general a muchas religiones, incluso orientales. La manipulación a través de la culpa es proverbial en el judeocristianismo, algo que recientemente se está superando (Jesucristo jamás enseñó la condenación y autocondenación por la culpa, sus enseñanzas se dirigían a la liberación de los males, propios y ajenos) Teologías renovadoras recientemente están mostrando la imagen de una espiritualidad y una fe de pura misericordia, amor y benevolencia. Es razonable, lo que es bueno solo bien puede crear, lo que es malo solo mal genera. Los males que se hacen son los que generan castigo por causa y efecto, no por una divinidad de bien, amor y sabiduría. Evito usar la palabra pecado porque la misma ha sido tan distorsionada por tantos siglos de manipulación y abuso clerical, que hoy es imposible hablar de pecado sin que se asocie a culpa y condenación.

 

Volviendo a lo genérico del divorcio entre Fe y Razón, este lleva a que la Religión y la Ciencia estén en constante contradicción, algo por demás falso y artificial, ya que una y otra tratan de dos aspectos diferentes de la vida del ser humano. Mientras la Ciencia aporta datos útiles para la vida del ser humano, la religión da forma y sentido a la naturaleza espiritual del ser humano, al sentido finalista, teleológico y trascendente de su vida, porque el ser humano busca trascender naturalmenteiv.

 

Hay extremistas en ambas partes de la vivencia humana. Los cientifistas ateos con su dogma “religioso” de que si lo divino no puede ser probado científicamente, no existe (el universo no puede ser metido en un laboratorio ni ser probado en todos sus detalles, sin embargo sigue existiendo) Por el otro las religiones que toman sus enseñanzas espirituales literalmente y buscan imponer que el cosmos se hizo en 7 días o de tal o cual forma espontáneamente.

 

Pero las teologías renovadoras y las espiritualidades renovadas constantemente sí pueden no solo congeniarse, sino articularse, así sucede con las psicoterapias espirituales. Si estas teologías fuesen enseñadas en colegios y universidades (en forma laica y plural, como lo hacía Gandhi) y si formasen parte de las políticas estatales, no tendríamos que soportar el hecho de los fanatismos religiosos demenciales, ya que cualquiera que sufre una afección sicológica o neurológica enseguida sería tratado profesionalmente, con el apoyo espiritual correspondiente, los líderes religiosos serían los primeros en asistir a los fieles y luego derivarían los casos complejos a los profesionales. Por eso, las teologías, espiritualidades y religiosidades que niegan lo científico sanador no solo condenan a los creyentes a una vida de ignorancia y males (por carencia y mala información sobre métodos y técnicas médicas y científicas) sino que incluso sirven de caldo de cultivo para fanatismos dementes como el ocurrido con Wellington Menezes Oliveira, el carioca que mató a 12 niños en Rio de Janeiro el 7 de abril de 2011. Las teologías ortodoxas son, potencialmente, teologías asesinas.

 

Teologías como la Kenóticav, de la Vida o Liberación y similares, son un gran avance para superar la fútil contradicción entre Fe y Razón. Lastimosamente siguen siendo teologías muy rechazadas no solo por el clero conservador, sino por los fanáticos seculares cientifistas.

 

Desde que se descubrió los beneficios médicos y sanadores de la Fe y la espiritualidad, a través de las sicoterapias espirituales y la física de vanguardia (Universo Holográficovi), tanto la doctrina secular como la teocracia o teología ortodoxa han demostrado ser despedazadores de una realidad humana integral.

 

Necesitamos volver a lo espiritual, con el agregado de la reflexión y la buena razón.

 

Alejandro Sánchez

iiiObviamente, el aborto no es un metódo de control de natalidad, es un método caótico, de emergencia y no planificable, además de ser un método abiertamente contrario al valor vida desde la pura razón ética. Lo contrario constituye eugenesia.

Obispo Chileno Llama a Proteger La Naturaleza

 

obispo-Infanti

Carta abierta del obispo  de Aysén

 

Luis Infanti de la Mora

Coalición Aysén Reserva de Vida. 06.01.11.

Carta Abierta. Queridos hermanos y hermanas:

Como saben, en los medios de comunicación algunas personas e instituciones quieren hacerse presentes para socializar sus planteamientos y opiniones. Algunos buscan estar presentes, otros son requeridos por los mismos medios para presentar sus planteamientos.

En uno y otro caso, es lógico que uno se exponga a ser valorado y juzgado por la opinión pública, sea por sus planteamientos, sea por su persona.

En estos últimos meses no ha faltado quien ha enviado "mensajes" al Obispo de Aysén a través de algunos Medios de Comunicación de la Región. Otros lo han hecho con panfletos, amparándose en la oscuridad de la noche y en el anonimato. Estos últimos no han tenido un mínimo de valor para plantearme personalmente sus inquietudes, como muchos lo hacen.

Esta situación me da a entender que en estos "mensajes" subyacen otros intereses y motivaciones, muy distintas al estilo de animación, orientación, corrección y diálogo, fraternos, que inspiran el discernimiento en personas de buena voluntad.

¿Será casualidad que en estos tiempos se intente desacreditar al Obispo como referente ético - espiritual?

En algunos de estos "mensajes" se quiere presentar al Obispo como opositor intransigente hacia la cuestionada instalación de proyectos hidroeléctricos.

Esto es desconocer los planteamientos éticos y espirituales presentados en la Carta Pastoral "Danos hoy el agua de cada día", surgida luego de una seria reflexión y discernimiento eclesial de al menos tres años, sobre medio ambiente, agua, energía, bien común, estructuras de poder. Este serio y ponderado planteamiento ha sido requerido y valorado a nivel nacional e internacional, y presentado en 38 ciudades con públicos variadísimos, en estos últimos dos años (Chile, Argentina, Méjico, España, Italia, Bélgica,...), sin considerar los innumerables servicios de prensa.

Siempre he sido INVITADO a estos encuentros, a costas de los solicitantes.

Innumerables han sido también las presentaciones a grupos y comunidades de la Región de Aysén, e innumerables han sido las solicitudes no atendidas por falta de tiempo.

Así mismo la Conferencia Episcopal de Chile ha valorado y alentado la labor de la Iglesia de Aysén en este campo, e incluso el señor Nuncio Apostólico, en carta personal del año 2008, señala: "El Sr. Cardenal Días, (Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, aplaude las iniciativas y la sensibilidad demostrada en medio de encontradas posturas sobre el cuidado y defensa del ambiente natural y anima a usted y colaboradores a continuar comprometiéndose en este importante ámbito de su misión pastoral".

