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Crisis Mundial

Inminente Colapso Económico Mundial

USA: PROCEDIMIENTO DE QUIEBRA

Por Giulietto Chiesa – 6 de Noviembre de 2010

 

 

 

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La noticia del día, que no habéis encontrado en las primeras páginas de los periódicos, es ésta: los Estados Unidos de América, han comenzado con el procedimiento de quiebra.

Sin decirlo específicamente, pero igualmente se entiende.

¿Cómo? La Federal Reserve, es decir el Banco Central americano, anuncia la “compra” de 600 mil millones de dólares. Lo llaman compra (purchase) en términos técnicos, pero hay que leer “imprime”. Otros 350-500 mil millones de dólares serán tomados de la deuda que la Fed ya ha adquirido, proveniente de los derivados tóxicos de las hipotecas fáciles, e “invertidos”. Leyes introducidas en el mercado.

Total: alrededor de 1 billón de papel, simple papel, que el Banco Central de los Estados Unidos imprime para comprar los títulos de la deuda pública americana. La mano izquierda le eroga el dinero a la mano derecha.

Si a éstos se les agregan (y hay que hacerlo, porque entran en el balance) los casi 800 mil millones ya impresos para salvar los bancos americanos de la quiebra, se llega a un trillón y 800 mil millones de dólares.

Una creación de moneda que no tiene precedentes en la historia de todos los tiempos.

 

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¿Por qué lo hacen? Bastan sólo algunas cifras. En el 2007 la China compró casi la mitad (exactamente el 47%) de las nuevas emisiones de cupones americanos. En el 2008, en plena crisis financiera, China redujo la mitad, alrededor del 20%. El año pasado las compras chinas bajaron drásticamente casi a cero. Llegando al 5%.

En estas condiciones ya no hay forma de igualar la balanza comercial de los Estados Unidos.

Con una deuda de tales dimensiones es necesario además introducir en el balance los 300 mil millones de intereses anuales a pagar. ¿Cómo? Nadie lo sabe.

 

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No queda otra cosa que recurrir al juego de las tres tablillas y a apuntar la pistola en la sien al resto del mundo. La neo presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, ha reaccionado inmediátamente acusando a los Estados Unidos de hacer pagar la propia crisis a todos los demás. De hecho el primer efecto será una ulterior devaluación del dólar. Pero la situación es mucho más grave que un alza inflacionaria mundial, por cuanto ésta pueda pesar. Estos son los síntomas de una gigantesca perturbación que se acerca. El físico Guido Cosenza, en un librito áureo suyo llamado “El enemigo insidioso”, define como "transición de fase" sobre el plano económico-social, una situación como ésta, similar al pasaje del agua del estado líquido al gaseoso. Proceso que conocemos con el nombre de ebullición.

Estamos empezando a hervir. Lo que significa, precisamente en términos económicos y sociales, el inicio del colapso.

A quienes anunciaban el inminente final de la crisis, la recuperación económica, un nuevo crecimiento del PBI, ahora se les debe recordar que mentían, probablemente por estupidez.

 

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A quienes nos han creído o a los que no se han dado cuenta, habrá que advertirles para que se preparen a un declive cercano y por lo tanto dramático.

Cuando Larry Summers (uno de los principales bancarroteros intelectuales y prácticos del planeta) fue convocado por Barack Obama para entrar en su gobierno dijo (bancarrotero pero no estúpido): “¿Por cuánto tiempo más el mayor deudor del mundo podrá seguir siendo la máxima potencia?”

 

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Y la América, ex imperio que aún no lo sabe, mandando a paseo a Obama, demuestra que no pretende renunciar a su posición dominante. Un grave problema para todos, porque América ya no puede seguir imponiendo su voluntad, precisamente porque ya no es más un imperio. Ésto nos dice que ellos están en bancarrota y todos nosotros estamos en problemas y mientras los sigamos dejando hacer lo que quieren, nosotros pagaremos las consecuencias.

 

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http://www.megachipdue.info/tematiche/kill-pil/4983-usa-pratiche-di-fallimento.html

La Próxima Crisis Alimentaria

Especular con el hambre: el mundo, ante la próxima crisis alimentaria

 

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Representación de los cuatros ginetes del Apocalipsis

 

 

 

 

Comerciar con el hambre: los inversores apuestan por la subida de las materias primas en las bolsas a futuros. La apuesta tiene consecuencias: el mundo se enfrenta a la próxima crisis de alimentos.

 

La historia algunos ya la conocen: un ambicioso joven dramaturgo quiere escribir una obra sobre los codiciosos héroes del mundo de las finanzas. El escritor quiere entender qué es lo que motiva a su héroe. Pero nadie puede explicarle qué es lo que decide el curso de los parqués bursátiles. La bolsa de cereales de Chicago se demuestra como algo incomprensible, cada razón presentada es una "montaña de grano" a través de la cual no se consigue ver ni tan siquiera a los propios actores implicados. El autor, Bertolt Brecht, se dio por vencido; y comenzó a estudiar a Marx. Entonces fue cuando, en sus propias palabras, comprendió de verdad su propia obra. Todo ello ocurre en 1928, el año inmediatamente anterior al comienzo de la Gran Depresión.

 

 

 

Los negocios en bolsa pueden llevar a la muerte. Porque en el mercado de valores se comercia también con alimentos y se determina el precio de los mismo para miles de millones de personas.

 

 

 

En nuestras latitudes la pobreza no equivale a morirse literalmente de hambre. Pero para más de mil millones de personas la malnutrición es algo muy real. Igual de real que la enorme cantidad de alimentos que se producen anualmente, suficientes para alimentar a mucha más gente de la que existe en la población mundial actual. A pesar de todo ello se adivina en el horizonte que la próxima crisis mundial será de otro tipo: una crisis de alimentos.  

 

 

 

Una vez más

Una vez más. Hace unos pocos días miles de personas protestaron en la capital mozambiqueña de Maputo contra el aumento del precio del pan y de la energía. La policía disparó contra los manifestantes. Hubo al menos diez muertos. Ya en el 2007 y en el 2008 aumentaron dramáticamente los precios de los alimentos. Se duplicaron y triplicaron para el trigo, el arroz y el maíz, que alcanzaron, en parte, su precio más alto desde hacía 30 años. El precio del arroz, por ejemplo, aumentó casi un 180% en menos de dos años. Todos prestan atención a la crisis financiera y bancaria mientras entre bastidores da comienzo una crisis de alimentos de una dureza inimaginable. Al menos 120 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza. Gracias a la globalización muchos países del Sur han dejado de exportar alimentos y deben importarlos. La hambruna hace estallar los motines: ya se han registrado revueltas en más de 30 estados.

Mientras en Alemania se jura y perjura que la economía se recupera, los precios para el café, el cacao, el azúcar y los productos lácteos se disparan al alza en todo el mundo. Lo mismo vale para los mercados de futuros de cereales, soja y arroz. Los principales centros comerciales se encuentran en Nueva York (NYMEX/COMEX) y en Chicago, donde opera la Cámara de Comercio de Chicago (CBOT, por sus siglas inglesas) fundada en 1848, y la Chicago Mercantile Exchange (CME), fundada en 1898. En Europa los alimentos y materias primas se comercian en las bolsas de futuros de Londres, París (Matif), Ámsterdam y Frankfurt am Main (Eurex), también en Mannheim y, desde 1998, incluso en Hannover. Por doquiera se comercia con productos agrarios, pero no de manera presente y al natural, sino a mucha distancia y en unidades estandarizadas. Los contratos de compraventa se fijan para una fecha determinada en el futuro y reciben justamente ese nombre: "futuros". Así se puede, por ejemplo, comerciar con cereales antes de que sean cosechados: un negocio especulativo con los ingresos y precios de los productos agrícolas de los próximos meses.

