Crisis Económica y Género
La crisis económica y sus alternativas: una perspectiva de género
1. INTRODUCCIÓN
Esta intervención parte del supuesto de que para poder entender la naturaleza de la crisis financiera que estamos viviendo y sus consecuencias de todo tipo es preciso tener en cuenta la situación desigual de los diferentes sujetos económicos y, en especial, la que afecta a mujeres y hombres en la vida económica.
Eso es así, al menos, por tres razones principales. En primer lugar porque entendemos que la crisis no se origina simplemente en la difusión global de productos financieros tóxicos a partir de las llamadas hipotecas sub-prime generadas en Estados Unidos. Si bien esa puede ser considerada su causa inmediata, lo cierto es que esta crisis ha alcanzado una dimensión gigantesca y global porque tiene causas mediatas o estructurales de más largo alcance socioeconómico e histórico.
En segundo lugar porque el propio desarrollo de la crisis conlleva efectos muy distintos sobre los hombres y las mujeres, de modo que si no se tiene en 1 Este texto resume las intervenciones de los autores en el Forum de Política Feminista de 2009 (mayo, Granada) que, a su vez, sirvieron de base para elaborar la ponencia “A feminist view of the financial crisis” que fue presentada más tarde en la Annual Conference de la International Association for Feminist Economics (IAFFE) celebrada en Boston cuenta este efecto desigual será imposible que se puedan adoptar soluciones que sean reparadores por igual del daño sufrido por todos los sujetos sociales.
Finalmente, porque la economía con perspectiva de género o feminista ha sido una de las apuestas científicas que con mayor solidez han criticado el fundamentalismo de mercado y los valores relacionados con el homo economicus que están detrás de las posiciones ideológicas neoconservadoras que han inspirado las políticas que directamente han llevado a desatar la crisis en los últimos años.
Así mismo, asumimos la hipótesis de que para poder llevar a cabo un análisis riguroso y operativo de la crisis desde la perspectiva de género es necesario no limitarse solamente, como habitualmente se viene haciendo, a contemplar los cambios producidos en el mercado de trabajo sino también en el cómputo total y en reparto de las horas de trabajo y de los recursos que las personas necesitamos para sobrevivir.
2. LAS CAUSAS DE LA CRISIS2.
La bajada de los tipos de interés en Estados Unidos a partir de 2001 originó en poco tiempo un clima de gran efervescencia financiera. Para mantener la rentabilidad con tipos de interés tan reducidos, los bancos trataron de ampliar al máximo la oferta de préstamos y créditos y especialmente los de ayor riesgo de morosidad (hipotecas sub-prime) puesto que éstos se podían conceder con tipos más elevados.
Entre otras cosas, recurrieron masivamente a la "securititation", un procedimiento que les permite sacar papel del balance (los contratos de préstamo) que no proporcionan más rentabilidad que las cuotas de reintegro y obtener a cambio liquidez para poder seguir dando más créditos y obtener nuevas ganancias. Así se multiplicó una oferta multimillonaria de productos financieros “derivados” de los contratos originales que se colocaban en el 2 Diferentes visiones generales sobre la crisis en Blackburn, Robin (2008). "La crisis de las hipotecas ’subprime’". New Left review, nº 50, pp. 53-96; Recio, Albert (2009). "la crisis del neoliberalismo". Revista de Economía Crítica, nº 7, primer semestre, 2009; Torres, Juany Garzón, Alberto (2009). "La crisis financiera. Guía para entenderla y explicarla". Attac, Madrid.
mercado a través de los bancos y los fondos de inversión que les servían de "vehículo" para transferirlos. Incluso llegaron a "envasar" o "empaquetar" las hipotecas más arriesgadas para disimular de esa forma su baja calidad (tan baja que llegaron a conocerse en la jerga bancaria como “hipotecas basura”, un término que ha terminado por dar nombre a la gran recesión iniciada en 2008).
Nacieron así infinidad de nuevos productos financieros muy opacos y sofisticados pero muy rentables que colmaron la demanda de inversión especulativa de los ahorradores de todo el mundo.
Sin embargo, cuando el sector inmobiliario saltó por los aires y la burbuja especulativa falló estrepitosamente, todos esos productos perdieron prácticamente todo su valor y los bancos hipotecarios estadounidenses comenzaron a quebrar provocando con ello tres efectos paralelos. Por un lado, la subsiguiente descapitalización o quiebra de otros bancos que habían invertido una parte de su capital en los productos financieros que los primeros habían puesto en circulación y que con el incremento de la morosidad dejaban de tener valor, o lo perdían de modo sustancial. Por otro lado, una desconfianza generalizada entre las entidades bancarias. Y finalmente el bloqueo prácticamente total de la financiación interbancaria lo que, a su vez, trajo consigo la paralización y caída en picado de la actividad económica por falta de recursos crediticios.
La consecuencia es bien conocida y se ha traducido en la caída de la producción industrial, en la del comercio mundial, de la inversión, del consumo y, en general, de toda la actividad económica y del empleo, de modo que prácticamente todos los países más avanzados entraron en la fase conocida
como recesión económica.
Las condiciones inmediatas que provocaron la crisis hipotecaria El estallido de la crisis a partir del verano de 2007 tienen unas causas inmediatas bastantes claras.
En primer lugar, el estallido de una inmensa burbuja inmobiliaria en Estados Unidos que había sido alentada por las políticas de bajo tipos de interés y por una insaciable oferta de créditos por parte de la banca.
En segundo lugar, la desregulación que se llevó a cabo en los últimos años en todos los países pero muy particularmente en los Estados Unidos que dio una libertad sin precedentes para especular de cualquier forma en los mercados financieros y para poner en marcha una auténtica ingeniería orientada a crear liquidez de activos a través de cualquier tipo de procedimiento, por muy arriesgado que fuese y por muy perjudicial que resultase para la actividad productiva.
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