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Crisis Mundial

Capitalistas Quieren Aplicar el Inviable Keinesianismo a Nivel Planetario

El nuevo mercado: El capitalismo intenta convertir en "rentable" la pobreza




Martes 17 de Noviembre de 2009

Reciclando "población sobrante"
El nuevo mercado: El capitalismo intenta convertir en "rentable" la pobreza
Por Manuel Freytas (*)

(IAR Noticias) 07-Noviembre-09

El sistema capitalista no sólo arroja al hambre, la marginalidad, la desprotección social, las privaciones y las enfermedades, a miles de millones de seres humanos en el planeta, sino que ahora, además, sus expertos andan estudiando la manera de reciclar esa masa mayoritaria de desecho humano y social que deja la explotación del hombre por el hombre, en nuevos mercados con "potencialidad de desarrollo" y vetas de rentabilidad asegurada.

Por Manuel Freytas (*)
manuelfreytas@iarnoticias.com
Informe especial



Dentro de los parámetros funcionales del sistema capitalista (establecido como "civilización única") la "población sobrante" son las masas expulsadas del circuito del consumo como emergente de la dinámica de concentración de riqueza en pocas manos.

Estas masas, que se multiplican por las periferias de Asia, África y América Latina, no reúnen los estándares del consumo básico (supervivencia mínima) que requiere la estructura funcional del sistema para generar rentabilidad y nuevos ciclos de concentración de activos empresariales y fortunas personales.

Además, esa masas expulsadas del circuito del consumo, requieren (para darle una pantalla "compasiva" al sistema) de una estructura "asistencialista" compuesta por la ONU y las organizaciones internacionales que representan una carga y un "pasivo indeseable" en los balances de gobiernos y empresas trasnacionales a escala global.

Hasta ahora los pobres solamente revisten rentabilidad electoral para los políticos del sistema.

Mediante las politicas asistencialistas "clientelistas" los políticos consiguen un mercado electoral cautivo con la pobreza. De hecho, el modelo capitalista vigente ha industrializado el "mercado de la pobreza" como estrategia para conseguir votos y contener los estallidos sociales.

Paralelamente (Líbano, Irak, Gaza, Afganistán, Pakistán, Sudán, Somalía, y Sry Lanka, entre otros) se han convertido en teatros experimentales de exterminio militar en masa de "población sobrante" que funcionan bajo la carátula operativa de la "guerra contra el terrorismo".

Fuera de la órbita del "asistencialismo" electoralista, o de una posible "solución final" maltusiana con el exterminio militar, la pobreza, la masa mundial de "población sobrante", no parece tener cabida en los planes del capitalismo.

Según la ONU, con "menos del 1%" de los fondos económicos que han utilizado los gobiernos capitalistas centrales para salvar al sistema financiero global (bancos y empresas que han desatado la crisis económica), se podría resolver la calamidad y el sufrimiento de miles de millones de personas (más de la mitad de la población mundial) que son víctimas de la hambruna a escala mundial.

¿Y porqué no se hace? Por una razón de fondo: Los pobres, los desamparados, la "población sobrante", no son un "producto rentable" para el sistema capitalista.

No obstante, no son pocos los expertos que, desde el sistema capitalista, estudian y diseñan (aunque parezca una fantasía increíble) proyectos para reciclar la pobreza (la masa de "población sobrante") en un mercado segmentado rentable con baja inversión.

Reciclando "población sobrante"



En un artículo titulado "La mejor forma de vender a la base de la pirámide", The Wall Street Journal en español señala este viernes que "Alrededor del mundo, cuatro mil millones de personas viven en la pobreza. Y las compañías occidentales están batallando por convertirlas en clientes".

Los visionarios de los negocios -continúa- llevan una década argumentando que estas personas, conocidas como la base de la pirámide, conforman un mercado inmenso e infrautilizado. Algunas de las mayores y más astutas empresas han querido responder a sus necesidades básicas vendiéndoles desde agua limpia a electricidad.

Sin embargo, una y otra vez, las iniciativas han desaparecido sin dejar huella. ¿Por qué? Porque estas compañías tenían una visión completamente equivocada, afirma el diario en su artículo.