Estimados hermanos y amigos, es habitual que la estrategia de empresas, muchas veces multinacionales, que tienen grandes proyectos y grandes intereses, busque crear división y desacreditar a quienes ponen objeciones a sus proyectos. Como prueba de ello, en Chile, contamos con abundantes ejemplos: HidroAysén, Energía Austral, Pascua Lama, Celco en Mehuín,...

Digamoslo claramente: las divergencias están entre los pobres (silenciados y excluidos) y los poderosos. La opción por uno u otro sector marca la misión profética de la iglesia y su acción evangelizadora de anuncio y denuncia para llamar a la conversión. Frente a un modelo de desarrollo que ofrece "pan para hoy y hambre para mañana", la iglesia no puede ser neutral.

Entonces es necesario preguntarse: ¿Qué motivos llevaron a Cristo a la Cruz? ¿Y quienes lo crucificaron?

¿Será esta presencia y opción del Obispo las que amenazan realmente la unidad de la Iglesia?

La unidad de la iglesia se basa en la fe, en sus verdades de fe, en su liturgia, en su misión de evangelizar, en sus opciones pastorales (ver Plan Pastoral de la Iglesia de Aysén, de Chile, de América Latina). A eso apunta toda la labor del Obispo de Aysén, entre comprensiones e incomprensiones.

Confío que el diálogo y la claridad en los planteamientos, sobre todo los que surgen de la fe y de la ética, nos ayuden a crecer en la madurez humana, social y religiosa, más allá de los legítimos intereses personales y particulares, para hacer de Aysén y de Chile "una mesa para todos".

Les saluda fraternalmente y bendice,

LUIS INFANTI DE LA MORA, osm.

Obispo Vicario Apostólico de Aysén

COYHAIQUE, enero 06 de 2011

Primer Cura Católico Activo, Casado y Con Hija Al Mismo Tiempo

Jeff Henry. Suministrada

 

 

 


Una excepción del Vaticano, que abre esperanzas para el futuro.

Casado, con hija, y será cura católico

 


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SACRAMENTO.— El próximo 4 de junio, Jeff Henry, un ex pastor de la Iglesia Luterana se convertirá en sacerdote católico, aún cuando es casado desde hace 26 años y tiene una hija adulta, algo nunca antes visto al menos en la región.


Hay quienes se preguntan si estamos ante una nueva apertura de la Iglesia Católica ya que el requisito más importante para ser sacerdote dentro de esta religión es mantenerse célibe. Sin embargo, una ley católica de 1980 permite a clérigos de otras religiones, principalmente episcopales, ser ordenados sacerdotes.


Ese el caso de Henry, quien apenas hace dos semanas, el Vaticano aceptó su solicitud para convertirse en sacerdote, luego de que hace cinco años se convirtiera al catolicismo.


El obispo de la diócesis de Sacramento, Jaime Soto dijo que están muy contentos con la futura ordenación de Henry. "Es una gran bendición que haya decidido incorporarse y ser parte de esta gran fraternidad", dijo.


No obstante, aclaró: "No creo que estemos ante una apertura para permitir que los sacerdotes se casen, esto es una excepción que el Santo Padre ha dado a sacerdotes Anglicanos y Luteranos que se convierten al catolicismo", explicó.


El obispo Soto aclaró que como sacerdote la única limitación que tendrá Henry es que no podrá ser párroco de ninguna iglesia, pero si podrá dar misas, confesar, ser capellán, entre otras actividades.
 
En Estados Unidos, desde 1980 han sido ordenados 100 sacerdotes católicos casados pero sólo quedan 75 porque el resto ya han muerto, dijo el profesor de Sociología de la Catholic University of America con sede en Washington, D.C., Paul Sullins, quien a la vez es sacerdote, está casado y tiene tres hijos.

Jon Sobrino, La Iglesia Suele Alejarse de Jesucristo Para Que No Moleste

Otro texto relacionado a la posición teologal crítica de Jon Sobrino en relación a algunas jerarquías católicas y, porque no, la Iglesia Luterana y no pocos pastores evangélicos.

 

 

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Jon Sobrino

 

 

El jesuita Jon Sobrino

"Hay la tentación de decirle: 'Vete y no vuelvas'


Jon Sobrino: «En conjunto, la Iglesia suele distanciarse de Jesús para que no moleste»

"Si algún día me encuentro con el Papa, espero que hablemos como amigos"

José Manuel Vidal, 19 de diciembre de 2010


Santo y seña de la Teología de la Liberación, el jesuita salvadoreño de origen vasco, Jon Sobrino, sigue siendo una referencia mundial en los que, en la Iglesia, buscan a un Dios encarnado que opta por sus preferidos, los pobres. De paso por Bilbao dice que, "en conjunto, la Iglesia suele distanciarse de Jesús para no molestar". Y también asegura que lo "enoja y avergüenza" la situación del mundo actual, porque "el primer mundo una sigue poniendo el sentido de la historia en la acumulación y en el disfrute que la acumulación permite".Lo entrevista Asteko Elkarrizketa en Gara.

 

Me cuentan -en broma- que está enfadado con el mundo y también le he escuchado más de una vez que quiere poder vivir sin sentir vergüenza del ser humano... ¿Cuál es la razón?

A veces siento vergüenza. Por ejemplo, ¿nos interesamos de veras por Haití? Obviamente levantó interés al principio, y ha habido algunas respuestas serias. Pero pasa un tiempo y ya no importa... Otro ejemplo que he contado otras veces: en un partido de fútbol de equipos de elite jugando la Champions, calculé que sobre el terreno de juego, entre 22 jugadores, había dos veces el presupuesto del Chad... Eso a mí me enoja y me avergüenza. Algo muy hondo tiene que cambiar en este mundo...

¿A dónde nos llevan el neoliberalismo y la globalización?

Es tal el desastre que, en buena parte, ha provocado que algunos respondan humanamente: voluntarios, ONG, bastantes iglesias -católicas o protestantes-, otras religiones... Pero creo que el llamado Primer Mundo -una cuarta parte de la humanidad- sigue poniendo el sentido de la historia en la acumulación y en el disfrute que la acumulación permite. La diversión, por ejemplo, es una megaindustria multinacional: el deporte de élite, el turismo...

