Estudios y Especulaciones Sobre Cómo Sería Sudamérica Ante Una Edad de Hielo
Como se ve en el mapa que reconstruye el último óptimo glaciar, sudamérica no se vería tan afectada por el drástico cambio, a más de la posible extremización de sus ciclos húmedos y secos.
El siguiente estudio suguiere que durante una pequeña edad de hielo el norte de Sudamérica se vuelve lluvioso (tal como está pasando a inicios del 2011) ¿Esto también afectaría al centro de Sudamérica, a Paraguay y parte de Uruguay y Brasil?
(artículo traducido automáticamente por google)
El norte de América del Sur más lluvioso durante la Pequeña Edad de Hielo
ScienceDaily (1 de enero de 2010) - Durante la Edad de Hielo Little (LIA, que cubren aproximadamente el siglo XV a través de los siglos XVIII), el norte de América del Sur experimentó un 10 por ciento más lluvia sobre la que durante el siglo XX, según Reuter et al.
Los autores analizaron dos nuevos registros de isótopos de oxígeno (que controlar los niveles de precipitación) de formaciones de la cueva en el noreste de Perú. They attribute the higher rainfall in northern South America during the LIA to cooler spring sea surface temperatures in the tropical North Atlantic. Ellos atribuyen la mayor precipitación en el norte de América del Sur durante la PEH a temperaturas más frías de primavera superficie del mar en el Atlántico Norte tropical.
Además, los autores señalan que algunos estudios han demostrado que durante el siglo XX, una cantidad significativa de variabilidad de las precipitaciones en el norte de América del Sur fue relacionado con el de El Niño-Oscilación Sur (ENOS), con mayores precipitaciones se producen durante las condiciones de La Niña.
Sin embargo, los autores determinan que el ENOS probablemente no fue tan significativa la influencia de las precipitaciones durante ese período de tiempo como lo es ahora.
Los autores sugieren que los resultados apuntan a la necesidad de reevaluar algunas ideas sobre el cambio hidroclima en América del Sur durante los últimos milenios.
La investigación se publica en la revista Geophysical Research Letters. Autores Justin: Reuter Lowell Stott, Deborah y Khider: Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad del Sur de California, Los Ángeles, California, EE.UU.; Ashish Sinha Departamento de Ciencias de la Tierra, Universidad Estatal de California, Carson, California, EE.UU., y Cheng Hai y Edwards R. Lawrence: Departamento de Geología y Geofísica de la Universidad de Minnesota, Minneapolis, Minnesota, EE.UU..
El siguiente artículo fue hecho por un no experto, por tanto no se trata de un estudio serio, pero sus datos se refieren a fenómenos ya acontecidos. Habrá que ver si se da así como se describe.
Pequeña Edad de Hielo Moderna
Por Roberto Lapuyade
[Gráficos provistos por FAEC]
Mayo 20, 2009
Cuadro de situación en Argentina.
Asumiendo que se concreten los diagnósticos que desde el año 2008 anticipan próximos ciclos solares largos y con baja intensidad de manchas y tormentas solares, es esperable que entre el 2020 y el 2030 se produz-can temperaturas extremadamente bajas en todo el planeta que podrían prolongarse varias décadas.
Si se cumplen los peores pronósticos, esta baja temperatura sería comparable a la “Pequeña Edad del Hielo” que afectó al mundo entre 1600 y 1700, épocas que quedaron registradas en documentos históricos y reflejadas por cuadros e ilustraciones de artistas de la época, como las famosas Ferias del Hielo realizadas durante meses sobre el RíoTámesis congelado hasta su desembocadura en el Canal de la Mancha.
Las consecuencias para Argentina serían extremadamente graves, pues siendo un país eminentemente agropecuario, depende fundamentalmente del buen clima para la adecuada marcha de sus cosechas y cría de ganado. Como país de clima tradicionalmente templado, una gran parte de su población vive en zonas donde muy raramente las temperaturas descienden por bajo 0º C, y sus viviendas e infraestructura no están preparadas para resistir congelamientos ni nevadas.
Empeorando la situación, la irracional fantasía del “calentamiento global” machacada sin cesar por diferen-tes agrupaciones ambientalistas y medios de prensa hace que las expectativas y previsiones que pudieran adoptarse lo hacen en el sentido contrario al real peligro, por lo que habrá muy pocos años desde que se confirme el enfriamiento para que se adopten las medias precautorias necesarias.
¿Qué podemos esperar del clima en el futuro inmediato, y cuáles serían los puntos críticos a resolver?
De acuerdo a las crónicas españolas, en estas costas el clima era extremadamente frío y seco. Las terribles penurias descriptas en las expediciones que costeaban el Paraná hasta llegar a Asunción nos hablan que había muy poca vida animal, un vasto desierto que se extendía hasta el horizonte con sólo pastos duros y sin árboles, viento y frío muy intensos, y temperaturas que frecuentemente descendían bajo cero.
Podemos fácilmente imaginar que en la zona de la ciudad de Buenos Aires las temperaturas mínimas segura-mente descenderían por entre los -10º C y -15º C, muy bajas precipitaciones durante el invierno y un vera-no corto y cálido.
En el Noreste habría pequeños oasis de vegetación subtropical en laderas protegidas de la zona de Yungas y grandes masas de vegetación xerófila achaparrada en el resto, aunque posiblemente tendrían algo más de lluvias que en el sur, especialmente en la zona de Tucumán.
El Noroeste posiblemente sería la región que mejor podría sobrellevar la futura crisis climática, pues aunque las temperaturas descenderían en ocasiones por debajo del 0º, posiblemente conservaría buena parte de su régimen de lluvias, aunque no serían de descartar episodios de nevadas esporádicas y grandes turbonadas de lluvia y viento.