Para decirlo de modo sencillo, añade: la base de la pirámide no es, en realidad, un mercado. Es cierto que esos miles de millones de personas de bajos recursos tienen mucho en común. Y no han adaptado sus comportamientos y presupuestos para dar cabida a los productos en sus vidas. Un mercado de consumo es nada más y nada menos que un estilo de vida construido en torno a un producto.

Usemos como ejemplo un caso conocido, señala el artículo del Journal: En los años 70, el agua embotellada era una idea extraña para la mayoría de los estadounidenses. No era parte del estilo de vida del consumidor de ese país. Tomó décadas para que un gran número de consumidores aceptara la idea de comprar algo que puede obtenerse gratuitamente del grifo, y convertir el agua embotellada en un gran negocio.

¿La respuesta?, se pregunta. Las compañías deben crear mercados -nuevos estilos de vida- para los consumidores pobres. Deben hacer que la idea de pagar por los productos parezca natural, deben inducir a los consumidores a que incorporen esos bienes a sus hábitos. Eso significa trabajar de cerca con comunidades locales en el desarrollo de productos y negocios, para lograr que la compra de esos productos sea interesante para los consumidores. Las compañías, además, deben adoptar una perspectiva de marketing amplia, para darles a los compradores el mayor número de motivos posible para probar los productos.

¿Cómo salvar la inercia en la base de la pirámide (léase pobreza mayoritaria)?, se pregunta el autor del artículo. La estrategia típica de tratar de convencer a la gente con una campaña informativa con frecuencia es una lucha larga y ardua.

En cambio -señala-, las compañías deberían empezar involucrando a la comunidad (de "población sobrante") en el proceso de crear, implementar y dar forma al negocio. La sensación de propiedad que esto comporta ayuda a asegurar que el interés en el producto de la compañía será amplio y sostenido.

La tesis (increíble y pesadillesca), publicada en el más influyente vocero periodístico del sionismo financiero de Wall Street, lanza una consideración final: al tratar de venderle a la base de la pirámide, las compañías deberían enviar mensajes positivos. En vez de decir que el producto aliviará sus penas, la empresa debe enfatizar cómo el producto hará que sus vidas sean más agradables.

Pero los proyectos para reciclar la pobreza en mercancía rentable no son privativos de las corporaciones privadas y de sus "tanques de pensamiento".

Una "oportunidad de negocios"



En un informe publicado en el 2007, titulado "Los próximos cuatro mil millones: mercado y estrategia de negocios en la base de la pirámide", el Instituto de Recursos Mundiales y la Corporación Internacional de Finanzas, la rama del Grupo Banco Mundial dedicada al sector privado, advierte que el segmento de la población del planeta ubicada en la base de la pirámide económica (BOP por sus siglas en inglés), representa un mercado potencial de unos cinco billones de dólares.

De acuerdo con los expertos del Banco Mundial el sector privado está descuidando la gran oportunidad de negocios que representan los 4.000 millones de pobres que hay en el mundo.

Se trata del primer estudio de este tipo en base a datos obtenidos a través de encuestas realizadas en hogares de unos 110 países.

El objetivo -según sus autores- es ayudar a las empresas a pensar más creativamente sobre la posibilidad de nuevos modelos de negocios que cubran las necesidades de mercados desatendidos (léase, la masa de pobreza generada por el propio capitalismo) y al mismo tiempo contribuyan con el desarrollo de los que menos tienen (¿¿??).

El informe del Banco Mundial, se ocupa de la masa de hombres y mujeres de Asia, África, Europa del Este, América Latina y el Caribe cuyos ingresos están por debajo de la línea de pobreza de las sociedades occidentales, pero que sumados representan un excelente potencial de negocios.

La mayoría de estas personas -según el documento- viven con menos de cuatro dólares diarios, no tienen acceso a servicios básicos, propiedad, cuentas bancarias o servicios financieros.

"Lograr que la población BOP ingrese a la economía formal debe constituir un elemento crítico para cualquier estrategia tendiente a generar riqueza y crecimiento inclusivo", dice el informe sin ruborizarse.

En tal sentido, sugiere atender las necesidades no satisfechas de este mercado como paso esencial para aumentar el bienestar, la productividad y el ingreso, ayudando así a las familias a encontrar un camino de salida de la pobreza. (¿¿??).

"Considerar a los pobres, que también son productores y distribuidores de una inmensa gama de bienes, no es un acto de caridad, sino una oportunidad de negocios", señala Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, aportando su granito de arena las tesis del reciclamiento rentable de la pobreza.