Ignacio Ellacuría llamó a eso la «civilización del capital», que produce una sociedad gravemente enferma, en trance fatídico y fatal. Y solía decir que la solución es darle la vuelta; por eso fraguó la expresión de que necesitamos una «civilización de la pobreza». Ellacuría era terco en eso: hay que darle la vuelta; el motor de la historia no puede ser acumular sino solucionar las necesidades básicas de 6.500 millones de seres humanos, y el sentido de la historia es la solidaridad con espíritu.

En nuestra sociedad es habitual que grandes compañías realicen «campañas de solidaridad» muy mediáticas con galas benéficas, apadrinamientos, envío de ayuda, etc... ¿Se está desvirtuando el concepto de la solidaridad?

Entiendo la pregunta, pero creo que ocurren las dos cosas. Por un lado, cierto bienestar y cierta afluencia de recursos hace que dar ayuda sea más fácil, y que si uno no tiene el corazón de piedra -como decía el profeta Ezequiel-, se le convierta un poco en corazón de carne y ayude. Creo que parte de esas solidaridades son auténticas.

Ahora bien, esas solidaridades también suelen ser usadas para ocultar la ignominia de la falta de una solidaridad mayor y más fundamental, y no sólo de eso, sino también de la opresión de las grandes potencias a los pequeños países.

¿Tal vez sirven para enmascarar las raíces de los problemas?

Puede ser usado así, aunque, irónicamente, buena parte de las ONGs son precisamente para decir la verdad -aunque no les hacen mucho caso-, no sólo para ayudar económicamente, sino también para defender los derechos humanos. Lo veo complejo y hay que analizar cada situación. Es claro que el poder somete a todo el mundo, pero cada uno debe empujar el carro de la historia como pueda. Ciertamente, lo que nos ofrecen como soluciones a mí me produce indignación y me da tristeza.

¿Al ciudadano medio del mundo desarrollado le corresponde alguna responsabilidad en la pobreza, la opresión o las guerras que asolan el planeta?

Objetivamente, sí. ¿Quién declara las grandes guerras? Los gobiernos, movidos por oligarquías, pero elegidos por los ciudadanos. Cuando los gobiernos ofrecen guerra directamente, algunos los eligen y otros no, pero yo no escucho que un gobernante ofrezca vivir peor, bajar, para que otros muchos puedan subir un poco. En ese sentido, objetivamente somos corresponsables. El mundo se divide entre oprimidos y opresores; no hay que darle vueltas...

La Congregación para la Doctrina de la Fe emitió en 2006 una «Notificatio» en la que estima que usted falsea la figura del Jesús histórico al destacar demasiado su humanidad en detrimento de su divinidad. Es el argumento de la vieja herejía...

Lo que yo digo es que en la realidad humana de Jesús de Nazaret se ha hecho presente Dios. Pero me dicen que no acabo de decir de verdad que es Dios, y que hablo de Jesús de Nazaret demasiado en concreto, e incluso que lo convierto en político, y eso, en general, no suele gustar a las autoridades de las curias romanas y, también, diocesanas. Ha ocurrido con varios teólogos; en mi caso empezó en 1976.

En la Notificatio dijeron que dos libros míos contenían afirmaciones erróneas y peligrosas. Antes se los había dado a leer a siete teólogos serios y ninguno me dijo que hubiera problema alguno de posibilidad de herejía... Pienso que Jesús de Nazaret siempre estorba. Dios estorba menos porque es tan intocable, tan impalpable... Pienso que en la Iglesia tenemos una tendencia a distanciarnos de Jesús de Nazaret. No quiere decir que no hablemos de Cristo, pero Cristo es «el ungido», un adjetivo.

Creo que lo más peligroso es ignorar que Jesús no simplemente murió, sino que lo ejecutaron; y lo mataron porque se enfrentó al poder de los sumos sacerdotes e, indirectamente, al poder romano. Evidentemente, Jesús no hizo sólo eso; predicó cosas bellísimas y dificilísimas: las bienaventuranzas, la misericordia con la gente, la oración al Padre... Da gusto ver a Jesús, pero también es cosa seria, y si alguien quiere seguir la vía de Jesús le va a costar... Por eso pienso que, en conjunto, también la Iglesia suele distanciarse de él para que no moleste. Pero, gracias a Dios, hay personas y grupos a quienes Jesús les atrae. Lo he visto en El Salvador, sobre todo entre los pobres y quienes los defienden.

Tras la «Notificatio», usted remitió una carta al general jesuita, Peter Hans Kolvenbach, en la que precisaba que diferentes teólogos no encontraban incompatibilidad con la doctrina de la Iglesia, que la campaña contra usted y la Teología de la Liberación venía de 30 años atrás y que Ratzinger, en su época de cardenal, ya había sacado de contexto reflexiones y expresiones suyas. Deduzco que hay un acoso premeditado contra usted...

No lo llamaría acoso, pero sí predisposición contra mí y varios más. El entonces cardenal Ratzinger [hoy Papa Benedicto XVI], en un artículo en el año 1984-85, me criticaba cinco puntos, pero también criticaba a Gustavo Gutiérrez, Ignacio Ellacuría y Hugo Assmann; los cuatro estábamos en esa corriente que se llamaba Teología de la Liberación. Ratzinger ya estaba en contra de esa corriente. Si algún día me encuentro con él espero que hablemos como amigos...

Por cierto, ya no se oye tanto hablar de la Teología de la Liberación. ¿Acaso ha cambiado algo?

La Teología de la Liberación nace hace unos cincuenta años, en América Latina, un continente de gran pobreza y de fe cristiana. Algo irrumpió allí. Algo hizo explosión. ¿Qué irrumpió? La verdad de los pobres, que era realidad durante siglos. La Iglesia los había visto y les había ayudado de varias formas, pero... cuando algo es tan real y explota, te afecta, te sacude y te anima a hacer algo.