El precio del pan

A finales de 2007 los principales actores de los mercados financieros (no solamente de los hedge fonds) huyeron en estampida de los desequilibrios causados por la crisis financiera y los títulos tóxicos sin ningún valor para adentrarse en la especulación con alimentos y materias primas. Las bolsas de mercancías a futuros se vieron de súbito abarrotadas y la consecuencia fue una explosión del precio de las materias primas y del petróleo. Inevitablemente, aumentaron los precios de todas las mercancías con las que se comercia en las bolsas de valores normales. Fondos como los creados por los bancos se llevaron otro potosí a pesar de la crisis. En Alemania el Deutsche Bank se publicitaba a los inversores anunciando brillantes prospectivas de ganancias gracias a los precios al alza de los productos agrícolas.

La ministra alemana de agricultura, Ilse Aigner (CSU), ha anunciado recientemente que quiere poner en marcha una campaña contra la especulación abusiva en los mercados agrarios en la cumbre agraria en enero de 2011 en Berlín y también en la cumbre del G-20 en junio de 2011. Pero Aigner traiciona sus propias promesas rápidamente, pues hasta la fecha no cuenta ni con propuestas ni con conceptos. El tema es para ella «muy complejo». Y uno quisiera añadir: y el gobierno federal se lo toma más bien con calma. Porque en septiembre de 2010 se disipó nuevamente el pánico a una amenazadora bancarrota estatal en Grecia, España o Portugal, de modo que el precio tanto de los empréstitos del estado como del interés bajó en picado. Pero incluso así los especuladores, tras tomar sus botines a los cada vez más endeudados estados, retornaron a las bolsas de futuros para sobrevivir a base de comerciar con alimentos y materias primas. Los chinos o los brasileños experimentan pequeños milagros económicos en sus respectivos países. Una buena y abundante comida es un símbolo importante de estatus social, mucho más importante aún que el automóvil. Una razón más para ver lucrativas posibilidades de inversión que sobre todo que proporcionen ganancias rápidas: los agrofuturos satisfacen plenamente este objetivo.   

El júbilo de los especuladores   

En el 2007 y el 2008 hubo malas cosechas de cereales en Australia, uno de los mayores exportadores de grano del mundo. En el 2010 hubo una sequía catastrófica en Rusia. Las pérdidas de cosechas han disparado el precio el pan más del 20% en Rusia. Si el gobierno en Moscú restringirá o no el comercio –el primer ministro Vladimir Putin prolongó de inmediato la prohibición de exportación de grano–, es algo que preocupa a los especuladores en júbilo. No se comercia con todos los alimentos en las bolsas a futuro, pero sí con los más importantes para la nutrición de la población mundial, como el trigo, el arroz, la soja y el maíz.

Las autoridades reguladores de la Commodity Futures Trade Comission (CFTC), que centran su atención en las bolsas de futuros de los EE.UU., han constatado repetidamente que la determinación del precio en los agrofuturos ya no tiene nada que ver con la oferta y la demanda ni las estimaciones de cosecha y ventas. Las manías de los mercados hacen fluctuar los precios radicalmente. Aunque la producción de alimentos apenas crezca o se estanque, las cifras de los agrofuturos se multiplican y se multiplican. Si hace un par de años se comerciaba todavía con unas 30.000 acciones de futuros en trigo al día en Chicago, hoy han subido ya a más de 250.000. 

Obviamente especulan con ellas los grandes señores del capital como el Deutsche Bank o el BN Paribas, pero no, claro está, con su propio nombre, sino a través de fondos especiales creados a tal efecto, que especulan con todo un paquete de productos agrarios. Sus resultados se han incrementado meteóricamente en los dos últimos años. Cuantos más especuladores se encaminan a los parqués, más demoledores son los efectos de su actividad en los precios de los alimentos. Sólo el dos por ciento de los agrofuturos negociados conducen a una transacción real de las mercancías –esto es: a la entrega de la mercancía a cambio de dinero antes de que expire la fecha del contrato. Todo lo demás es pura especulación –con el incremento o la caída de precios –y sólo sirve al enriquecimiento. 

La danza de San Vito de las bolsas

El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas inglesas) ha calculado una cesta con los alimentos más importantes del planeta Tierra, de los cuales –aunque no todos se comercian en las bolsas– aumentan sus precios sin tocar aparentemente techo. Así, en los países más pobres aumentaron del 2007 al 2009 los precios de los alimentos entre un 30 y un 37% y en el 2008 de nuevo entre el 37 y el 40%. Le sigue una cierta recuperación en el verano de 2009, pero desde diciembre de 2009 la tendencia del índice de la FAO apunta nuevamente hacia un incremento. 

Los expertos de la FAO advierten cifras en mano del estallido de la próxima crisis de hambre, a la que apenas se podrá poner freno. Porque la especulación prácticamente sin riesgos en las bolsas de futuros es un negocio multimillonario para el que se necesita todavía menos capital neto que en el comercio de acciones. El negocio corrompe la existencia de una producción sostenible, porque en todo el mundo los campesinos intentan seguir el baile de San Vito de las bolsas para poder conseguir al menos los restos. Malas noticias, pues, para los pobres de este mundo: ellos pagan la cuenta del rally en las bolsas a futuros. Y lo hacen con millones de hambrientos, con decenas de miles de muertos. 

Michael R. Krätke, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam, investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad y catedrático de economía política y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.

 

 

Traducción parawww.sinpermiso.info: Àngel Ferrero

Entrevista al Nobel de Economía Paul Krugman: EE.UU. Se Está Hundiendo En La Oscuridad

Las luces se apagan en todo Estados Unidos, literalmente. La consecuencia lógica de tres décadas de retórica antigubernamental, un discurso persistente que ha convencido a numerosos votantes de que un dólar recaudado en concepto de impuestos es siempre un dólar malgastado, que el sector público es incapaz de hacer algo bien, ha dado resultados. Según Paul Krugman, hoy las  ciudades apagan su alumbrado púbico, recortan el sostenimiento de la salud y precarizan la enseñanza.  Y esto no solo ocurre en Colorado Springs: abarca desde Filadelfia hasta Fresno. (aquí el texto completo**)
Paul Krugman / Economista y Premio Nobel 2008*
Estados Unidos se sume en la oscuridad
Krugman: "... cuando salvamos el
puesto de trabajo de un profesor,
eso ayuda al empleo; cuando damos
más dinero a los multimillonarios,
es muy posible que la mayor parte
de ese dinero quede inmovilizado".