Casi la mitad de la población del planeta -según la ONU- sobrevive en estado de pobreza o por debajo de la escala de supervivencia, sin satisfacer sus necesidades básicas de alimentación.

Según el organismo, en el mundo ya hay más de 1.000 millones de personas que padecen hambre, la cifra más alta de la historia, y en todo el planeta hay 3.000 millones de desnutridos.

Todo indica que el "gran desafío" para los tanques de pensamiento del capitalismo europeo y estadounidense, consiste en reciclar esa masa mayoritaria de desecho humano y social que deja la explotación del hombre por el hombre, en nuevos mercados con "potencialidad de desarrollo" y vetas de rentabilidad asegurada.

La pobreza también es rentable, parece ser el nuevo eslogan implícito en las propuestas y proyectos que los expertos del sistema capitalista (generador de pobreza y "población sobrante") comienzan a desarrollar mediante tesis y teorías que parecen sacadas de un libro de psiquiatría.

¿Demencia decadente o realidad? El capitalismo sionista sigue su ruta.
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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias

http://www.iarnoticias.com/2009/secciones/contrainformacion/0080_pobreza_rentable_06nov09.html


Comentario del editor del blog

Esa propuesta es inviable y ciega a mediano plazo (20 años en adelante)...el sistema capitalista está reventando el planeta. Lo que sucede es que el sistema trata de aplicar las fórmulas Keinesianas para sobrevivir a su naturaleza de crisis (el capitalismo es un estado de crisis permanente, el último reflejo cultural de la crisis de la condición humana dada desde hace 6.000 años) La única salida es la transformación del sistema capitalista no en un sistema de tipo marxista (que también llevaría a una crisis planetaria, ya que Marx no ponía límites a los sistemas de producción, al ser antimalthusiano) sino en uno de tipo ecosocioprogresista, que está expuesto en las propuestas económicas de la Vía Campesina.

Mapa de Un Mundo Autodestructivo

 

 

Fuente:   http://www.unpuntoenelinfinito.com/mapamundial.html

 

Crisis Económica y Género

 

La crisis económica y sus alternativas: una perspectiva de género

 

1. INTRODUCCIÓN

Esta intervención parte del supuesto de que para poder entender la naturaleza de la crisis financiera que estamos viviendo y sus consecuencias de todo tipo es preciso tener en cuenta la situación desigual de los diferentes sujetos económicos y, en especial, la que afecta a mujeres y hombres en la vida económica.


Eso es así, al menos, por tres razones principales. En primer lugar porque entendemos que la crisis no se origina simplemente en la difusión global de productos financieros tóxicos a partir de las llamadas hipotecas sub-prime generadas en Estados Unidos. Si bien esa puede ser considerada su causa inmediata, lo cierto es que esta crisis ha alcanzado una dimensión gigantesca y global porque tiene causas mediatas o estructurales de más largo alcance socioeconómico e histórico.


En segundo lugar porque el propio desarrollo de la crisis conlleva efectos muy distintos sobre los hombres y las mujeres, de modo que si no se tiene en 1 Este texto resume las intervenciones de los autores en el Forum de Política Feminista de 2009 (mayo, Granada) que, a su vez, sirvieron de base para elaborar la ponencia “A feminist view of the financial crisis” que fue presentada más tarde en la Annual Conference de la International Association for Feminist Economics (IAFFE) celebrada en Boston cuenta este efecto desigual será imposible que se puedan adoptar soluciones que sean reparadores por igual del daño sufrido por todos los sujetos sociales.


Finalmente, porque la economía con perspectiva de género o feminista ha sido una de las apuestas científicas que con mayor solidez han criticado el fundamentalismo de mercado y los valores relacionados con el homo economicus que están detrás de las posiciones ideológicas neoconservadoras que han inspirado las políticas que directamente han llevado a desatar la crisis en los últimos años.


Así mismo, asumimos la hipótesis de que para poder llevar a cabo un análisis riguroso y operativo de la crisis desde la perspectiva de género es necesario no limitarse solamente, como habitualmente se viene haciendo, a contemplar los cambios producidos en el mercado de trabajo sino también en el cómputo total y en reparto de las horas de trabajo y de los recursos que las personas necesitamos para sobrevivir.