Así comenzó la llamada Teología de la Liberación, que pretendía que los pobres tuviesen vida, justicia y dignidad. Para las Iglesias cristianas, eso era la voluntad central de Dios. Y en ese sentido también «explotó» Dios. Y enseguida hubo dos reacciones. Una, fuera de las iglesias. El vicepresidente de EEUU, [Nelson] Rockefeller, estaba viajando por América Latina en los años setenta y dijo, entre otras cosas: «Si lo que están diciendo los obispos en Medellín [en la Conferencia Episcopal de 1968, donde toma cuerpo eclesial la Teología de la Liberación] se hace realidad, nuestros intereses peligran». Dentro de la Iglesia institucional también hubo una reacción en contra por parte de algunos obispos y cardenales. O sea que nació la Teología de la Liberación y enseguida llegaron enfrentamientos. Todo eso llevó a algo único en la historia de América Latina. Quisieron frenarlo de diversas maneras; una fue matar. Asesinaron a decenas de sacerdotes, religiosos y religiosas, y cuatro obispos. Otros dos se salvaron por error. Y lo que es menos conocido: a miles de laicos, la mayoría pobres.

La Teología de la Liberación desencadenó un modo de vivir basado en la compasión, concretado luego en formas de justicia, basada en el amor a los más pobres. Esto hoy ha bajado en el nivel eclesial y de obispos que defienden esa línea.

Decía monseñor Romero [arzobispo de San Salvador] semanas antes de que lo mataran en 1980 que «un cristiano que se solidariza con la parte opresora no es verdadero cristiano»...

Evidentemente. Identificarse con la parte opresora quiere decir formar parte de ese grupo de seres humanos que está oprimiendo y quitando la vida a otros, lentamente, a través de la pobreza o de la represión. Esa persona no es cristiana. ¿En qué se parece a Jesús si es todo lo contrario? Y además no es humana. Tenía razón monseñor Romero.

Recientemente, en un congreso de pensadores cristianos, dijo usted -parafraseando al teólogo José María Díez Alegría- que «la Iglesia ha traicionado a Jesús»; «esta Iglesia no es la que Jesús quiso». ¿Hacia dónde está conduciendo a la Iglesia católica su jerarquía?

No parafraseé sino que cité literalmente a Díez Alegría. Él dijo que, «en conjunto, la Iglesia católica ha traicionado a Jesús», y me parece una reflexión importante. Obviamente, no toda la Iglesia. Yo creo que está diciendo que Jesús de Nazaret molesta, y por eso la Iglesia le traiciona. José Antonio Pagola dice: lo más necesario hoy es «movilizarnos y aunar fuerzas urgentemente para centrar a la Iglesia con más verdad y celeridad en la persona de Jesús y en su proyecto del reino de Dios». Según la fe cristiana, el reino de Dios es la voluntad de Dios sobre este mundo para que haya vida para todos, empezando por los pobres. Y Pagola terminó con estas palabras: «Muchas cosas habrá que hacer en la Iglesia católica, pero ninguna más decisiva que esta conversión».

A mí me encanta que use la palabra conversión: es un cambio radical. No veo nada más importante que volver a ese Jesús porque tendemos a separarnos de él; no siempre, no todos, no de todas maneras, pero...

Dicho con toda sencillez: cuando uno oye hablar a cristianos, cristianas, sacerdotes, obispos y no obispos, qué rara vez se escucha que hablen de Jesús de Nazaret, que cuenten lo que dijo y lo que hizo... Se está perdiendo lo de Jesús; eso es lo que yo quería decir en el congreso. En América Latina se hizo muy presente en don Hélder Cámara, en don Pédro Casaldáliga, en muchos otros... Pero también hay la tentación de decirle, como el gran inquisidor de la novela «Los hermanos Karamázov»: «Vete y no vuelvas...».

Incluso de forma drástica... Recuerdo el eslogan de la extrema derecha y del Ejército en la época de la represión y de la guerra en El Salvador: «Haga patria, mate un cura». ¿Por qué les perseguían de manera tan cruel?

Nos perseguían no sólo a nosotros, sacerdotes o grupos cristianos, sino sobre todo a los campesinos... Con la Conferencia de Obispos de Medellín de 1968 hubo un gran cambio, una irrupción, y Jesús de Nazaret se hizo presente. Ser cristiano era seguir la vida de ese Jesús, estar con las víctimas, con los pobres; y, para defenderlos, enfrentarse a los poderosos. La oligarquía no toleraba eso, y mucho menos que viniera de gente reconocida de la Iglesia. Los sacerdotes se-ríamos mejores o peores, pero éramos un símbolo importante en el país. Esa Iglesia que que- rían tener de su lado se les fue; entonces asesinaron al primer sacerdote, Rutilio Grande, jesuita, gran amigo, el 12 de marzo de 1977. Se armó un gran revuelo y monseñor Romero tomó una decisión muy importante: lo denunció, dijo que no volvería a estar presente en actos civiles públicos hasta que no se esclareciera el crimen. Y el domingo del entierro ordenó que sólo hubiese una misa única. La gente de dinero, la oligarquía, se fue encorajinando: «Les hemos matado un cura y siguen...». Continuaron matando sacerdotes y repartían panfletos con aquella frase: «Haga patria, mate un cura». En junio, a los jesuitas nos dieron un mes para salir del país o nos mataban a todos... No nos marchamos. Siguieron matando sacerdotes y monjas, y sobre todo campesinos...

En ese contexto llegó la matanza de los seis sacerdotes jesuitas y de las dos mujeres [16-XI-1989] en la Universidad Centro- americana (UCA). Usted era también uno de los objetivos de los militares, pero le salvó encontrarse en Tailandia asistiendo a un congreso. ¿Cómo recuerda aquellos hechos?

De Londres me llamó un amigo, me preguntó si estaba sentado y si tenía un lápiz para escribir. Y comenzó: «Han matado a Ellacuría y a...». Sentía como si me arrancaran la piel a jirones, pero cuando más me enojé es cuando me dijo que habían matado a la cocinera y a su niña. Que maten a Ellacuría, «merecido» lo tenía -como Jesús de Nazaret-. ¡Pero matar a una cocinera y a su hija de quince años...!

Recuerdo también que un tailandés convertido a la religión católica me preguntó si en El Salvador había católicos que mataban a sacerdotes. Entendió bien el horror que entrañaba aquello. En El Salvador matar a sacerdotes suponía romper no ya las reglas del bien, sino del mal. Todo podía ocurrir. Y ocurrió...

¿Ha temido muchas veces por su vida?