Un país que en su día asombró al mundo con sus visionarias inversiones en transportes, desde el canal de Erie hasta el sistema de autopistas interestatales, ahora se halla en un proceso de despavimentado: en varios Estados, los Gobiernos locales están destruyendo carreteras que ya no pueden permitirse mantener y reduciéndolas a grava.
Y una nación que antaño valoraba la educación, que fue una de las primeras en ofrecer escolarización básica a todos sus niños, ahora está haciendo recortes. Los profesores están siendo despedidos, y los programas, cancelados. En Hawai, hasta el curso escolar se está acortando de manera drástica. Y todo apunta a que en el futuro se producirán todavía más ajustes.
Nos dicen que no tenemos elección, que las funciones gubernamentales básicas -servicios esenciales que se han proporcionado durante generaciones- ya no son viables. Y es cierto que los Gobiernos estatales y locales, duramente azotados por la recesión, están faltos de fondos. Pero no lo estarían tanto si sus políticos estuvieran dispuestos a considerar al menos algunas subidas de impuestos.
Y en el Gobierno federal, que puede vender bonos a largo plazo protegidos contra la inflación con un tipo de interés de solo el 1,04%, no escasea el dinero en absoluto. Podría y debería ofrecer ayuda a los Gobiernos locales y proteger el futuro de nuestras infraestructuras y de nuestros hijos.
Pero Washington está prestando ayuda con cuentagotas, y hasta eso lo hace a regañadientes. Debemos dar prioridad a la reducción del déficit, dicen los republicanos y los demócratas centristas. Y luego, casi a renglón seguido, afirman que debemos mantener las subvenciones fiscales para los muy adinerados, lo cual tendrá un coste presupuestario de 700.000 millones de dólares durante la próxima década.


¿Cómo hemos llegado a este punto? Es la consecuencia lógica de tres décadas de retórica antigubernamental, una retórica de la derecha política que ha convencido a numerosos votantes de que un dólar recaudado en concepto de impuestos es siempre un dólar malgastado, que el sector público es incapaz de hacer algo bien.



En la práctica, buena parte de nuestra clase política está demostrando cuáles son sus prioridades: cuando se les da a elegir entre pedir que el 2% de los estadounidenses más acaudalados vuelvan a pagar los mismos impuestos que durante la expansión de la era Clinton o permitir que se derrumben los cimientos de la nación -de manera literal en el caso de las carreteras y figurada en el de la educación-, se decantan por esto último.
Es una decisión desastrosa tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, esos recortes estatales y locales suponen un pesado lastre para la economía y perpetúan el desempleo, que es devastadoramente elevado.
Es crucial tener en mente a los Gobiernos estatal y local cuando oímos a la gente despotricar sobre el desbocado gasto público durante la presidencia de Obama. Sí, el Gobierno federal estadounidense gasta más, aunque no tanto como cabría pensar. Pero los Gobiernos estatales y locales están haciendo recortes. Y si los sumamos, resulta que los únicos incrementos relevantes en el gasto público han sido en programas de protección social, como el seguro por desempleo, cuyos costes se han disparado por culpa de la gravedad de la crisis económica.
Es decir que, a pesar de lo que dicen sobre el fracaso del estímulo, si observamos el gasto gubernamental en su conjunto, apenas vemos estímulo alguno. Y ahora que el gasto federal se reduce, a la vez que continúan los grandes recortes de gastos estatales y locales, vamos marcha atrás.
Pero ¿no es también una forma de estímulo el mantener bajos los impuestos para los ricos? No como para notarlo. Cuando salvamos el puesto de trabajo de un profesor, eso ayuda al empleo sin lugar a dudas; cuando, por el contrario, damos más dinero a los multimillonarios, es muy posible que la mayor parte de ese dinero quede inmovilizado.
¿Y qué hay del futuro de la economía? Todo lo que sabemos acerca del crecimiento económico dice que una población culta y una infraestructura de alta calidad son cruciales para el crecimiento. Las naciones emergentes están realizando enormes esfuerzos por mejorar sus carreteras, puertos y colegios. Sin embargo, en Estados Unidos estamos reculando.
¿Cómo hemos llegado a este punto? Es la consecuencia lógica de tres décadas de retórica antigubernamental, una retórica que ha convencido a numerosos votantes de que un dólar recaudado en concepto de impuestos es siempre un dólar malgastado, que el sector público es incapaz de hacer algo bien.



Todo lo que sabemos acerca del crecimiento económico dice que una población culta y una infraestructura de alta calidad son cruciales para el crecimiento. Las naciones emergentes están realizando enormes esfuerzos por mejorar sus carreteras, puertos y colegios. En Estados Unidos estamos reculando.



La campaña contra el Gobierno siempre se ha planteado como una oposición al despilfarro y el fraude, a los cheques enviados a reinas de la Seguridad Social que conducen lujosos Cadillac y a grandes ejércitos de burócratas que mueven inútilmente documentos de un lado a otro. Pero eso, cómo no, son mitos; nunca ha habido ni de lejos tanto despilfarro y fraude como aseguraba la derecha. Y ahora que la campaña empieza a dar frutos, vemos lo que había realmente en la línea de fuego: servicios que todo el mundo, excepto los muy ricos, necesita, unos servicios que debe proporcionar el Gobierno o nadie lo hará, como el alumbrado de las calles, unas carreteras transitables y una escolarización decente para toda la ciudadanía.
Por tanto, el resultado final de la prolongada campaña contra el Gobierno es que hemos dado un giro desastrosamente equivocado. Ahora, EE UU transita por una carretera a oscuras y sin asfaltar que no conduce a ninguna parte.


 



Escuelas, carreteras y hospitales con futuro incierto. Temas vitales para el desarrollo de una nación y que en los Estados Unidos están en franco retroceso.



*Nacido en 1953, es economista, divulgador y periodista norteamericano, cercano a los planteamientos neokeynesianos. Actualmente es profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton. Desde 2000 escribe una columna en el periódico New York Times. En 2008 fue galardonado con el Premio Nobel de Economía.

 

 

Fuente: http://www.elarcadigital.com.ar/modules/suplementos/articulo.php?id=119

Los EE.UU. Al Borde Del Abismo

El nuevo informe de la OCC, el Office of Comptroller of the Currency, el organismo gubernamental que tutela los bancos estadounidenses, que depende del tesoro americano, ha salido el 23 de junio del 2010. Titulado “OCC y OTS Release Mortgage Metrics Report for First Quarter of 2010”, este informe hace un balance de la situación sobre las hipotecas inmobiliarias (no comerciales) estadounidenses, sobre su cantidad, sobre su distribución por categorías, pero, sobre todo, enumera las incautaciones inmobiliarias en curso (1). Siendo un organismo gubernamental de control sobre los bancos, sus datos son excepcionales bajo el punto de vista cualitativo: datos que demuestran que la economía estadounidense está en fase avanzada de destrucción, es decir, en completa contradición con lo que se puede leer en la prensa.

Para comenzar, es necesario saber que el conjunto de los créditos inmobiliarios no comerciales en los EEUU suman 5.947.548 millones de dólares, es decir, más del doble del PIB de la Francia.

Ahora, este informe de la OCC nos informa que el 87,3 % de estas hipotecas son reembolsadas (ver en el cuadro la parte evidenciada en rojo, “current and performing”), lo que significa que el 12,7% de estas hipotecas en este momento se encuentran en dificultad. Los EEUU tienen por lo tanto una deuda inmobiliaria bruta de 755.330 millones de dólares. No olvidemos que el 20 de septiembre del 2008 Paulson, secretario del tesoro, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, así como Christopher Cos, presidente de la SEC, empiezan a mirar al TARP, Trouble Asset Relief Program, que permitirá recobrar 700 mil millones de dólares, constituidos por MBS (mortgage-backed securities, un título hipotecario), al fin de colmar las deudas de las instituciones financieras.

Se deberá por consiguiente predisponer un segundo TARP, y después un tercero, dado que también el sector inmobiliario comercial se encuentra en zona de riesgo, según un informe publicado por el COP, el Congressional Oversight Panel (Congreso EEUU). En efecto, habrá un enorme crack inmobiliario, con casi 1,4 billones de dólares de créditos inmobiliarios comerciales que volver a financiar en 3 años, es decir, se deberán encontrar 466,6 miles de millones cada año. A mi parecer, esta es una cifra por debajo del valor real, la suma real oscilaría, desgraciadamente, alrededor de 600 mil millones.

