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Honduras: Escenarios Extremos y Algunas Propuestas

Publicado también en  Argentina Indymedia

 

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Lo que sucede en Honduras demuestra lo frágil que son las democracias en Latinoamérica, quizás en toda América (no se debe olvidar el último fraude electoral en EE.UU., antes de la elección de Barack Obama) Luego del fracaso de la mediación internacional del presidente costarricense Oscar Arias (ya fracasada antes de tiempo por la dudosa posición diplomática del gobierno de Obama) lo que queda claro ahora es que la vía siguiente es el aumento de la presión diplomática por parte de la OEA con la imposición de mayores sanciones contra el régimen de facto que se apoderó del país.


El aumento de esta presión internacional, más las protestas y movilizaciones de organizaciones sociales y civiles de Honduras, sí generan condiciones para el regreso del único presidente electo democráticamente de dicho país, Manuel “Mel” Zelaya Rosales. Con su regreso retornaría un mínimo de institucionalidad democrática para normalizar la dinámica social en el citado país.


Desde la perspectiva de un ciudadano de Latinoamérica y en consideración del análisis sistémico-complejo de las fuerzas sociales que se expresan en la realidad humana, se pueden visibilizar diversos escenarios probables. Pero para ir reconociéndolos hay que ir por los extremos, por los menos probables pero no imposibles. Así se tienen dos escenarios extremos, contrarios temporalmente sobre lo que podría suceder en Honduras:


1-El Fracaso Internacional Sin Violencia:


En este hipotético escenario, la ambivalencia de la diplomacia estadounidense sigue oxigenando al golpe de estado hondureño (financiación y apoyo indirecto) por medio del rechazo de medidas de bloqueo económico contundente en el Consejo de Seguridad de la ONU (el único organismo internacional que puede decretarlas) a la vez que se evita el regreso de Zelaya a Honduras. En este escenario se sostiene la dictadura hondureña hasta unas elecciones absolutamente amañadas en Noviembre de 2009, dónde gana un candidato del grupo golpista. De esta manera se consolida la nueva estrategia golpista en Latinoamérica y los sectores ultraconservadores de EE.UU. continúan sus políticas depredadoras y expoliadoras hacia la región por medio de sus capitales en transnacionales, sin transformar en nada su sistema económico para adaptarlo a los desafíos postcapitalistas que la crisis ecosistémica exige.


Desde el enfoque ecosistémico, el más racional por ser el más científico posible, este escenario posible es el de perdedor-perdedor. Pierden los estadounidenses porque sus élites se aferran a un sistema socioeconómico  y político (capitalismo) sin futuro por ser altamente explotador de los recursos naturales. Pierden los latinoamericanos en general porque los proyectos políticos que plantean cambios hacia un modelo más sostenible y socialmente justo (ecosociodesarrollo) se ven estancados ante la amenaza golpista (cualquier cambio “acelerado” es respondido con las botas militares)


2-El Fracaso Internacional Con Violencia:


Es el sueño de los “neocons” de Washington. En este escenario igualmente probable y quizás no tan posible, el único presidente electo democráticamente de Honduras regresa a Honduras en forma sorpresiva y abrupta, para luego ser asesinado por un comando paramilitar infiltrado entre los seguidores del mismo. En esta situación, no solo no se negaría el gobierno de Obama a intervenir en Honduras, sino que se vería obligado a que intervengan las fuerzas militares que están en  dicho país, además del envío de más tropas, una salida de corte “imperialista” a la que no se opondrían los ultraconservadores estadounidenses.


En este escenario Honduras sería ocupada militarmente otra vez por el país del norte con venia internacional. Se llamarían a elecciones en algún momento del futuro y, con un amplio apoyo financiero ultraconservador proveniente de EE.UU., quizás gane nuevamente un candidato simpatizante de la élite golpista hondureña.


Este escenario extremo genera un resultado exactamente igual al del escenario anterior, pero con el agravante de muertes y más sufrimiento. Un catastrófico agravante por cierto.



Un Nuevo Enfoque Para Nuevas Soluciones

 

Desde el simple enfoque izquierda-derecha o de “lucha de clases” propia del marxismo ortodoxo, la resolución del conflicto hondureño casi no tendría salida pacífica y solo dependería de una larga lucha pacifista de años de las organizaciones sociales y civiles de Honduras. La salida violenta es la que esperan las fuerzas ultraconservadoras de Washington, tienen las armas y tienen la mayor logística del planeta para aplicar sus “soluciones” violentas.


Así que la generación de soluciones novedosas requiere de visiones novedosas. En ese sentido, el enfoque ecosistémico puede aportar mucho. Desde este enfoque, la solución estratégica más probable sería la del conocido “empate” que se aplicó en Brasil para salvar la selva amazónica, sería una estrategia mucho más completa que las débiles propuestas de la mediación del presidente costarricense Oscar Arias. Las fuerzas progresistas, que buscan generar una nueva sociedad realmente sostenible y socialmente justa, no pueden ganar frente a la hegemonía guerrerista ultraconservadora, pero sí pueden empatar.


Un probable empate sería el regreso de Manuel Zelaya a Honduras, acompañado de una delegación diplomática estadounidense, con el compromiso de que Honduras suspenda su adhesión al Alba y apoye un mejor relacionamiento comercial y diplomático entre Latinoamérica y EE.UU. 


Por el otro lado, la suspensión del Alba por parte de Honduras no debería significar su rechazo a una ayuda condicionada en suministro de petróleo por parte de Petrocaribe, ni la eliminación completa de la Misión Milagros, aunque sí su limitación. Lo mismo en los demás aspectos de lo que implicaba una adhesión al Alba.


Si bien Zelaya debería fortalecer nuevamente su relacionamiento con EE.UU., su compromiso de permitir que se oiga la voz de las organizaciones sociales deberá mantenerse. Al fin y al cabo, la lucha de las organizaciones sociales hondureñas, del pueblo hondureño, acaba de comenzar, ya derrocaron estratégicamente al golpe de estado en Honduras y ya desarrollaron un poderoso sentimiento de unidad organizativa y política, los gobiernos que vengan después de Zelaya no podrán ignorar a esta nueva fuerza política y social. Aunque la reforma constitucional se retrase quizás algunos años, el deseo de profundas transformaciones políticas y sociales ya se ha desarrollado en Honduras.


Los marxistas ortodoxos dirán que ganó el imperio, los ultraconservadores más reaccionarios dirán que ganó el marxismo leninismo del castrismo-chavismo. Los pacifistas diremos que se dio el “empate” sin tantas muertes y sufrimiento.


Estas ideas de un ciudadano pacifista de Latinoamérica se basan en el gran Chico Méndez, el Ángel defensor de las selvas, que sacrificó su vida por la Amazonía. Este artículo es un homenaje a él.

 

 

 

Abogado Alejandro Sánchez

Pacifista y Ecologista

 

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