Sí y no... Varias veces explotaron bombas en la UCA y en nuestra casa. Estábamos en las listas, Ellacuría el primero, y también los demás. A veces en los periódicos a mí también me destacaban. Pero pensar que nos podía pasar lo que le pasó a Rutilio Grande, al padre Alfonso Navarro, a monseñor Romero... no nos provocaba temor. Nos solían preguntar por qué no nos marchábamos del país y respondíamos que nos daría vergüenza irnos, nos daría vergüenza decir que hay que estar con la gente y luego marcharnos. Yo, además, daba clases de cristología y tenía que contar la vida de Jesús. ¿Con qué cara iba yo a hablar de Jesús si me marchaba? Y no nos íbamos, sobre todo, porque nos sentíamos parte de algo mayor, todo un pueblo al que queríamos y que nos quería... Para mí fue un don haber ido a El Salvador. Estoy agradecido de por vida.

Vive allá desde hace más de medio siglo. Han cambiado mucho algunas cosas en El Salvador, pero la pobreza continúa, la situación incluso se ha agravado con la delincuencia y la violencia de las bandas juveniles...

El Salvador, como está pasando con Haití, desapareció de las noticias. Se firmaron los tratados de paz y algo importante ocurrió: dos ejércitos convinieron no seguir luchando militarmente. Y es muy bueno. Además, en los acuerdos de paz se decidió investigar las violaciones de derechos humanos graves de ambas partes. Naciones Unidas hizo un estudio bastante serio sobre ello. ¿Pero qué pasó? Antes de que saliese el informe de Naciones Unidas, el presidente Cristiani concedió amnistía a los que aparecían en él. Una amnistía así no es un acto de reconciliación, de humanización; sirvió sobre todo para que no tocara a la parte gubernamental. Todavía nadie ha sido juzgado por el asesinato de monseñor Romero -tampoco lo ha canonizado el Vaticano-...

Por la premura de tiempo, los acuerdos tampoco trataron suficientemente la economía, y eso se sigue notando. No digo que con buenos acuerdos sobre los modos de producción, la legislación laboral, etc... hubiese cambiado mucho. No soy muy optimista pero, al no hacer nada, la injusta situación económica sigue sin visos de solución.

Y han ocurrido otras dos cosas negativas importantes: muchos salvadoreños -de dos a tres millones- van a Estados Unidos a buscar trabajo, lo que trae infinidad de problemas humanos, divisiones de familias, etc... El otro problema es la violencia de las pandillas, que han generado un tipo de vida en el que los jóvenes encuentran un sentido de identidad, estando dispuestos a matar y ser matados. Y hay que añadir las mafias, el narcotráfico, los secuestros... A veces me pregunto, trágicamente, por qué en El Salvador, y en países semejantes, no se han decidido a un suicidio colectivo. Para muchísima gente aquello no es vivir. Pero en el pueblo existe una fuerza mayor para seguir adelante y enfrentar los problemas más difíciles. Esa fuerza se expresa en el empeño por sobrevivir, por los intentos de organización. Y es alimentada por mucha gente buena, los mártires con monseñor Romero a la cabeza. Aquí creo que esto es difícil de comprender.

Me sorprende el poco acento salvadoreño que tiene... ¿En El Salvador le siguen conociendo como vasco?

Es cierto, no he cambiado el acento. En cuanto a lo de vasco, creo que no he perdido mis orígenes... Pero tampoco es un absoluto... Tampoco es que me sienta salvadoreño, aunque es lo que más me siento. Creo que lo que me ha ocurrido en El Salvador es una mayor apertura a todo lo que sea humano, más allá de lugares...

Descarta volver a Euskal Herria para quedarse...

Lo normal es que no vuelva para quedarme; si vengo tendré que pensar qué hacer para poder ayudar aquí. Me encantaría cooperar, hacer el bien, pero no tengo ninguna receta. El cambio sería muy grande. En El Salvador están los pobres que no dan la vida por supuesta y tienen a casi todos los poderes del mundo en contra. Aquí, en Europa, la vida se da por supuesta, y con mucho poder a su favor. Si se me permite decirlo metafísicamente: los pobres son «los que no son reales». Aquí pensamos que lo real somos nosotros. Estar en El Salvador significa cooperar a que todos vivamos, y la utopía de hacerlo como hermanos y hermanas. Aquí lo tendría que repensar, aunque veo personas y cosas buenas a las que me podría apuntar.

 

LA MISA EN EL SACERDOTE SECULARIZADO

ESTUDIO TEOLÓGICO JURÍDICO SOBRE

EL EJERCICIO DEL ORDEN SAGRADO EN EL SACERDOTE SECULARIZADO

 

CUESTION TEOLOGICA Y MORAL

El "status" eclesial del sacerdote secularizado presenta un serio problema teológico - sacramental: Por una parte la Iglesia le prohibe el ejercicio del sagrado ministerio; por otra el sacramento del Orden imprime carácter; por consiguiente quien lo recibió seguirá siendo siempre sacerdote. ¿Se lesiona de alguna manera la coherencia dogmática? ¿Hasta donde puede llegar la prohibición de la Iglesia? Analizaremos minuciosamente el caso.

I) EL RESCRIPTO DE SECULARIZACION

1.- El rescripto de secularización aparece como algo típicamente jurídico y pastoral. Todo él está orientado en el sentido de que no se dé fisura en la ley del celibato, y de que no sufran los fieles escándalo.

2.- El efecto propio del rescripto aparece claro: conceder la dispensa del celibato y otras cargas inherentes al Orden Sagrado, y excluir al orador o solicitante de las filas del clero. Deja, pues, el interesado de pertenecer al estamento clerical.

3.- El rescripto de secularización no es una pena canónica, sino una gracia otorgada por el legislador.

4.- Las prohibiciones del rescripto están redactadas de forma indirecta: "Advierta el Ordinario de ellas al sujeto". 5.- Varias son las prohibiciones, mas en la práctica (con excepción de una) apenas se han tenido en cuenta a la hora de exigir su cumplimiento, ya que muchos ex - clérigos de modo habitual son profesores de religión, incluso en facultades dependientes de la Iglesia; desempeñan cargos directivos de pastoral; residen en el lugar donde ejercieron el ministerio, etc. etc.

6.- En la práctica se pone mayor énfasis en la prohibición primera ;"nullam ordinis sacri functionem peragat". ( No practique ninguna función del Orden sagrado). De hecho tampoco se ha acatado esta prohibición en numerosos casos. Muchos sacerdotes casados vienen ejerciendo en pequeñas comunidades las funciones propias del presbítero. Muchos obispos son conocedores de estos hechos, y a ninguno se le ocurre llamar la atención, siempre y cuando no se practiquen públicamente en templos. Lo único que preocupa es que "coram populo" se ejerciten estas funciones del Orden sagrado.