Los “pequeños bancos” estadounidenses no sobrevivirán a este crack, asistiremos por lo tanto a una superconcentración del sector bancario. Los EEUU deberán por consiguiente, si todo va bien, encontrar unos 1,2 billones dólares este año, para salvar a los bancos del agujero negro inmobiliario. (2) Aún más inquietante es el hecho de que los procedimientos de incautación inmobiliaria han aumentado un 8,5% en el primer trimestre del 2010 (esto a pesar de la re-negociación y la modificación de la mayor parte de las hipotecas), con 1.170.874 procedimientos.

Es decir que hay 12.866 procedimientos de incautación al día, en los Estados Unidos, miles de familias son echadas a la calle. La cantidad de personas sin hogar no está por disminuir (ver a tal propósito: http://gillesbonafi.skyrock.com/2886448330-L-explosion-des-SDF-aux-USA.html)

¡Se puede decir que no ha habido ningún milagro Obama!

Vale la pena recordar que los Estados Unidos tienen una deuda total (pública y privada) de 52.859.000 millones de dólares, es decir el 375% de su PIB, incluso mayor respecto al PIB mundial; esta deuda está por agravarse aún más y debería alcanzar los 400 mil millones antes de finales de año. Afortunadamente las agencias de rating son todas americanas, porque los problemas de Grecia no son nada comparados con ésto.

Es interesante notar que Ayn Rand ha sido la ninfa Egeria de Antono La Vey, de los liberistas y de Alan Greenspan, presidente de la Federal Reserve hasta el 2006. Este último es además uno de los responsables de la crisis actual, a causa de su política de tipos de interés bajísimos y subidos brutalmente. Ha hecho pasar también los tipos de interés preferenciales de la FED (el banco central de los Estados Unidos) del 1% del 25 de junio del 2003, al 4,5% (con un precio máximo del 5,25% al 29 de junio del 2006), en el día de sus dimisiones, el 31 de enero del 2006. Esta es la verdadera causa de la crisis de las hipotecas subprime (hipotecas inmobiliarias a riesgo), que empezó históricamente en el segundo trimestre del 2006 a causa del realce de los tipos de interés, el cual ha provocado después la desparición de mensualidades enteras de aquellos que habían estipulado una hipoteca. ¡Se cuenta de todo sobre las causas de esta crisis, que no se puede atribuir de cierto a los bancos, sino al banco central americano, la FED!

Ayn Rand ha escrito en su libro “La rivolta di Atlante” (La revolución de Atlántida), publicado en el 1959:

“Cuando se puede constatar que el comercio no se hace por consentimiento, sino por una reacción compulsiva – cuando se puede constatar que, para producir, es necesario lo primero de todo obtener el permiso de hombres que no producen nada – cuando se puede constatar que el dinero afluye hacia aquellos que no dispensan bienes, sino favores – cuando se puede constatar que los hombres se enriquecen más con la seducción y las presiones sobre los demás, que con el trabajo y que las leyes no os protegen de dichos hombres, sino que al contrario se protegen ellos mismos de vosotros – cuando se puede constatar que la corrupción es recompensada y la honradez se vuelve un sacrificio – entonces se sabe que la sociedad está condenada”.

 

Gilles Bonafi es profesor y analista económico. Colabora regularmente con mondialisation.ca.

Fonte: http://gillesbonafi.skyrock.com/

Link: http://gillesbonafi.skyrock.com/2888091133-Crise-systemique-les-USA-au-bord-du-gouffre.html 

28.06.2010

 

Notas:

 

(1) Fonte: http://www.occ.treas.gov/ftp/release/2010-69a.pdf

(2) Fonte: http://www.agefi.fr/articles/Limmobilier-commercial-americain-prepare-nouvelle-vague-defaillances-1126571.html

 

http://www.comedonchisciotte.org/site/modules.php?name=News&file=article&sid=7243

Otra Grave Crisis Económica En Puertas, Vuelve La Gran Depresión

Inestabilidad sistémica: hacia una recaída en la recesión
Mike Whitney


Los avatares de la deuda que pesa sobre Grecia han subido al techo los tipos de interés de los bonos y han aumentado las posibilidades de default. Una reestructuración de la deuda griega golpeará a los acreedores en Alemania y Francia que están insuficientemente capitalizados para administrar las pérdidas. Los ministros de finanzas, jefes de estado de la UE y el Banco Central Europeo han respondido enérgicamente para tratar de evitar otro desplome bancario que pueda sumergir al mundo en una recesión. Han creado un Fondo de Estabilización Europeo de casi mil billones de dólares para calmar a los mercados y alejar a los especuladores. Pero el contagio ya se ha extendido a España, Portugal e Italia, donde sus líderes han comenzado a recortar agresivamente el gasto público e iniciado programas de austeridad. Estos programas de ajuste en la Eurozona harán decrecer la demanda agregada y amenazarán la frágil recomposición. Estamos en un punto de inflexión crítico.


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Desde American Banker

 “Las cotizaciones bursátiles de los bancos cayeron la semana pasada bajo la teoría de que las compañías bancarias tendrán grandes pérdidas en Europa. La teoría está en lo cierto. Los bancos serán dañados.” Escribió Richard Bove, de Rochdale Securities LLC, en una nota de investigación.

Bove señaló en otro informe de la pasada semana que “los grandes bancos americanos tienen más intereses de lo que se cree en este drama”. Él estima que JPMorgan Chase tiene una exposición en torno a 1,4 mil millones de dólares en toda Europa, mientras que Citigroup Inc. tiene 468,4 mil millones de dólares (N de la T: en la jerga financiera, se entiende por exposición al hecho de estar sujeto a un riesgo).

Varios analistas han señalado que los grandes bancos estadounidenses tienen lazos ocultos con la región a través de sus contrapartes de ultramar. Los Bancos del tipo money-center [1] negocian derivados financieros, intercambian divisas y realizan otras transacciones con grandes bancos europeos. Los bancos de EEUU pueden no tener mucha deuda soberana en Europa, pero esas instituciones europeas sí. Si Grecia entra en cesación de pagos, podría generarse una crisis de confianza en el mercado bancario europeo que se extendería a los grandes bancos estadounidenses.


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 “Obviamente, los bancos europeos tienen una exposición financiera con Grecia. Los bancos americanos han colocado préstamos en estos bancos”, dice Keith Davis, un analista de Farr Miller & Washington. “La exposición puede asumir variados canales –no es difícil imaginar cómo puede expandirse el incendio-”. (Europe’s debt Crisis, US Banks Exposure", Paul Davis and Matt Monks, American Banker)

China y los EEUU han comenzado a resguardarse y a perseguir políticas deflacionarias. China ya fue sorprendida con un repentino aumento del 14,5% del renminbi sobre el euro en los últimos 4 meses, lo que empezó a dañar las exportaciones. Pero los líderes chinos también están tratando de desinflar la burbuja inmobiliaria que se formó por políticas monetarias laxas y el estímulo de una masiva inyección fiscal de 600 mil millones de dólares. En lugar de secar la liquidez mediante el incremento de las tasas de interés (lo que podría fortalecer el renminbi), China está aumentando los estándares de concesión de préstamos para poner más presión sobre los especuladores. Es una estrategia circular para lidiar con problemas serios. Esto es del The People`s Daily online:


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 “El 16 de abril, el Consejo de Estado extendió una serie de medidas para frenar el mercado inmobiliario doméstico en medio de las preocupaciones sobre las burbujas de activos. Estas medidas incluyen una paga inicial del 30% para quienes compran su primera vivienda de más de 90 m2, y del 50% más aumentos del tipo de interés hipotecario para los compradores de segundas viviendas. El gobierno también impuso una prohibición temporaria de las solicitudes hipotecarias para quienes deseen adquirir terceras viviendas y adquisiciones en otras ciudades Shanghai será la tercera región después de Pekín y Shenzhen en tener reglamentos sobre la compra de propiedades”, dijo Sun.