Los efectos del clima serían aun peores en el Hemisferio Norte, donde está la mayor parte de la masa conti-nental y población humana. El frío extremo haría muy dura la situación de Canadá (que posiblemente perde-ría su capacidad de producir cosechas y debería depender exclusivamente de la importación de alimentos excepto lo que produjera en invernáculos) y los países europeos en general, donde tal vez sólo se verían algo mas aliviados España, Italia, Grecia y parte de Francia. La situación de los países nórdicos, bálticos, Rusia, Corea y China sería extremadamente grave, especialmente por las complicaciones alimentarias que sufrirían, además de requerir muchísimo mas combustible del que consumen actualmente.
Posibles consecuencias de esta situación.Para Argentina:
La reducción en la capacidad de producción agrícola en el país tendrá consecuencias devastadoras. La producción de maíz sólo podrá realizarse mediante sistemas de riego, y si no hay adecuados controles podría colapsar rápidamente el uso de las aguas subterráneas, con graves problemas para la sostenibilidad de la población en la región central del país.
San Luis, La Pampa, y gran parte de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe dejarán de ser tierras aptas para la agricultura, y provocarán muy serios problemas económicos, migraciones internas y despoblación del inte-rior. Muchas regiones ganaderas deberán adaptarse a la cría de ovejas y cabras. Y la agricultura se reducirá a trigo y soja, con enormes reducciones de maíz y girasol, y también de la tradicional papa de Balcarce.
Se multiplicarán las pérdidas en Tucumán por heladas (a menos que haya novedosos sistemas de protección de cultivos frutales) y seguramente se perderá gran parte de las cosechas de azúcar y verduras. La falta de agua en gran parte del territorio condicionará la capacidad de sostener población. La ciudad de Córdoba se verá en grandes problemas por la reducción en el caudal del embalse y la falta de agua potable.
Las migraciones internas generadas por la falta de producción agrícola colapsará la capacidad de Buenos Aires y Rosario para sostener nuevos núcleos de población, con incrementos insostenibles en la demanda de agua y energía. Los cordones segundo y tercero del conurbano, que actualmente tienen unos 8 millones de personas en condiciones extremadamente precarias sentirán muy fuertemente el impacto de temperaturas glaciales, pues las viviendas no están adaptadas para el frío. Se incrementarán las enfermedades del frío y transmisibles por agrupamiento humano (neumonía, gripe, tuberculosis, etc.) aunque seguramente se redu-cirán los casos de dengue y mal de Chagas.
Si se producen situaciones de frío extremos durante varias semanas (con temperaturas por debajo de 0º) se plantearán problemas nuevos, ni siquiera pensados hasta el presente, como el congelamiento de las cañerías de distribución de agua potable y el colapso energético y de provisión de gas.
Bajo esas circunstancias, podrían producirse importantes conflictos sociales con el desplazamiento interur-bano de grandes núcleos de población que intentarían obtener por la violencia abrigo, agua y alimentos. Si no existen fuerzas armadas capacitadas para disponer el orden, es posible que la anarquía terminara domi-nando en la sociedad.
En el Mundo:
En primer lugar, la enorme reducción en la capacidad de producir alimentos provocará un aumento genera-lizado de éstos, y posiblemente importante carestías, que afectará inmediatamente a los sectores más pobres del mundo, con hambrunas para millones de personas. África, Asia, Centro y Sudamérica serán afectadas por esos problemas, aunque tal vez tendrían menos problemas en sus cosechas (a excepción de Argentina, Uruguay y Chile, por ubicación geográfica).
Es posible que parte de los problemas puedan solucionarse con enormes inversiones extranjeras que inten-tarán producir allí lo que ya no sería posible obtener en sus tierras propias (Europa, Canadá, Rusia, Corea y parte de China).
Sin embargo, y considerando que en la actualidad hay sólo un inestable equilibrio producción-consumo de alimentos, y las reservas mundiales son mínimas, es esperable un déficit crónico de alimentos que tendrá enormes consecuencias sociales, políticas y económicas.
La producción y reservas de combustibles sufrirán un vuelco espectacular. Es posible que todas las conver-saciones actuales respecto de los bio-combustibles sean dejados de lado ante el enorme incremento y es-casez de estos insumos, y vuelva a reconsiderarse la utilización del carbón y las centrales nucleares.
Si logran superar el impacto inicial de encarecimiento de alimentos y energía, probablemente India y Brasil quedarán entre los menos desfavorecidos, por su situación geográfica (el cambio de clima incrementaría la nieve en el Himalaya y el caudal de los ríos hindúes), en tanto China tendrá enormes dificultades para con-servar su desarrollo actual.
COMENTARIO: En principio, de ambos textos, se puede perfilar que muy posiblemente en el norte y centro de sudamérica las precipitaciones aumenten, así como las inundaciones, lo cual por su lado favorecerá enormemente la agricultura y demás actividades agropecuarias. Por otro lado, posiblemente el centro y sur de Argentina se volverá más árido y seco. Los patrones climáticos seguramente se volverán más extremos, lo que significará que se necesitará de una mejor gestión ambiental de los recursos para mitigar los efectos de tal clima extremizado., es decir, se necesitará de otro tipo de organización social, otra civilización literalmente Ello será clave ya que muy posiblemente Sudamérica y el sur de África se convertirán en la fuente de alimentos de la humanidad, sobre todo sudamérica por estar más envuelta de corrientes oceánicas que África, que está más cerca de una gran masa continental de tierra (Eurasia) que vuelve muy árida a su parte norte.
Alejandro Sánchez
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