7.- El actual rescripto ( a partir de aproximadamente 1980) cambia la frase "nullam ordinis sacri functionem peragat" por "exclusus manet ab exertitio sacri ministerii". El hecho de elegir esta fórmula y eliminar la anterior parece claro que se debe a no incidir en una incoherencia dogmática: privar al ordenado de toda función emanante de un sacramento que imprime carácter. La frase "queda excluido del ejercicio del sagrado ministerio" palia algo la prohibición del anterior rescripto.

II ) EL ORADOR (SOLICITANTE DE LA DISPENSA)

La intención de muchos sacerdotes al solicitar el rescripto de secularización, era exclusivamente la de obtener la dispensa del celibato. Hubiese deseado seguir incluso dentro del clero, pero como sacerdotes casados. No se permitía formular esta petición. Necesariamente había que solicitar tanto la dispensa del celibato como la reducción al estado laical. Ambas luego se concedía de forma inseparable. NO HUBO POR TANTO LIBERTAD EN EL MODO DE FORMULAR LA SOLICITUD.

2.- No parece correcto exigir en una instancia de tipo eclesiástico la renuncia al ejercicio de un sacramento recibido, para conseguir la dispensa de una ley humano - eclesiástica. El sacerdocio, una vez recibido, es un derecho divino. El celibato es una ley humana, en cuanto adherida al estado clerical de modo necesario.

3.- Al no ser la petición de dispensa acto libre en su totalidad, no podrá implicar necesariamente a la conciencia en la aceptación de compromisos o prohibiciones anejas a la dispensa.

III) EL ASPECTO TEOLÓGICO.

1.- La función estrictamente sacerdotal es la celebración de la Eucaristía. Todo sacerdote y solamente el sacerdote es ministro de la Eucaristía. La teología lo afirma sin titubeos.

a) Juan Pablo II recuerda: " Debéis celebrar la Eucaristía que es la raíz y la razón de ser de vuestro sacerdocio. Seréis sacerdotes, ante todo, para celebrar y actualizar el sacerdocio de Cristo..." "La Eucaristía se convierte así en el misterio, que debe plasmar interiormente vuestra existencia". (Ordenación sacerdotal de Valencia 8 noviembre 1982).

b) Autores teólogos de solvencia, como consta en textos de dogma y de moral, han afirmado que, por derecho divino, todo sacerdote tiene obligación de celebrar de vez en cuando la Eucaristía.

Otros teólogos , por el contrario, afirman que la obligación recae sobre el sacerdocio en general, no sobre cada individuo en particular. Ante esta discusión se pueden sacar estas conclusiones mínimas: a) Si entra de por medio el derecho divino, jamás se puede prohibir de por vida a un sacerdote la celebración de la Eucaristía, ni siquiera como pena canónica por delitos cometidos. En este sentido San Basilio refiere algunos casos de sacerdotes que por haber cometido faltas notorias, sólo podían ejercer sus funciones sacerdotales en casas particulares. ( S. Basilio Obispo) 199 pág. 32, 716)( Suponemos siempre el estado de gracia santificante.) b) Jamás se podrá decir que un sacerdote peque por celebrar la santa misa, supuesto el estado de gracia.

c) La celebración de la santa Misa es un derecho inalienable concedido por Dios a cada uno de los sacerdotes. Aunque no se pueda afirmar que haya obligación de celebrar, sí se puede inferir el derecho a ello.

3.- Todo sacramento da derecho al uso del mismo. No podemos concebir un matrimonio a quien se le prohiba la relación conyugal de por vida, ni un bautizado a quien se le prohiba asistir a funciones religiosas por haber recibido otro sacramento, o para que pueda recibirlo. Con el Orden sacerdotal no puede haber excepción. Incluso la prohibición al sacerdote casado de ejercer públicamente el ministerio, lesiona la coherencia dogmática. Puede caber como medida pastoral transitoria, mientras el pueblo no se mentalice tras una catequesis previa.

IV) TRENTO Y EL CARACTER SACRAMENTAL

1.- El canon 40 del Concilio de Trento, sesión IX (Dz. 964) dice: "Si quis dixerit per Sacran ordinationem non dari Spiritun Sanctum, aut per eam non imprimi characterem vel eum qui sacerdos semel fuit,laicum rursus fieri posse, anathema sit." Difícilmente se podrá afirmar que este canon es dogmático en sus dos partes primeras y solamente disciplinar en la última. Podemos afirmar que todo él es dogmático.

2.- En el rescripto de secularización se afirma claramente que el orador queda reducido al estado laical. Con un juego de palabras se podrá afirmar , que no es laico pero "pertenece al estado laical". O sea, para los efectos, como si no fuera sacerdote, aunque sigue siéndolo. No llega a comprenderse todo esto a la luz del dogma definido por Trento. Tal vez a causa de este craso error en un documento oficial, en los últimos rescriptos de secularización evitan el término "reducción al estado laical". Evitan la letra, mas el conflicto queda sin resolver.

3.- Dice la encíclica "Redemptor hominis" de Juan Pablo II: "En la fidelidad a la propia vocación deben distinguirse los esposos, como lo exige la naturaleza propia del matrimonio. En una línea de similar fidelidad a su propia vocación deben distinguirse los sacerdotes, dado el carácter indeleble que el sacramento del Orden imprime en sus almas".--- Si el carácter indeleble es la fuente de donde mana la fidelidad a la vocación sacerdotal, será posible la dispensa del celibato, pero en modo alguno la dispensa del sacerdocio, y mucho menos la prohibición de ejercerlo de por vida, al menos en lo estrictamente sacerdotal: la celebración de la Eucaristía y la proclamación del Evangelio.

4.- La teología posconciliar explica el carácter sacramental por la alianza entre Dios y el sujeto que recibe el sacramento. Dios será fiel a su alianza, aunque falle el sujeto. Ahora bien, en nuestro caso suponemos que el sacerdote casado quiere seguir siendo sacerdote. Dios es fiel a su alianza. No cabe que una fuerza intermedia rompa o impida esta alianza. La fidelidad es entre Dios y su sacerdote.

V) PROHIBICIONES INCOHERENTES CON EL DOGMA.