Al colocar los pies en el freno, China probablemente limitará los problemas derivados de la explosión de la burbuja crediticia, pero también ralentizará la inversión, que es el principal motor del crecimiento. Esto deja a los expertos divididos sobre el futuro que le espera al gigante asiático; muchos creen que China se dirige a un “aterrizaje forzoso”. Aquí va un extracto del administrador de fondos de riesgo Hugh Hendry, con un particular y sombrío pronóstico:

 “La composición del crecimiento chino se ha sometido a un cambio potencialmente traicionero: ante la ausencia de demanda extranjera en expansión para sus exportaciones, ha apostado por un masivo aumento en el crédito bancario doméstico para avivar su tasa de crecimiento. Además, cuando se lo mide en términos relativos al tamaño de su economía, el salto de 27 puntos porcentuales en los préstamos bancarios respecto al PIB no tiene precedentes; en ningún momento de la historia hubo una nación que intentara tal inusitado incremento en la dirección estatal del crédito bancario.


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Qué gran cambio: de una bestia exportadora a un adicto al crédito. ¿Quién podría haberlo pensado en 2001, el año en que todo comenzó a ir bien para China? ...China se ha convertido en el mayor prestamista del mundo, después de haber amasado cerca de 2,3 billones de dólares de intercambio comercial sobre nosotros. De todos modos, el espectro de una nación prestamista que obtiene ganancias comerciales persistentes tiene presagios históricos que no auguran nada bueno. Ha sucedido sólo dos veces antes, con la economía estadounidense en la década de 1920 y con la economía japonesa en los 80.” ("China: Hugh Hendry warns investors’ infatuation is misguided" UK Telegraph)

La economía china marcha con sobreinversión, subconsumo y muy ajustados márgenes de.beneficios. Una ralentización de la economía china sólo acentuará la recesión en la UE, al reducir la cantidad de liquidez en el sistema. Esto conducirá a una contracción del crédito y a la caída de la demanda. Las presiones deflacionarias siguen creciendo.




Los derroteros de China y Europa aparecen en un mal momento para los Estados Unidos, donde la recuperación es tan débil que la Reserva Federal no ha aumentado el tipo de interés por encima de cero en más de 14 meses, ni vendido ninguno de los 1,7 mil billones de reservas en la forma de activos “tóxicos”. Si hubiera un destello de luz al final del túnel, la Reserva Federal ya habría aumentado los tipos de interés. Así las cosas, Ben Bernanke se ha resistido a vender cualquiera de los títulos respaldados con hipotecas (mortgage backed securities) que compró a los bancos en crisis. Está preocupado por el hecho de que aun una pequeña subasta –digamos, de 20 o 30 mil millones de dólares— podría desviar la liquidez de los mercados y enviar las cotizaciones bursátiles en picada. A la timidez de Bernanke, le subyace la severidad de la depresión. No se arriesga en lo absoluto.

El reciente incremento en Gastos de Consumo Personal fue el resultado de transferencias gubernamentales, ya que de otro modo, estos gastos permanecerían sin modificaciones. El estímulo fiscal de 787 mil millones de dólares de Obama no ha restaurado el gasto en consumo a los niveles previos a la crisis o creado los cimientos para una recuperación autosostenida. Al final del tercer trimestre, el estímulo disminuirá (excluyendo otra burbuja de activos) y la contracción se reanudará. La burbuja del mercado de valores –diseñada especialmente por el programa de monetización de Bernanke y las inyecciones de liquidez- no ha reducido el desempleo, ni reactivado la actividad económica o cercenado la deflación. A continuación, una cita del economista principal de Gluskin Shef, David Rosenberg, quien ofrece un buen resumen de la marcha de la economía:

Por cierto que existen señales clásicas de que la recesión en los Estados Unidos finalizó el pasado verano… Pero la depresión continúa. El ingreso personal es cerca de 500 mil millones de dólares menos de lo que lo fue en su máximo hace 16 meses, y esto nunca ha ocurrido antes de salir de cualquier recesión técnica…


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Al margen del impacto tardío de todo el estímulo gubernamental y del impacto de la acumulación de inventarios, la economía no está creciendo… Si se toma la información del gobierno a valor nominal, los últimos cuatro trimestres han promediado sólo un 1,38% en términos de ventas finales reales, lo cual las sitúa en la trayectoria post recesión más débil de toda la historia… el gobierno ha hecho todo lo que pudo para perpetuar el ciclo de gastos de consumo aun a pesar de que tales gastos ya representan un porcentaje récord por encima del 70% del PIB. Más aun, una vez que finalice la moratoria sobre las ejecuciones hipotecarias, y que el gobierno no intente seguir jugando con las fuerzas del mercado y permitiendo que se revelen los verdaderos precios, el valor de las viviendas seguirá su camino descendente, lo cual es evidente en todas las series de datos. Hay un exceso de 5 millones de viviendas vacías en todos los Estados Unidos actuando como un gran lastre sobre el precio de los inmuebles…

El informe sobre pequeña empresa de la Federación Nacional de Negocios Independientes está mostrando que el crecimiento económico está, como mínimo, estancado. ("Why the depression is ongoing", David Rosenberg, Gluskin Sheff & Associates)


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Cerca de 800 mil millones de dólares en estímulos fiscales apenas consiguieron colocar la economía en el terreno de los números positivos. Fuera de la reconstitución de inventarios, el PIB creció solo un 1,38% (como señala Rosenberg) “una de las trayectorias post recesión más débiles de toda la historia”. En los Estados Unidos, los consumidores se enfrentan a un duro porvenir; escasas oportunidades de empleo, crecimiento acelerado de deudas personales, incrementos salariales estancados, y acceso cada vez más restringido al crédito. Los consumidores están demasiado apretados como para sacar del barro a la economía, y Wall Street lo sabe. Esta es la razón por la que Bernanke ha defendido tan ferozmente los instrumentos de deuda de alto riesgo y la titulización de activos, [2] porque representan los únicos medios con que mantener la rentabilidad en una economía estancada. La batalla sobre los derivados financieros es la batalla por el futuro mismo del capitalismo.

Nadie ha escrito de manera más brillante o persuasiva sobre el estancamiento que padecen las economías capitalistas maduras que el historiador de la UCLA, Robert Brenner. En la introducción de su libro de 2006, “The Economics of Global Turbulence”, Brenner explica el defecto estructural inherente al capitalismo, el cual inevitablemente conduce a la crisis. [3] He aquí un párrafo (aunque el libro merece ser leído en su totalidad):

 “La principal fuente de la crisis actual es el declive constante de la vitalidad de las economías capitalistas avanzadas a lo largo de tres décadas, tras ciclos de auge y depresión, uno tras otro, hasta llegar al presente. La debilidad de largo plazo de la acumulación de capital y de la demanda agregada ha estado enraizada en un profundo declive de todo el sistema y el fracaso en la recuperación de la tasa de retorno del capital, lo que resulta principal, pero no solamente, de una persistente tendencia a la sobrecapacidad (sobreoferta) en las industrias manufactureras mundiales. Desde el comienzo del largo ciclo de declive en 1973, las autoridades económicas evitaron el tipo de crisis que históricamente asoló el sistema capitalista mediante el recurso de endeudarse pública y privadamente cada vez más para subsidiar la demanda. Pero ellos solamente lograron un mínimo de estabilidad y al costo de un estancamiento cada vez más pronunciado, a medida que el creciente endeudamiento y el fracaso para eliminar la sobre-capacidad dejaron la economía con cada vez menos capacidad de reacción frente a los estímulos...”