2. LAS CAUSAS DE LA CRISIS2.


La bajada de los tipos de interés en Estados Unidos a partir de 2001 originó en poco tiempo un clima de gran efervescencia financiera. Para mantener la rentabilidad con tipos de interés tan reducidos, los bancos trataron de ampliar al máximo la oferta de préstamos y créditos y especialmente los de ayor riesgo de morosidad (hipotecas sub-prime) puesto que éstos se podían conceder con tipos más elevados.
Entre otras cosas, recurrieron masivamente a la "securititation", un procedimiento que les permite sacar papel del balance (los contratos de préstamo) que no proporcionan más rentabilidad que las cuotas de reintegro y obtener a cambio liquidez para poder seguir dando más créditos y obtener nuevas ganancias. Así se multiplicó una oferta multimillonaria de productos financieros “derivados” de los contratos originales que se colocaban en el 2 Diferentes visiones generales sobre la crisis en Blackburn, Robin (2008). "La crisis de las hipotecas ’subprime’". New Left review, nº 50, pp. 53-96; Recio, Albert (2009). "la crisis del neoliberalismo". Revista de Economía Crítica, nº 7, primer semestre, 2009; Torres, Juany Garzón, Alberto (2009). "La crisis financiera. Guía para entenderla y explicarla". Attac, Madrid.


mercado a través de los bancos y los fondos de inversión que les servían de "vehículo" para transferirlos. Incluso llegaron a "envasar" o "empaquetar" las hipotecas más arriesgadas para disimular de esa forma su baja calidad (tan baja que llegaron a conocerse en la jerga bancaria como “hipotecas basura”, un término que ha terminado por dar nombre a la gran recesión iniciada en 2008).


Nacieron así infinidad de nuevos productos financieros muy opacos y sofisticados pero muy rentables que colmaron la demanda de inversión especulativa de los ahorradores de todo el mundo.


Sin embargo, cuando el sector inmobiliario saltó por los aires y la burbuja especulativa falló estrepitosamente, todos esos productos perdieron prácticamente todo su valor y los bancos hipotecarios estadounidenses comenzaron a quebrar provocando con ello tres efectos paralelos. Por un lado, la subsiguiente descapitalización o quiebra de otros bancos que habían invertido una parte de su capital en los productos financieros que los primeros habían puesto en circulación y que con el incremento de la morosidad dejaban de tener valor, o lo perdían de modo sustancial. Por otro lado, una desconfianza generalizada entre las entidades bancarias. Y finalmente el bloqueo prácticamente total de la financiación interbancaria lo que, a su vez, trajo consigo la paralización y caída en picado de la actividad económica por falta de recursos crediticios.


La consecuencia es bien conocida y se ha traducido en la caída de la producción industrial, en la del comercio mundial, de la inversión, del consumo y, en general, de toda la actividad económica y del empleo, de modo que prácticamente todos los países más avanzados entraron en la fase conocida
como recesión económica.


Las condiciones inmediatas que provocaron la crisis hipotecaria El estallido de la crisis a partir del verano de 2007 tienen unas causas inmediatas bastantes claras.


En primer lugar, el estallido de una inmensa burbuja inmobiliaria en Estados Unidos que había sido alentada por las políticas de bajo tipos de interés y por una insaciable oferta de créditos por parte de la banca.
En segundo lugar, la desregulación que se llevó a cabo en los últimos años en todos los países pero muy particularmente en los Estados Unidos que dio una libertad sin precedentes para especular de cualquier forma en los mercados financieros y para poner en marcha una auténtica ingeniería orientada a crear liquidez de activos a través de cualquier tipo de procedimiento, por muy arriesgado que fuese y por muy perjudicial que resultase para la actividad productiva.

Texto completo en archivo adjunto

 

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Aumenta desempleo en el Planeta (Lógica Capitalista)

Desempleo mundial: La OIT advierte sobre crisis social y protestas masivas

 


La no reactivación plena del consumo y la suba récord (indetenible) del desempleo mundial dispara alertas generalizadas de una crisis social con protestas masivas en gestación, principalmente en las potencias centrales con EEUU y Europa a la cabeza. Organismos claves del sistema como el FMI, la OIT, el Banco Mundial y el G-8 vienen advirtiendo en las últimas semanas que la desocupación mundial, además de impedir la recuperación de la crisis, es un caldo de cultivo de conflictos sociales y sindicales de difícil pronóstico a escala mundial.