1.- No siempre las prohibiciones de la Iglesia han gozado de gran coherencia en lo dogmático. La Histoia demuestra que muchas decisiones jurídicas y pastorales han constituido abuso de poder, injerencias en la conciencia individual, incluso violación en los derechos inalienables de la persona.

2.-Baste recordar como ejemplos: Prohibición a los sacerdotes casados ( Concilio de Elvira y otros) del uso del matrimonio; reducir a servidumbre a los hijos de los clérigos; métodos de los tribunales de la inquisición: tortura, cárceles, humillaciones y pena de muerte; imposición de afirmar algo contra la ciencia (Galileo); bautizar a los judíos casi a la fuerza y exigirles inmediatamente la legislación canónica, aplicándoles las penas contra los herejes; etc. etc.

3.- El caso que nos ocupa ( la práctica exclusión del sacerdocio a los clérigos que han contraído matrimonio) parece también un abuso de poder incoherente con el dogma.

VI) CONCLUSIONES

1.-Todo sacerdote secularizado sigue siendo verdadero sacerdote. Puede lícitamente administrar todos los sacramentos que no exijan jurisdicción especial: Bautismo, Eucaristía, Unción de enfermos.

Y esto puede hacerlo en privado, lo mismo que cualquier otro sacerdote. En público siempre y cuando no se pueda producir escándalo en los fieles. =- Por prudencia humana y cristiana, por no causar sensación de desprecio a la ley o al legislador, por evitar escándalo en personas no suficientemente formadas, evitará el sacerdote casado celebrar la Eucaristía públicamente en lugares donde sean conocidas sus circunstancias.

2.- Cuando existe urgente necesidad puede administrar también la penitencia. Incluso en ambientes donde no existen otros sacerdotes, puede provocar el error común y administrar la penitencia.(Esto está elaborado con anterioridad al nuevo Código de D.C. En la actualidad tal vez resulte más factible lo relativo a la confesión. Existe un estudio reciente sobre el tema).

3. - Puede lícitamente el sacerdote casado atender pequeñas comunidades, siempre y cuando en ellas se comprenda el valor teológico de su decisión. Aquí la prudencia tiene un lugar eminente.

4.- El ejercicio privado o familiar de su sacerdocio siempre será lícito, supuestas las premisas anteriores y jamás puede ser impedido. De hecho nunca se ha prohibido.

 

VII) ALGUNAS DIFICULTADES. SOLUCIÓN

1.- Algunos teólogos modernos afirman que nadie puede celebrar la Eucaristía en privado, sino en comunidad. Respuesta: siempre se ha sostenido como normal y necesaria la comunidad. Pero también se ha permitido celebrar privadamente, ya que el sacerdote está unido místicamente a toda la Iglesia.

2.-La Iglesia tiene derecho a poner las condiciones y modalidades en la administración de los sacramentos.

Respuesta: Cabrá discutir la conveniencia o no del celibato. Pero ningún casado ni nadie podrá exigir el sacerdocio para sí. Conforme.----Afirmamos en cambio que la coherencia dogmática exige que, una vez ordenado un cristiano sacerdote, aunque se le impida temporalmente el ejercicio público, no se le puede impedir lo que constituye la manifestación esencial de su sacerdocio: la celebración de la Eucaristía. ----Celibato y sacerdocio son perfectamente separables. En cambio no se pueden separar del sacerdocio la Evangelización y la celebración Eucarística.

3.- En el número 26 de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia leemos: "Toda legítima celebración de la Eucaristía es dirigida por el Obispo, a quien ha sido confiado el oficio de ofrecer a la Divina Majestad el culto de la religión cristiana y de reglamentarlo en conformidad con los preceptos del Señor y las leyes de la Iglesia, precisadas más concretamente para su diócesis según su criterio".

Respuesta: Este párrafo va dirigido a la obligación del Obispo de dar normas y vigilar la celebración de la Eucaristía en su diócesis. Se trata de evitar abusos en los clérigos con la celebración de Misas al margen de todas las normas litúrgicas, sin ornamentos, sin respetar el canon, con invenciones subjetivas peregrinas, sin respetar las normas de predicación, etc. Hemos visto u oído de Misas con tintes de sacrilegio por lo irreverentes. Pero de ninguna manera va contra estos principios aquí mencionados, que sirven para aclarar la conciencia o el fuero interno del sacerdote secularizado, para que en privado o en un pequeño grupo de familiares o amigos bien preparados, pueda ejercer el sacramento del Orden, que recibió de Jesucristo, en la celebración de la Eucaristía.

4.- Con la práctica de la celebración de la Eucaristía por el sacerdote secularizado se rompe la comunión eclesial.

Respuesta: Habría que distinguir. Si el secularizado crea una comunidad y, al margen del Ordinario de la Diócesis, celebra siempre con ella la Eucaristía, creemos que puede romperse la comunión eclesial. Si el secularizado celebra de vez en cuando en su casa la Eucaristía con la familia y / o algunos amigos bien formados, de ninguna manera se rompe esta comunión eclesial. Suponemos que el sacerdote secularizado va al templo público a participar como fiel en la Eucaristía habitualmente, y sólo de vez en cuando, o en tiempo de enfermedad o ancianidad celebra en su casa.

Vitoria, España 22 febrero 1983. JOSE MARÍA LORENZO.

NOTA: ESTE ESTUDIO FUE APROBADO POR DOS CANONISTAS Y POR UN TEÓLOGO, TODOS ELLOS DE PRESTIGIO INTELECTUAL, OTORGÁNDOLE A LA TESIS LA MÁXIMA CALIFICACIÓN. OMITIMOS LOS NOMBRES DE LAS INSIGNES PERSONAS POR RAZONES OBVIAS.

Nota 2 posterior. Con fecha posterior, 17-10-83 Se envió el presente estudio a todos los obispos de España, con esta nota:  Tengo el honor de enviarle un estudio teológico – moral sobre Ejercicio del Orden Sagrado en el sacerdote casado. Creo que le podrá ser útil, sobre todo sabiendo que no es mucho lo que se ha elaborado hasta la fecha sobre el particular. Por otra parte ha sido este trabajo una de las aportaciones o ponencias que hemos enviado España al Sínodo mundial de los sacerdote casados, celebrado en Italia al finalizar el verano. Espero que lo juzgue positivo y de gran interés.

