Dos Años del Asesinato de Brad Will
“Recuerdo, recordemos hasta que la justicia se siente entre nosotros.”
Por Contraimpunidad
“...Una muerte más, otro mártir en esta guerra sucia, otra ocasión para llorar y sentir dolor, otra oportunidad de conocer el poder y su horrible cabeza, otra bala irrumpe en la noche, otra noche en las barricadas. Alguien mantiene las fogatas, otros se acurrucan y duermen, pero todos están con él mientras descansa, una última noche, bajo su mirada.”
Esto escribía Brad Will sobre el asesinato de Alejandro García Hernández, miembro de la APPO abatido en una de las barricadas populares en Oaxaca en el 2006, una semana antes de que él mismo fuera asesinado por matones al servicio del Estado mexicano. Y esta es una verdad de verdades, filmada por su propio protagonista, estudiada por técnicos y organismos y expertos, vista por muchos y testimoniada por varios, solidarios, valientes, y por lo tanto hoy perseguidos, reprimidos y presos. El descaro con que la corrupción del poder se manifiesta en México parece no tener límites.
Mientras los asesinos de Brad continúan libres, quienes lo socorrieron cuando cayó, quienes pidieron justicia cuando murió, ahora son acosados y señalados desde la fábrica de mentiras del gobierno como los culpables de su muerte, en el colmo del absurdo, de la falta absoluta de escrúpulos, de la ausencia total de lógica, y desde la enorme desesperanza sentida ante la injusticia brutal y perversa que duele como otro asesinato más, otro crimen más sumado al de tantos hombres y mujeres barridos por gobiernos acostumbrados a no tener que pagar las consecuencias de sus actos, mientras manchan las memorias de sus víctimas, el recuerdo de sus vidas y sus luchas, con ese manto inmundo y pestilente que lo cubre todo en México: la impunidad. En el país de las mentiras, Bradley Roland Will murió por la osadía de mostrar la realidad, y es una muerte más, otro mártir en esta guerra sucia, otra ocasión más para llorar y sentir dolor... pero también para recordarlo, gritar su verdad y seguir exigiendo justicia sin rendirse, sin callarse y sin olvidar, tal como él lo haría...
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