El director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, advirtió el martes que el aumento del desempleo en los países más ricos está proyectando su "larga sombra" sobre la incipiente recuperación de la economía global tras la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial,

"Sigo muy preocupado por el aumento del desempleo", dijo el francés, según el cual la contracción del mercado laboral durará aún unos meses.

El FMI publicó el juevesde la semana pasada su informe de perspectivas económicas globales, en el que prevé que el desempleo alcanzará 10.1 por ciento en EEUU en 2010 y 12 por ciento en la eurozona en 2011.

La coyuntura está dando las primeras señales de recuperación después de una devastadora recesión, continuó Strauss-Kahn, pero la crisis no podrá darse por acabada mientras las principales economías del mundo sigan sin crear empleo.

El director del FMI también advirtió contra una salida precipitada de las medidas adoptadas por los gobiernos para reactivar la economía en plena crisis. Abandonarlas antes de tiempo "podría perjudicar la recuperación", sostuvo.

Según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), la crisis financiera -devenida en económica- empujó durante el 22009 a 61 millones de personas hacia la desocupación,  y en el mundo hay ahora 241 millones de trabajadores de brazos caídos, la mayor cifra de desocupados de la historia.

Según un informe de JPMorgan divulgado el martes, EEUU podría necesitar cuatro años, hasta 2013, para recuperar los empleos perdidos durante la crisis.

La primera economía mundial podría haber superado ya la recesión, pero las secuelas provocadas en el mercado laboral tardarán mucho más tiempo en borrarse, afirma el reporte.

JPMorgan señala que "a un ritmo de crecimiento del 3,5%, podría necesitarse hasta 2013 para recuperar los empleos perdidos" en la crisis. Desde 2007 la primera economía mundial ha perdido cerca de ocho millones de puestos de trabajo.

El informe augura un crecimiento del PIB del 3,5%, casi medio punto más que la media de los analistas, pero advierte que estas previsiones no impiden que los pronósticos sobre el mercado laboral sigan siendo desalentadores.

El pasado mes de septiembre se destruyeron otros 263.000 empleos en Estados Unidos, y la tasa de desocupación alcanzó el 9,8%, sus máximos valores de los últimos 26 años.

Este mismo fin de semana el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan auguró que la tasa de desempleo en EEUU superará el 10% y se mantendrá por encima de esa cifra durante algún tiempo.

Juan Somavía, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advirtió "Una recuperación sin empleo decente llevará a protestas masivas".

Somavía, que se encuentra en Argentina para reunirse con los ministros de Trabajo de América Latina, advirtió que al volver a crecer la economía, si la gente no ve mejoras laborales comenzará a demandar a los gobiernos un salvataje para el empleo como el que aplicaron para los bancos: de lo contrario, el descontento social se hará masivo.

El tema es "enfrentar la crisis con desarrollo, trabajo decente y protección social", dijo el director de la OIT durante una entrevista concedida al diario Clarín. Antes había advertido en la reunión del G-20 que: "una recuperación sin empleo decente no será socialmente o políticamente sostenible".

De acuerdo con el director de la OIT, que reúne a 182 gobiernos y a organizaciones sindicales y empresariales, el tema del empleo y la cuestión social están en el corazón de la crisis actual y, si esos dos temas no se corrigen, aunque haya recuperación económica no habrá solución.

El mismo G-20 reconoció en su último documento que no habrá reactivación económica sin generación de crecimiento con empleo.

Preguntado sobre si los gobiernos y los bancos escucharán a la gente en sus planteos de recuperar el empleo, Somavía respondió que si no lo hacen habrá una reacción nacional y mundial a nivel social. "La realidad es que no hay préstamos y están ganando plata. ¿Qué están haciendo con esa ganancias? ¿Están especulando nuevamente?", se preguntó durante su entrevista con Clarín.

Según el titular de la OIT, hay que establecer una relación más equilibrada y justa entre el crecimiento de la productividad y el crecimiento de los salarios. En los últimos 30 años, la masa salarial se contrajo con respecto al Producto Bruto Interno. Esa diferencia alimentó la especulación. Además se dio que aumentó la deuda de la gente porque sin buenos ingresos necesitó pedir plata.