Ningún obispo puso ninguna pega u objeción a este estudio.

JML. Mi correo electrónico: mistica@jet.es

 

¿Hasta cuándo van a tener marginados a los sacerdotes secularizados?

27.12.10 | 13:14. Archivado en Crítica

 


Estamos viendo todos los días casos de curas que han caído en grandes pecados objetivos de infidelidad al dogma, verdaderas herejías o cuasi herejías o casos de escándalos gravísimos de tipo sexual.

En los últimos meses, ha habido contra estos últimos disposiciones severas que unas veces se ejecutan y otras no; depende de los respectivos obispos. Los cuasi herejes (o sin cuasi) hasta estas fechas, se ha disimulado, aconsejado, como mucho se ha removido al delincuente clérigo de su puesto para colocarlo en otro distinto. Y siguen ejerciendo el ministerio, destruyendo más bien.

Pero quiero entrar en este tema; lo que de verdad pretendo es denunciar el agravio comparativo entre estos sujetos y los sacerdotes (secularizados) que han recibido el sacramento del matrimonio.

A ellos, aparte de los insultos y marginación total que han recibido de sus hermanos sacerdotes y jerarcas, no se les permite el ejercicio del ministerio, cometiendo a nuestro juicio, tremendo desajuste teológico.

De la mano del José Amado Aguirre (1) queremos dar unas razones en pro del ejercicio ministerial de los sacerdotes dispensados y casados.

Teológicamente la Iglesia ha enseñado y enseña que el sacramento del orden sacerdotal está referido al servicio de la comunidad, y no para el propio y exclusivo provecho, gracia o dignidad del ordenado (diácono, presbítero, obispo) Es decir, que el fiel bautizado que ha recibido el sacramento del orden sagrado, deberá ejercer algún ministerio sacerdotal específico según las disposiciones reglamentarias canónicas del caso. Además la misma teología afirma que tal orden sagrado “imprime carácter”, es decir que es uno de los sacramentos de por sí indelebles, permanentes, y por lo tanto no se puede repetir ni perder, como pueden y aún deben en algunos casos repetirse los sacramentos de la eucaristía (comunión), confesión (reconciliación), matrimonio y extremaunción (santa unción).

Una última observación teológica: la obligatoriedad del celibato sacerdotal es una determinación positiva disciplinaria en la Iglesia católica de rito latino que no vincula a la religión católica de rito oriental. No es por lo tanto un requisito esencial para recibir el orden sagrado, aún cuando históricamente desde hace siglos las legítimas autoridades de la Iglesia lo exijan como conditio sine qua non (condición imprescindible para recibir el orden sagrado en el rito latino) Así está legislado en el Código actual de derecho canónico (1983)

Un Papa muy inteligente e innovador, Pío XII, tuvo el santo atrevimiento de romper esa inseparabilidad canónica entre sacerdocio y celibato en nuestra Iglesia de rito latino. Autorizó a pastores anglicanos que ingresaban a la Iglesia católica y que ya estaban casados válidamente, a continuar su vida conyugal incorporados al clero romano. El Papa Pablo VI continuó con esta política pastoral ampliando aún a otros casos de pastores cristianos no católicos.

El Concilio Vaticano II, laudable por tantos títulos, no trató el tema del celibato sacerdotal por la oposición directa del Papa Pablo VI. En compensación, este Papa accedió a liberar a miles de sacerdotes del compromiso celibatario permitiéndoles el matrimonio canónico sacramental.

Así las cosas y las leyes eclesiásticas, en pocos años creció inmensamente el número de sacerdotes que pedían autorización para un matrimonio cristiano normal y público en resguardo de la autenticidad de su conciencia. Pero para obtener esta facultad matrimonial debían renunciar formalmente y para siempre al ejercicio del ministerio sacerdotal.

Actualmente son bastante más de ciento cincuenta mil estos sacerdotes que en la práctica están marginados aún de los oficios que un laico puede ejercer y ejerce en la administración y en el culto católico.

El Pueblo de Dios, título que el Vaticano II adjudica a la Iglesia católica, se pregunta azorado: ¿hasta cuándo privilegiaremos las leyes de los hombres sobre el mandato divino? Encapsular la vocación sacerdotal en el celibato, no es legítimo ni teológica ni jurídicamente. El hecho histórico, no continuo ni lealmente observado, de la inseparabilidad de sacerdocio y celibato no constituye un argumento teológico.

¿Es lícita y válida la prohibición ilimitada de ejercer el ministerio sacerdotal al sacerdote casado canónica y sacramentalmente por la Iglesia?

Sé que me muevo en terreno minado... pero vale la pena arriesgar todo, aún la vida en pro de la verdad, la caridad y la misma justicia. Esta es mi auténtica postura sacerdotal: tal prohibición ut supra, es no sólo ilícita teológica y jurídicamente, sino que es insanablemente nula de pleno derecho (1). Doy en síntesis algunas razones necesarias y ... al margen de la ley... o en contra de toda ley de los hombres. “El sábado, es decir la ley, está para el hombre y no el hombre para el sábado”.

Exposición argumental:
Ya que el orden sagrado “imprime carácter” es decir, que es indeleble, y ese orden es “para el ejercicio ministerial específico”, por derecho divino no puede ser suprimido para siempre por ninguna autoridad en la tierra.

En el Código se estatuyen las causales de excomunión y suspensión a divinis de sacerdotes y obispos. Allí no se tipifica el caso de un ordenado que accede al matrimonio con dispensa de la Santa Sede. Por lo tanto, siendo toda ley penal de estricta y restringida interpretación, se ve con claridad la ilicitud y aún ilegalidad de la prohibición “sine die” del ministerio sacerdotal a tales sacerdotes casados.

Pero hay otro argumento más contundente: toda pena dice relación a algún delito, y cuanto mayor es la pena, mayor debe ser el delito. Pues bien, ¿dónde está el delito para tanta pena? Porque contraer matrimonio es algo meritorio, digno de un cristiano. Si la Santa Sede autoriza la recepción de un sacramento, no puede basar en tal recepción la penalidad de la inhabilitación “pro” vita del ordenado.

(1) El Padre José Amado Aguirre es abogado civil, Doctor en Ciencias Jurídicas, ex juez de Tribunales eclesiásticos de la Archidiócesis de Córdoba – Argentina.

 

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Feliz Navidad Luchadora Por La Justicia y La Igualdad