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Para enfrentar este estancamiento permanente, Brenner dice que la Reserva Federal se embarcó en un plan que usaría a las “corporaciones y los hogares, más que al gobierno; en consecuencia, impulsaría la economía mediante enormes sumas de préstamos y de gasto público, posibilitado por el incremento histórico de su riqueza en los papeles. Ellos mismos lo permitieron acumulando históricos aumentos en los precios de activos, esto último animado por el bajo costo de los préstamos. Los déficits privados, empresariales y de los hogares, remplazarían entonces al déficit público. El nudo de todo el proceso sería una incesante oferta de crédito barato para avivar los mercados de activos, a la larga asegurados por la Reserva Federal” ("What’s Good for Goldman Sachs is Good for America: The Origins of the Current Crisis", Robert Brenner, Center for Social theory and comparative History, UCLA, 2009)

La crisis actual no es accidental. El sistema se está comportando tal como fue diseñado. Las bajas tasas de interés, laxos criterios de otorgamiento de crédito, derivados maximizando el apalancamiento financiero, incluso flagrantes fraudes en el mercado de valores, todos han sido implementados para sortear el defecto estructural básico del capitalismo –su tendencia de largo plazo hacia el estancamiento-. Naturalmente, este cocktail letal de políticas ha generado una mayor inestabilidad en el sistema e incrementado la posibilidad de otro desplome.




¿ La Gran Depresión, segunda parte?

Existen muchas semejanzas entre la actual crisis y los eventos que tuvieron lugar durante la Gran Depresión. Como señala la periodista Megan McArdle, la Gran Depresión también tuvo “dos partes”; el crack del mercado estalló en 1929 y fue seguido un año y medio después por una caída aun más profunda en 1932. La segunda fase de la Gran Depresión comenzó en Europa. A continuación, citamos un pasaje de su artículo:

La Gran Depresión estaba compuesta por dos pánicos separados (…) las condiciones económicas creadas por el primer pánico royeron los cimientos de instituciones financieras y gobiernos, y señaladamente, provocaron el fracaso de Creditanstalt en Austria. El gobierno austríaco, enredado en sus propios problemas, no pudo anticiparse a la bancarrota (y) el contagio se expandió. Hacia Alemania. Esta fue una de las razones por las que los nazis consiguieron el poder. También fue una de las razones por las que tuvimos nuestra segunda crisis bancaria, que empujó a los Estados Unidos al fondo de la Gran Depresión, y aquí le dió el poder a la Reserva Federal. ("Why Should You Be Freaked Out About Greece? Remember, The Great Depression Had Two Parts", Megan McArdle, businessinsider.com)


http://www.elcatolicismo.com.co/tools/microsThumb.php?src=recursos_user/imagenes//noticias/nacionales/crisis.jpg&w=300



Con la implementación de los programas de austeridad a lo largo de todo el Club Med (Grecia, Portugal, España e Italia) los superávits externos de Alemania se secarán y el PIB de la Unión Europea se achicará. Los esfuerzos para enfriar la economía china tendrán igualmente efectos sobre el crecimiento mundial, al ahogar la liquidez y ralentizar la inversión total. Las restricciones sobre el gasto impactarán adversamente en el estímulo fiscal de los EEUU, y acelerará la tasa de deterioro. El clima político ha cambiado en ese país y no hay más apoyo público suficiente para una segunda ronda de estímulos. Sin otro paquete de estímulos, la economía caerá nuevamente en la recesión hacia finales de 2010.

NOTA T.: [1] Bancos cuyo negocio está concentrado en la intermediación entre grandes inversores, gobiernos y grandes empresas en lugar de consumidores, por ejemplo, JPMorgan, Citigroup y Bank of America Corporation]. [2] La titulización o segurización de activos es un procedimiento que consiste en agrupar instrumentos financieros similares, por ejemplo, deudas hipotecarias, para transformarlos en un nuevo instrumento negociable). [3] Robert Brenner es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso. Un buen resumen de su visión de la catual crisis del capitalismo puede encontrarse AQUÍ.

Mike Whitney es un analista político independiente que vive en el estado de Washington y colabora regularmente con la revista norteamericana CounterPunch.

Traducción para www.sinpermiso.info: Camila Vollenweider    

El 2010 Para El Mundo Económico

2010: ¿Qué se puede esperar?
Juan Torres López

 

 

Es inevitable que al iniciarse un nuevo año nos preguntamos por lo que puede depararnos y parece evidente en ese sentido que lo que suceda en materia económica tendrá mucho que ver con el desarrollo de la crisis. Pero no es fácil establecer con seguridad lo que puede ocurrir en los próximos meses con una crisis que se manifestó con una contundencia devastadora y que, sin embargo, ha dado señales de ir amainando con rapidez para muchos inusitada.

En mi opinión, las claves para tratar de predecir el futuro económico inmediato se encuentran en el tipo de mal que ha afectado a la economía mundial y en lo que hasta ahora se ha hecho y se ha dejado de hacer para enfrentarlo. Lo que ha sucedido parece que está bien claro. Las desigualdades y la desregulación financiera crearon un caldo de cultivo que ha terminado por producir una bancarrota bancaria prácticamente generalizada, de la cual se derivó una letal escasez de financiación que frenó la actividad económica y destruyó millones de empleos en todo el mundo. Lo que se ha hecho frente a ello no ha sido poco, desde luego, pero está por ver si es suficiente.

La masiva intervención gubernamental en forma de nacionalizaciones bancarias y ayudas de todo tipo a los bancos, de gigantescas inyecciones de liquidez y de masivos planes de gasto público ha evitado lo que sin duda hubiera sido un colapso sin precedentes de la economía mundial y el inicio de una depresión de incalculables consecuencias.

Tan contundentes y amplias han sido esas medidas que, en un tiempo verdaderamente récord, muchas economías han vuelto a registrar tasas positivas de crecimiento o, al menos, han frenado su caída. Aunque eso no significa ni mucho menos que hayan entrado definitivamente en la senda de la recuperación.

La cuestión central de la que depende lo que ocurra en los próximos meses radica en saber si el efecto que han producido estas medidas será sostenido durante el tiempo suficiente para que la actividad se restaure tomando ritmo por sí misma y se recupere el empleo.

Puestos a aventurar escenarios se podría pensar que eso es lo que pueda ocurrir casi con toda seguridad en Estados Unidas, donde los programas de gasto son más potentes y donde tienen un lapso temporal más amplio. Pero que, por el contrario, podrían producirse problemas en Europa si predominan las tesis más fundamentalistas que ya han empezado a reclamar que se ponga fin al gasto extraordinario y se vuelvan a disciplinar los presupuestos públicos.

Pero, incluso a pesar de que las autoridades económicas europeas están mostrando mucho menor savoir faire frente a la crisis que las estadounidenses, lo más seguro es que la tozudez de los hechos les obligue a renunciar a sus continuas proclamas y que tengan que aceptar que los estados sigan apoyando con fuerza a sus economías. Una apresurada y errónea confianza en su fortaleza que llevara a poner trabas a este apoyo podría traer gravísimas consecuencias, sobre todo, para los países que, como señalaré enseguida, corren el riesgo de no poder seguir el cambio de tendencia de los más fuertes.