Esta combinación -señala Somavía- armó el escenario que explotó en esta crisis. Si la relación entre la masa salarial y el crecimiento hubiera sido mejor, se habría evitado la especulación y el endeudamiento personal. Ahora no se trata de crear puestos público, al mercado hay que hacerlo funcionar para que dé otro resultado, más empleo.

En América Latina -continúa- no hubo crecimiento este año, pero se pronostica que crecerá en el próximo un 3%. Si esto sucede, veremos a mucha gente contenta, pero muchos otros van a decir: "a mí no me llega". Ahí vendrá la reacción social. Hasta ahora hubo problemas puntuales, pero "una recuperación sin empleo decente llevará a protestas masivas", advierte Somavía en la entrevista..

Por su parte, los ministros de Finanzas y las autoridades de los bancos centrales del G-7, reunidos en Turquía, advirtieron que las perspectivas de crecimiento de la economía mundial permanecen frágiles pese a los signos de recuperación de los últimos meses.

El grupo de las siete naciones más industrializadas, compuesto por Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia, aseguró que no había lugar para la complacencia.

El G-7 señaló que al no dar señales de mejoría el mercado laboral, es necesario mantener los planes de estímulo. "Mantendremos nuestras medidas de estímulo hasta que la recuperación esté asegurada", indicó en un comunicado.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial advirtieron el viernes pasado que la recuperación económica mundial podría fracasar si los gobiernos retiraran sus medidas de rescate demasiado pronto.

Refiriéndose a los pronósticos optimistas de salida de la recesión  el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, dijo en una conferencia de prensa que "El peligro hoy en día es el de la complacencia".

El jueves pasado,  el Fondo Monetario Internacional (FMI) informó que la economía estadounidense empezó a salir de la recesión pero el crecimiento sostenido tardará en llegar debido al alto desempleo y a un sistema financiero "desequilibrado".

La clave del estallido social

 
El malestar social que generan la quiebra de empresas con desocupación creciente y el deterioro de las condiciones salariales, así como el achicamiento de la capacidad de consumo, alimenta y exacerba el estado de frustración colectiva, provoca pérdida de confianza en los políticos y alienta las huelgas y protestas sociales que comienzan a extenderse por toda el planeta.

El colapso financiero con desaceleración económica y desempleo (por efecto de la contracción del crédito) exportada originalmente de EEUU se contagia aceleradamente por las economías del euro que afrontan crecientes huelgas y protestas sociales que han llevado a la Unión Europea a decretar alerta roja y una agenda de reuniones de urgencia para afrontar el terremoto económico con desocupación masiva.

En este escenario, la crisis social con protestas y huelgas (consecuencia de la caída del consumo y los despidos laborales) ya se perfila como un emergente de la crisis recesiva- laboral y se sigue extendiendo peligrosamente por toda la geografía europea y estadounidense.

A nivel social, esos procesos de rebelión social van a ser protagonizados por dos actores centrales: Los pobres y los desocupados expulsados del mercado del consumo.

No es el mercado (en sus distintas variantes macroeconómicas), sino que son los expulsados del mercado (los excluidos sociales) los que van a protagonizar el desenlace decisivo de la crisis global capitalista que se avecina.

Y hay una explicación lógica: La crisis financiera y la crisis recesiva, cuyo emergente inmediato es la quiebra y cierre de bancos y empresas, pueden ser reguladas y controladas por medio de la inyección de billonarios fondos por los gobiernos y los bancos centrales imperiales.

En cambio, para los efectos sociales de la crisis financiera recesiva (la desocupación y el achicamiento del consumo) no existe otro remedio que reocupar a la mano de obra expulsada  si se quiere evitar el colapso social y las revueltas populares.

Y para un capitalismo en crisis, cuya lógica funcional pasa por expulsar trabajadores para mantener su tasa de rentabilidad, esa es una tarea imposible.

Por lo tanto, los conflictos sociales son inevitables como desenlace.


Fuente: http://www.iarnoticias.com/2009/secciones/norteamerica/0099_pandemia_desocupacion_07oct09.html

¿Fin de la Crisis?

¿Se acabó la crisis?
Luis Paulino Vargas Solís


Especial para ARGENPRESS.info

Viene de meses atrás la historia de los “brotes verdes” (green shots), que presuntamente advertían acerca de la cercana superación de la recesión. A estas alturas, se da por un hecho que ya ese umbral ha sido traspuesto. Así lo afirma incluso Ben Bernanke, Presidente de la Fed estadounidense. Resulta sin embargo notable que la mayoría de las voces se expresan con cierta tímida cautela.

Repetitivamente se habla de una recuperación débil que, por muchos meses más, irá acompañada de un desempleo creciente. Y no faltan quienes adviertan que incluso el alza registrada en los últimos meses en las bolsas de valores podría haber sido excesiva. En concordancia con ese ambiente de optimismo contenido, son persistentes los llamados que se hacen a fin de mantener las excepcionales medidas de estímulo económico adoptadas por los gobiernos, así como de proceder con máximo cuidado a la hora de reducirlas. Por su parte, el vaivén de los indicadores económicos reafirma que la recuperación es endeble. Es como a modo de un enfermo que, al intentar levantarse de la cama, lo hace con paso trastabillante, arriesgando de continúo un costalazo que podría resultarle muy doloroso.

Y, en definitiva, ¿es cierto que quedó atrás la crisis? De seguro lograron evitar una catástrofe económica que pudo haber empequeñecido la depresión de los treinta. El caso es que viene a confirmarse lo que ya uno sabía: el capitalismo es un sistema que tiene cierta relativa capacidad para aprender de sus propias fallas, y además posee ductilidad suficiente para emerger –golpeado pero aún fuerte- de sus propios excesos y desordenes. Si se logró evitar el colapso económico en gran escala fue justo porque se sacó provecho de las enseñanzas acumuladas. Sin duda, esto resucita a John Maynard Keynes. Y a ver a qué contorsiones intelectuales recurre el neoliberalismo mundial para seguir escamoteándole su puesto como el principal economista-ideólogo del capitalismo durante el último siglo. A su lado, todos los santones del panteón neoliberal –de Friedman o Hayek a Buchanan o Becker- resultan un bonsái intelectual. Y, sin embargo, los desafíos futuros empequeñecen incluso a Keynes. Tampoco en él encuentra el capitalismo las respuestas que tanto le urgen.

Es evidente que esta débil recuperación ha comprometido un esfuerzo concertado de los poderes públicos a una escala sin precedentes en la historia del capitalismo. Jamás se vio un nivel de intervención estatal tan extraordinario ni una sincronización tan precisa de gobiernos y bancos centrales de todos los países ricos. Cierto que han existido diferencias de énfasis, las cuales sintéticamente se retratan en el contraste entre la ortodoxia relativa de Merkel en Alemania, frente a las agresivísimas políticas fiscales de Obama y Brown en Estados Unidos y Gran Bretaña. En cambio, es notable la coincidencia en un punto: la masiva movilización de recursos públicos destinados a salvar a los grandes bancos transnacionales estadounidenses y europeos, justo los principales responsables del desastre.

Enormes dudas e incertidumbres ponen sordina a los vacilantes cantos de victoria que se entonan. Propongo una breve y seguramente incompleta enumeración de las preguntas y problemas no resueltos.

- Las gigantescas intervenciones públicas dejan una enorme carga fiscal para el futuro. Sin excepción, todas las potencias capitalistas principales enfrentan la perspectiva de un aumento sostenido, a lo largo de un período muy extenso, de sus deudas públicas. En orden descendente los casos más agudos son los de Japón, Italia y Estados Unidos. En principio esto debería implicar menor disponibilidad de capitales y tasas de interés más elevadas durante un período largo, consecuencias ambas poco promisorias para países que, como Costa Rica, han apostado a la ruleta de la inversión extranjera como locomotora principal de su crecimiento económico.