Pero si las intervenciones masivas han evitado el colapso y están permitiendo que las economías al menos mantengan el tipo, sería ingenuo creer que con ellas se han hecho desaparecer los factores de inestabilidad y riesgo sistémico que provocaron la crisis.

Hay que tener en cuenta, por el contrario, que no se han adoptado terapias que eran imprescindibles y que algunas de las medidas aplicadas tienen a la larga consecuencias claramente contraproducentes que quizá comiencen a manifestarse más pronto que tarde.

No se olvide, sobre todo, que el sistema financiero y bancario cuyo irracional y perverso modo de funcionamiento provocó la crisis no se ha reformado, y que, aunque ahora se esté operando con más obligadas cautelas, lo cierto es que no se han puesto en marcha mecanismos de supervisión y control acordes con el peligro potencial que todavía encierra el sistema.

En realidad, lo que ha provocado el principio de que había que actuar porque los bancos quebrados o que podían quebrar eran demasiado grandes para dejarlos caer es la consolidación de bancos aún más grandes pero, por tanto, mucho más peligrosos si, como está sucediendo, se les deja actuar bajo la misma lógica de los últimos años.

Téngase en cuenta, por ejemplo, que la regulación contable adoptada ha servido para disimular y no poner en claro la situación patrimonial real de los bancos (el Fondo Monetario Internacional estima que la mitad de los 3 billones de dólares de sus perdidas estimadas -más bien a la baja- no han sido aún reconocidas), que no se están frenando incipientes burbujas en diversos mercados y que, mientras que la economía sigue sin financiación bancaria, los bancos más potentes, como los grandes españoles, dedican miles de millones a especular y a comprar entidades, aumentando su dimensión y diversificando su balance para tratar simplemente de consolidar su poder de mercado.

No se puede descartar, por tanto, que haya brotes renovados de crisis bancarias a lo largo del año. Además, y aunque se han apuntado algunas líneas de actuación, no puede decirse que se hayan tomado medidas que supongan un avance sustancial en la reorientación del modelo productivo. En ningún caso, las que podrían suponer un freno a la financiarización de las economías y a la desigualdad crecientes. A la vista de cómo han evolucionado las bolsas y la gestión de los patrimonios, puede decirse más bien lo contrario: la crisis está sirviendo para que quienes se hacen ricos a través de la especulación financiera lo sean en aún mayor medida.

Por otro lado, las imprescindibles medidas de gasto que se han debido adoptar están provocando un incremento de la deuda global y de la liquidez que podrían ser materialmente indigeribles a corto y medio plazo si la economía productiva no se pusiera en funcionamiento rápidamente con la misma aceleración. A corto plazo, la deuda que se está generando es una buena fuente de ganancias para los ahorradores y la liquidez ingente agua de mayo para los financieros pero puede empezar a desbordarse si la producción real no responde enseguida. En ese caso, los bancos centrales comenzarán a elevar los tipos de interés (quizá este mismo año) poniendo de nuevo en jaque al capital productivo, pero si la situación prosiguiera solo una inflación galopante o un plan militar de inusitado alcance podrían echar abajo el soufflé que se está cocinando.

Finalmente, otras recesiones, incluso de menor intensidad que la actual, ya han puesto de manifiesto que el empleo se recupera con un considerable retardo respecto al crecimiento y que su efectos inmediatos y subsiguientes son de una gran desigualdad, de modo que casi con toda seguridad las economías (incluida la española) recuperarán solo muy lentamente las tasas de ocupación, si es que realmente llegan a mejorar este año, y verán aumentar la polarización social.

Pero posiblemente el peor problema que pudiera darse en 2010, además de que el ciclo tomara forma de W y volviera a ralentizarse el crecimiento, es que algunos países de las periferias, como Grecia o incluso España en la Unión Europea, no pudieran seguir la dinámica de recuperación y entrasen en depresión o vieran empeorar peligrosamente sus registros macroeconómicos, algo que posiblemente pueda o no descartarse a tenor de lo que ya haya sucedido y no se ha conocido aún en el último trimestre de 2009. Si esto se produjera, estaríamos ya hablando de un año con algo más que problemas económicos.

Juan Torres es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla.

La iglesia capitalista pierde fieles

 

La iglesia capitalista pierde fieles

Una encuesta de la BBC, realizada con ocasión del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, muestra que, también en los países industrializados, retrocede la aceptación del sistema económico dominante. El texto que sigue es parte de una de las intervenciones de Krätke en las Jornadas SinPermiso celebradas en Madrid el pasado fin de semana.

Nadie habla ya del “final de la historia”. Veinte años después del desplome del “socialismo realmente existente” y tras una serie de crisis financieras y cracs bursátiles, al capitalismo no le va nada bien. Subitánea e inopinadamente, muchos profesionales del oportunismo se declaran keynesianos de toda la vida y ponen por obra políticas clientelares. Ya sólo juran por el (neo)liberalismo pequeñas minorías bienhabientes que de la política esperan, sobre todo, esto: que se les envíe el cordial mensaje del “enriqueceos”.

La mayoría sospecha algo

Ello es que los fieles desertan del capitalismo. En el vigésimo aniversario de la caída del Muro, y a modo de contribución a la celebración de un capitalismo triunfante, la británica BBC ha publicado los resultados de una encuesta mundial que difícilmente pudieron animar la “Fiesta de la Libertad” berlinesa del 9 de noviembre.

Sólo una minoría –no más del 10% de la población— comparte aún la extraña fe del carbonero [juego de palabras con Köhler (“carbonero”), apellido del actual presidente de la República alemana y antiguo presidente del FMI; n.t.], según la cual la “economía de libre mercado” funciona a pedir de boca, y cualquier intento de regulación de ese milagrero sistema no hace sino estorbarlo. En cambio, casi una cuarta parte de la población mundial se muestra convencida de que el capitalismo es un sistema económico irreparable e irreformable, y de que lo deseable es una alternativa. Una ajustada mayoría –el 51% de los encuestados— es de la opinión de que la reproducción capitalista, aun seriamente tocada, puede llegar a reanimarse con reformas dentro del sistema y con una regulación más intensa.

Los críticos del capitalismo, en sus distintas variantes, constituyen, así pues, una mayoría del 74%. Hay que recordar que, en una encuesta análoga llevada a cabo en 2005 por el Instituto Globscan en 20 países, había todavía una mayoría del 63% que tenía al capitalismo por el mejor sistema posible.

Entre junio y septiembre de 2009, Globscan volvió a entrevistar por encargo de la BBC a unas 30.000 personas en 27 países, entre ellos 5 Estados de la Europa occidental y 4 de la Europa oriental, los EEUU y Japón, así como el grupo BRIC, en el que están Brasil, Rusia, India y China. Se incluía también a tres países africanos, dos asiáticos, así como Chile, México y dos naciones centroamericanas, además de Canadá, Australia, Pakistán y Turquía. Los más resueltos partidarios del capitalismo se hallan en los EEUU (25%) y en Pakistán (21%); los más hostiles, en Francia (43%), México (38%), Brasil (35%) y Ucrania (31%). Alemania constituye un caso particular: sólo el 8% de nuestros connacionales considera reemplazable el capitalismo; hasta en los EEUU hay más partidarios de un cambio de sistema. Con todo y con eso, tres de cada cuatro entrevistados alemanes piensa que el vigente régimen económico tiene serios fallos que deberían corregirse con reformas. En Francia, uno de cada dos encuestados es de esa opinión.  

Tenemos, además, en Alemania un 16% de encuestados inamovibles en su opinión de que el capitalismo es imbatible, menos, ciertamente que en los EEUU, pero desde luego más que en la Gran Bretaña (13%) o en Francia (6%). Las cifras ofrecidas por Globscan permiten, sin embargo, inferir que casi nadie suelta lágrimas por la desaparición del socialismo realmente existente. La disolución de la Unión Soviética no se lamenta mayoritariamente en la mayoría de países. En las excepciones –Rusia, Ucrania e India—, grandes grupos de encuestados son de otra opinión. Las experiencias en carne propia de los modos de proceder del capitalismo en sus naciones podrían ser aquí decisivas.

En 17 de los 27 países encuestados por Globscann, la mayoría (un 56% en promedio) quiere que los gobiernos regulen más vigorosamente. En Brasil (87%), Francia (76%), España (73%), China (71%) y Rusia (68%), las intervenciones estatales en la vida económica encuentran el mayor aplauso. En Alemania el porcentaje de los partidarios de la intervención estatal ronda el  45%, pero una clara mayoría del 77% de los alemanes quiere que la riqueza se distribuya de manera más justa.

Lavado cotidiano de cerebros

En suma: regulación, sí; redistribución, sí; propiedad pública de los medios de producción, sí; pero con reservas. A escala mundial, el “sistema económico mixto” cuenta con más amigos que el capitalismo “puro”. Una mayoría sabe, o intuye, que el capitalismo sólo ha logrado sobrevivir hasta ahora porque nunca ha sido propiamente capitalismo.

Los resultados de una encuesta realizada simultáneamente por el Instituto Globscan sobre la política económica en la crisis (22 mil encuestados en 20 países) muestran asimismo claros perfiles. Una mayoría en 13 de los 20 Estados quiere un aumento significativo del gasto público, a fin de estimular la economía. El mayor porcentaje lo encontramos en China (94%); el menor, en los EEUU (pero llega al 50%) y, sorprendentemente, en Japón (con un 38%). En lo atinente a medidas concretas, las inversiones en energías renovables y en tecnologías verdes cuentan con un elevado consenso (72%). En conjunto, el 62% de los encuestados se muestra favorable al apoyo público a los sectores económicos en dificultades que amenazan su misma existencia, aunque la mayoría favorable a los rescates bancarios cae aquí hasta un modesto 51%. Una clara mayoría del 60% piensa que los beneficios y las pérdidas en la llama crisis financiera se han distribuido injustamente.

La múltiple crisis mundial, cuyas dimensiones no han comprendido hasta el día de hoy ni los gobernantes ni el grueso de los aparatos de los partidos en Alemania, es también una crisis de fe. Siempre fue el capitalismo una cultura y una religión de la vida cotidiana que se imponía oportunamente a sangre y fuego a los infieles mediante el lavado de cerebro cotidiano, sobre todo en el puesto de trabajo. El fanatismo de los conversos, los exmarxistas y excomunistas tan proteicamente representados en la intelectualidad alemana federal, se cuenta aquí entre lo peor con que uno pueda toparse. De todas maneras, las elites alemanas se alegrarán de que el abanico de los anticapitalistas siga siendo reducido y podrían seguir mirando displicentemente a los infieles y reluctantes franceses. 

Michael R. Krätke, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam, investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad y catedrático de economía política y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.

Paul Krugman Pide una Moneda China Más Fuerte, Pero Todos Se Oponen


La reciente petición del premio Nobel de Economía Paul Krugman de una moneda china más fuerte "es errónea", y una medida tal no es positiva para las economías ni estadounidense ni china, afirmó un experto estadounidense en un artículo publicado en la página web de la revista Forbes.

Shaun Rein, fundador y director administrativo del Grupo de Investigación de Mercados de China, una empresa de investigación sobre mercados, afirmó que revaluar la moneda china, el renminbi, en estos momentos podría "poner en peligro la inestable recuperación económica del mundo."

Krugman, quien también es columnista para el diario The New York Times, escribió recientemente en un artículo titulado "Mundo desequilibrado" que China ha devaluado mucho el renminbi, y pidió al gobierno de Estados Unidos que pida una moneda china más fuerte.

Citando la opinión de Krugman de que China tiene que fortalecer el renminbi para reducir el déficit comercial con EEUU y espolear la economía mundial, Rein argumentó que "es mejor para las empresas estadounidenses que China mantenga las actuales tasas de cambio del renminbi hasta que la recuperación económica sea más sólida."

Rein declaró que si se apreciase el renminbi, se eliminarían miles de millones de dólares del poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses, lo que afirmó satíricamente que no haría que la próxima temporada de festividades "fuera una época tan feliz."

Con la tasa de desempleo de EEUU en el 10,2 por ciento, la peor en más de 26 años, los consumidores estadounidenses ya tienen que estirar su dinero para compras mucho más de lo que han hecho en mucho tiempo, escribió.

Con respecto a los efectos de un renmimbi más fuerte en China, que no es inmune a la actual crisis mundial, Rein dijo que incluso una pequeña apreciación de la moneda podría provocar que cerrasen miles de fábricas más, dejando a millones de personas desempleadas.

"Eso no sería bueno ni para China ni para nadie más", aseguró, advirtiendo que una posible crisis en la economía china podría afectar a las exportaciones de EEUU a China.

"Incluso aunque se apreciase la moneda china, la producción simplemente se trasladaría a países más baratos, como Vietnam, y no a EEUU", explicó.

"A menos que se den una serie de reformas estructurales en la economía de EEUU, un renminbi más fuerte no reducirá el superávit comercial de ninguna de las formas", destacó.

Rein señaló además que el mayor problema actual en el mundo con respecto a las monedas "no es un renmimbi débil sino un dólar débil."

Un dólar débil es peligroso "porque implica que los países no estarán tan dispuestos a comprar bonos del Tesoro y financiar así la recuperación de EEUU", dijo Rein.

"Un dólar débil no ayudará a aumentar las exportaciones. Sólo hará que las cosas sean más caras para los estadounidenses", porque las empresas extranjeras se trasladarán a países con bajos costes de producción como Vietnam, explicó.

En su artículo, Rein también pidió a la administración del presidente Barack Obama que se centre en cómo reforzar el dólar pagando las deudas, en lugar de "perder el tiempo" con el asunto del renminbi.

El déficit estadounidense ascendió a un récord de 1,42 billones de dólares en el año fiscal 2009.

Por coincidencia, en el otro lado del océano Atlántico, un experto en negocios del famoso diario británico Daily Telegraph escribió un artículo sobre la moneda china, expresando un punto de vista muy similar al de Rein. El artículo estaba titulado "Es hora de dejar de machacar a China por su moneda", y publicado el pasado miércoles en la página web del diario.

El autor, Jerry Warner, arremetió contra la prensa occidental, que según él está unida en contra de la postura de China sobre la reforma de la moneda, y mostró mucha simpatía hacia la postura china.

Sobre la revaluación del renminbi, Warner dijo que es perfectamente razonable que China lo haga a su propio ritmo. "Beijing no se atreve a ir más rápido a la hora de revaluar su moneda porque la demanda interna está creciendo muy rápidamente."

"Los países occidentales se han aprovechado de los países en vías de desarrollo por demasiado tiempo", dijo, pidiendo que se dé un reequilibrio del poder geo-político y económico por el bien del mundo entero y de la próxima generación.


Fuente: http://www.argenpress.info/2009/11/estados-unidos-segun-paul-krugman-un.html