- Algunos bancos –destacadamente Goldman Sachs y J.P. Morgan- han sacado rico provecho del masivo subsidio público recibido, de la desaparición de muchos de sus rivales principales y de la debilidad crónica de los otros grandes bancos que sobreviven. Estos últimos –por ejemplo el Citi o el Bank of America- son ejemplo claro de bancos zombi, que mantienen apariencia de vida tan solo porque el Estado los sostiene. El caso, pues, es que, detrás de la estabilización aparente de los sistemas financieros, es muy posible que se escondan enormes huecos financieros en las contabilidades bancarias. Esa probablemente sea una de las razones por las cuales no se logra terminar de reactivar el crédito, no obstante los onerosos esfuerzos realizados por los bancos centrales, en especial la Reserva Federal estadounidense. Podríamos decir que han pateado la bola hacia adelante a la espera de que la recuperación económica permita a estos bancos salir a flote. Pero, a su vez, la debilidad de estas entidades es uno más entre los muchos frenos que restan ímpetu a la recuperación. Y si esta no es lo suficientemente vigorosa ello podría llevar a una nueva ronda de problemas financieros, especialmente en los bancos más expuestos, cosa que, eventualmente, podría revivir los fantasmas de la recesión. Hasta en la hipótesis más optimista, es improbable que los sistemas financieros estadounidense y británico (y, en menor grado, el europeo continental) logren “sanearse” satisfactoriamente, excepto en un extenso período, quizá de cinco a diez años. Ello mantendrá vigente por largo tiempo un peso muerto que inevitablemente frenará la economía.

- El desempleo configura un panorama sombrío que se cierne sobre todas las economías capitalistas avanzadas. Resulta ciertamente paradójico aseverar que la recesión ha sido superada, cuando al mismo tiempo se siguen destruyendo millones de empleos. En lo social y político ello augura mayor descontento e, incluso, agudizados conflictos. En lo económico, esa es otra ancla que frena la recuperación y deja sembrada, en combinación con otros factores negativos, la posibilidad de una recaída en la recesión.

- El fuerte endeudamiento de las familias trabajadoras y de estratos medios –especialmente agudos en Estados Unidos- se combina con el elevado desempleo y la segura escasez relativa de créditos, todo lo cual permite anticipar una corrección a la baja de los niveles de consumo que seguramente será un fenómeno persistente a lo largo de un período de unos cinco a diez años. Estados Unidos ya no será más la locomotora que arrastra la demanda a nivel mundial, lo cual tendrá duras consecuencias para los países exportadores, desde China, Alemania y Japón hasta las corrongas “mini-potencias” exportadoras tipo Costa Rica. A la India de seguro le irá mejor, justo porque su mercado interno sigue siendo la base de su economía.

- La crisis ha puesto en evidencia que la estabilidad sistémica del capitalismo demanda con urgencia el restablecimiento de regulaciones de los sistemas financieros, apropiadas de acuerdo a las actuales condiciones de integración global de las finanzas. Un año después del colapso de Lehman Brothers el asunto sigue constreñido al puro ejercicio retórico. El peso de los intereses implicados, torna improbable que se de ninguna modificación sustantiva en esa materia. En tal caso, es fácil anticipar que a mediano y largo plazo emergerán nuevas burbujas especulativas, las cuales ocasionarán nuevos episodios de inestabilidad y recesión, alguno de los cuales podrían empequeñecer el que hemos vivido en el período reciente. Se reconoce que hoy mismo hay algunas burbujas relativamente localizadas –por ejemplo en China- que podrían derrumbarse próximamente. El dólar –en su papel dual como moneda nacional estadounidense y divisa universal- es en sí mismo una suerte de inmensa burbuja planetaria, la cual se sostiene gracias al terror que a todo mundo –desde chinos y alemanes a japoneses y gringos- infunde las consecuencias catastróficas que tendría su derrumbe. En general, este capitalismo en fase de decadencia, parece estar marcado por el signo de la más aguda inestabilidad y no muestra capacidad para salir de ese círculo autodestructivo.

Queda por delante un camino muy escabroso. La intervención pública, en escala sin precedentes, no logró impedir la recesión más aguda de los últimos 70 años, pero si previno la debacle total. Quedan planteados desafíos colosales. La economía ha rebotado tímidamente hacia arriba y los sistemas financieros dan signos de fragilísima estabilidad, en ambos casos gracias a la gigantesca intervención pública. Pero ni el crédito ha recuperado una relativa normalidad ni el consumo de la gente podrá fácilmente volver a sus antiguos niveles, mucho menos en tanto persista un alto desempleo. La economía aún está lejos de caminar por sí misma. Sigue necesitando de inmensas muletas estatales. O sea, el riesgo del retroceso hacia la recesión conserva plena vigencia.


Publicado por ARGENPRESS en 17:37:00
Etiquetas: capital, Capitalismo, crisis, económica, financiera, global, Luis Paulino Vargas Solís, opinión

http://www.argenpress.info/2009/09/se-acabo-la-crisis.html